“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.
Carlos Marx
"Las lluvias en Culiacán han dejado inundaciones por toda la ciudad. ¿Conoces algún lugar con problemas?", decía el 20 de septiembre de 2018, el encabezado del medio digital noroeste.com, presentando una lista de las calles afectadas que la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal se limita señalar para que los vehículos no circulen por ahí, mientras miles de familias tienen que sufrir lluvia tras lluvia la pérdida de su patrimonio que tanto les ha costado construir; se ahogan camas, estufas, mesas, sofás, etc. Si vida entera se sumerge.
La lluvia como las tormentas son un fenómeno natural que se presentan de manera recurrente, y que traen consigo inundaciones. Pero natural y recurrente no son sinónimo de inevitable, es decir, si se tuviera un plan para erradicar dichas inundaciones, en cada lluvia o tormenta, la gente no estaría obligada a renovar sus cosas cada que las pierde, o llorar lo irremplazable, como la joven Alejandra, quien fue tragada por la alcantarilla en la creciente por el boulevard Emiliano Zapata en 2019.
Leí atentamente dos declaraciones de peritos en el tema. La primera corresponde al director de la Facultad de Ingeniería de Culiacán de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), Fernando García Páez, en la plataforma de la Universidad publicada el 23 de agosto del 2018, donde se lee “Necesario un plan de drenaje pluvial para evitar inundaciones en Culiacán: especialista”.
El doctor en hidrología dijo: ante las fuertes precipitaciones registradas en la capital sinaloense, las cuales han ocasionado inundaciones en diversos sectores de Culiacán, es necesario hacer un diagnóstico de las cuencas y de las áreas hidráulicas de los cauces que hacen el desfogue de las aguas pluviales, así como elaborar un plan de atención al drenaje pluvial para la ciudad.
Insistió que “el problema va a persistir mientras las autoridades no implementen un plan para el drenaje pluvial y no únicamente realicen la limpieza de arroyos y cauces, que si bien dijo es una acción que ayuda un poco con el problema, no es suficiente para evitar que se sigan presentando esta situación”.
En ese tiempo sostuvo que la solución al problema debe ser una labor conjunta de la autoridad y de la población, poniendo énfasis en que la población mantiene una tradición de tirar basura que debe corregirse, planteando como alternativas, “aumentar el tamaño de los cauces, así como el desvío de algunos, de igual forma revestirlos de concreto y hacer que el agua fluya con mayor rapidez para su desfogue, al igual que el de llevar a cabo estudios en las nuevas obras que se están autorizando. Toda la infraestructura de la ciudad sujeta a construirse debe pasar por un estudio hidrológico y un estudio hidráulico donde a la persona encargada de la construcción se le diga en dónde está permitido hacer la obra y qué altura debe tener su construcción con respecto al nivel de las calles y de los cauces”, poniendo a disposición en ese momento, la unidad académica a su cargo en la realización de estudios para atender los problemas.
La otra declaración es del diputado local del Partido del Trabajo (PT), Apolinar García Carrera, publicada en Noroeste.com el 11 de julio de este año. El también ingeniero civil urge a que se haga un programa de drenaje pluvial, pues “en Culiacán existe cierto control en el agua que se capta en las dos grandes cuencas de las presas Sanalona y Varejonal, pero el tema se complica al adentrarse en las entrañas de la ciudad en el tiempo de aguas, es entonces que queda al descubierto lo irregular que ha sido el crecimiento de la mancha urbana en el municipio”.
Lo que el diputado propone es la “construcción de diques aguas arriba para el aprovechamiento del agua de las lluvias para reponer humedales en las partes altas”. A unos días de dejar el cargo declara que: “ya es hora de hacer estudios hidrológicos para aprovechar realmente nuestro vital líquido”. ¿Qué hizo para resolver el problema durante su trienio? Parece que nada.
Como puede darse cuenta, querido lector, tanto en la política como en la academia saben del problema que tanto aqueja a la ciudad. ¿Cuáles son los avances que se han tenido y qué tan eficaces han sido en la erradicación del problema? No los veo. Sigo viendo una ciudad que se inunda en la menor chispita que cae y, lamentablemente, veo a cientos de colonos pidiendo auxilio, mientras el gobierno sólo se limita a dar despensas.
“El gobierno sí da despensas, hay gente que lo ocupa, no digo que esté mal, pero yo para qué quiero una despensa si mi casa se inunda, lo que aquí necesitamos es un sistema pluvial”, dice molesta una vecina de la colonia Girasoles, ubicada al norte de Culiacán. “Son ríos lo que pasa aquí en las calles, no se puede ni caminar, estamos hasta la madre ya de tanto estarles pidiendo, queremos pedirles de la manera más atenta a ver si es posible que nos volteen a ver”, manifiesta a su vez don Mario Concha.
Más de uno se preguntará: si el problema está bien detectado, ¿por qué no se resuelve? Por la sencilla razón de que la vida y la seguridad de los humildes nunca han estado en la prioridad de los gobiernos. Si bien es cierto que la inundación afecta a casi toda la población, no lo hace de la misma manera. Es por ese motivo que las colonias populares afiliadas al Movimiento Antorchista, como Girasoles, se han dado a la tarea de alzar la voz invitando a más colonias afectadas a que firmen juntos una solicitud que le de seguimiento puntual a una demanda tan cacareada, pero sin resultados por ningún lado.
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