Atrás quedaron los días en que todo pintaba maravilloso para la población de la capital queretana, pues había llegado a la presidencia municipal un joven político inteligente, talentoso y con muchas ganas de hacer las cosas de manera distinta, para mejorar la suerte de la población. Pero bien dice un antiguo proverbio chino: "si quieres conocer a alguien, dale poder y verás quién realmente es". La arrogancia y la soberbia se han impuesto a la humildad y la sensatez.
A escasamente un mes de haber tomado el poder en sus manos, anunció su desatinado proyecto de invertir el dinero del erario en obras no prioritarias, como pintar los puentes a desnivel mediante el programa Mantenimiento e Imagen Urbana de Puentes Vehiculares y Nodos del Municipio, con un costo de aproximadamente 16 millones de pesos, pues, según Marcos Aguilar, el color gris que tenían generaba tristeza. Poco después se declaró incompetente para mantener limpia la ciudad y aprobó la privatización del servicio de limpia, la instalación de parquímetros y del sistema de bicicletas en la capital del estado, sin mediar discusión o exposición de motivos, aunque la ciudad de Querétaro ha sido referente nacional y ganadora de premios internacionales, como la Escoba de Oro, Plata y Platino.
Antes de cumplir el primer mes al frente del ayuntamiento, ya había contraído un contrato de arrendamiento con la empresa Helico de México SA de CV, por 600 horas —un promedio de 1.6 horas al día— de vuelo al año, de un helicóptero tipo Bell 206, para que de manera novedosa y sorprendente sobrevuele la ciudad, elevando la eficiencia del combate a la delincuencia. Cada que contempla dos pilotos, un mecánico especializado, combustible, un camión con tanque y un remolque, según el presidente municipal, hay un costo de 32 mil pesos diarios, que ahora se sabe se ha incrementado a más de 40 mil.
Ya en marzo las cosas habían empeorado. El alcalde anunció la venta de las casas de cultura y bibliotecas que se encuentran en las siete delegaciones de la capital del estado. "En la ciudad de Querétaro existen siete casas de cultura y nueve bibliotecas municipales, de las cuales la mayoría se encuentran con pocos profesores y sin materiales para ejecutar actividades. El objetivo es dignificar la cultura y crear un plan cultural para que las delegaciones impulsen a los futuros talentos". A los pocos días desistió, ante la ola de protestas de diversas organizaciones de escritores, pintores, actores y músicos, que le demostraron que el artículo 10 del Reglamento de Bienes del Patrimonio del Municipio establece que "Los bienes del dominio público son inalienables, imprescriptibles e inembargables y no están sujetos a ninguna acción reivindicatoria o de posesión".
Y lo que faltaba. El jueves 31 de marzo, al menos unos 200 elementos de la policía municipal realizaron una manifestación al exterior de las instalaciones de la corporación y cuatro días después un paro generalizado para exigir: alto al maltrato del que son objeto por mandos policiales, a la falta de prestaciones laborales y a la jornada de trabajo de 24 horas; un aumento de salario y el freno de castigos a los elementos que son sorprendidos ingiriendo alimentos en la vía pública, pues son arrestados 36 horas; también el cumplimiento de las promesas de vivienda y prestaciones; y finalmente, la salida del titular de la corporación, Rolando Hidalgo Eddy.
A esta terrible tragedia para la población de la capital queretana sólo falta agregarle un pequeño detalle que el señor presidente municipal, Aguilar Vega, se ha negado a responder a los ciudadanos de las colonias y comunidades: las demandas de servicios tan elementales como agua, luz eléctrica, drenaje o urbanización de calles, por las que inevitablemente le reclamarán.
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