Es del conocimiento público que, en las pasadas elecciones de 2018, el pueblo de Macuspana, Tabasco, así como 15 de los 17 municipios y casi todos las diputaciones locales incluyendo la gubernatura, se pintaron de Morena y la tierra donde es originario el mandatario federal, no se quedó atrás, también se pintó de los colores de su partido, es cierto que la gente optó por este partido por estar cansados de todas las corruptelas de administraciones anteriores sean del partido que hayan sido.
Pero esta vez, decían los macuspanenses, "sería diferente” con Morena en el poder, las cosas se harían mejor y todo marcharía de maravilla, y cómo dudarlo, porque el entonces candidato y ahora presidente de la República también era de Macuspana, por lo tanto, vería por sus paisanos, él nunca los olvidaría y por ser originario de ahí era lo mejor que podría pasarle al municipio. Por lo menos eso razonaba la gran mayoría.
Pero más tardó en llegar a la presidencia que la gente en decepcionarse por tan pésimos resultados, sobre todo, en la pandemia, las inundaciones, la corrupción y el nulo apoyo. A la población que no le llegó el tan ansiado cambio o como le llaman el la 4T. Tan es así y pésimo los resultados de "la esperanza de los pobres” que el año pasado el propio presidente municipal de Macuspana y todo su gabinete tuvieron que renunciar por escándalos de corrupción económica, donde por cierto estaban ligados parientes muy cercanos del Ejecutivo federal.
Otra prueba de esto es que en días recientes los habitantes de la colonia Luis Donaldo Colosio, que se ubica a escasos 10 minutos del palacio municipal, confiando que ahora gobernaba Morena, los colonos se apersonaron en el inmueble desde los primeros días de la nueva administración con el fin de que les resolvieran el problema del drenaje sanitario que desde hace muchos años padecen los habitantes, desde la fundación de la colonia a la fecha nunca se le ha dado mantenimiento y en la actualidad se encuentran en tan pésimo estado que con una pequeña lluvia, las calles se llenan de aguas negras y las autoridades como siempre se quedan de brazos cruzados sin resolver la demanda tan añeja, pero a más de dos años no hay respuesta alguna.
Ahora, con las recientes inundaciones quedó más claro que "la esperanza de los pobres” nunca existió, en los diarios de circulación estatal y nacional mencionan que los afectados se cuentan por miles, tomando el dato de 200 mil 400 viviendas como cifra oficial, el presidente Andrés Manuel López Obrador, anunció la entrega de 10 mil pesos por familia para la reparación de viviendas empezando el 13 de diciembre y una vez concluida seguiría la entrega de enseres domésticos para aquellas familias que lo perdieron todo.
Sin embargo, fue tal la falta de logística y coordinación que hubo. Largas filas se apreciaban en los centros de pago y sin respetar la sana distancia, este desorden en la entrega de los apoyos, provocó por obvias razones un incremento en los contagios por covid-19 en las redes sociales abundan imágenes y videos donde podemos observar que incluso las personas de la tercera edad, mujeres embarazadas, o de capacidades especiales hacían largas filas desde horas de la madrugada por el temor de quedar fuera de los programas o que no les pagaran, a decir verdad lo hacían por sobrevivencia, pues la inundación dejó sin empleo a miles, en el agua se perdieron animales de corral o herramientas de trabajo y sumando la pandemia la crisis era demasiado, todos necesitaban con que llevar el pan a la mesa, una situación realmente terrible, pero todo esto el gobierno poco le importó, jugó con la salud de los tabasqueños a sabiendas de que podían estar en estas largas filas por días con tal de ser beneficiaria.
Este inhumano trato hacia los tabasqueños es lo que ha provocado al día de hoy 52,521 casos confirmados de covid-19 y 3,564 decesos, aunque también es del conocimiento público están muy alejados de la realidad.
Al presidente le urgía y le urge crear la idea que está apoyando a los más necesitados y por eso no le importó las consecuencias de tan mal planeada "entrega de ayuda", recursos que además que provienen de nuestros impuestos y deber de la actual administración manejarlos adecuadamente para que en casos como los recién vividos se utilicen para ayudar y no para hacerse propaganda como lo vemos hoy en día.
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