Ya es muy evidente la desesperación del presidente López Obrador por conservar el control casi absoluto, que tiene sobre el Congreso de la Unión. Que yo recuerde, nunca como ahora, se había visto tanta ostentación tan descarada y abuso insolente del poder, para manipular e inducir el voto popular a favor del partido gobernante, nunca. Cierto es, que fue siempre esta una práctica existente en casi todos los gobiernos anteriores, pero, siempre también, hábil e ingeniosamente soterrada. Hoy, para Morena (autodenominado "Cuarta Transformación”) ya nada importa el pudor político, la premisa fundamental es ganar la mayor cantidad de votos, cueste lo que cueste y haciendo lo que se tenga qué hacer. Estamos pues, a punto de asistir, con el próximo proceso electoral, a la mayor barbarie de canibalismo político que se haya visto en la historia reciente del país.
Ya las oscuras intenciones electoreras del presidente, las descubrimos en el uso exclusivo que ha hecho desde la federación, de los programas asistencialistas de Transferencia Monetaria directa. Este exclusivismo era fundamental y necesario para el presidente, porque, de ello dependía la creación y posterior operación, de una de las estructuras electorales oficiales, como nunca antes se habían visto en la historia de México, identificada por todos ahora como: los "Siervos de la nación”. Este contingente oficial de operadores políticos, según se puede leer en el periódico El Heraldo de Saltillo del primero de octubre del año pasado, forma una estructura distribuida en todo el territorio nacional con un perfil netamente partidario, así lo demostraron desde el principio, portando un chaleco color marrón (morena) con la imagen del Presidente de la República.
Se dice en el medio que refiero, que los "Siervos de la nación” son un ejército de 20 mil jóvenes activistas políticos, adiestrados en los procesos electorales del 2015 y 2018, "que reciben instrucciones de 266 coordinadores regionales, que, a su vez son capitaneados por 32 coordinadores estatales conocidos popularmente como los "súperdelegados”. Se afirma que la cabeza de esta red nacional de operadores, está en manos del ex secretario de Organización de Morena, Gabriel García Hernández, "quien junto con los hijos del presidente se encargaron de operar la estructura electoral de Morena para ganar la presidencia de la república”. De ser cierto todo esto, como parece ser que lo es, ¿nota usted amigo lector, el tamaño de la insolencia en el abuso del poder de la 4T? Pero, sin decir claramente aún de dónde tomó los datos, el medio citado afirma también, que estos "Siervos” reciben 10 mil 217 pesos mensuales, con la promesa de duplicar sus ingresos una vez que inicien en abril del 2021 las campañas electorales. Y que, "Los coordinadores regionales reciben 73 mil 500 pesos al mes y los súperdelegados 122 mil 512 pesos de sueldo bruto.”
Para un mortal tan pobre como yo, seguramente que me resultaría sumamente difícil comprobar esto último que se dice en el medio citado, pero hay algo que se afirma ahí también, que llama sumamente la atención: que el costo de la operación de los "Siervos de la Nación” en el año 2019 fue de "3 mil 240 millones de pesos; presupuesto casi similar al del desaparecido Fondo Nacional para la atención de Desastres Naturales, conocido como FONDEN”. ¿Será cierto entonces, que importa más al presidente la suerte de su partido, que la vida de millones de mexicanos en desgracia? Ojalá que recordemos esto cuando vayamos de nuevo a votar.
Pero las desgracias casi nunca vienen solas. No hace mucho, oímos decir al Presidente que la pandemia del coronavirus "nos cayó como anillo al dedo”. Y tal parece ser que así fue, porque nunca dijo específicamente a quienes se refería, como los beneficiarios del coronavirus. Ahora se ve claramente.
No hace mucho denuncié en un trabajo similar a este, que a mí me parecía que el gobierno federal de la 4T, se disponía a hacer proselitismo también con los muertos por coronavirus, refiriéndome a su moderno programa de "Apoyo para Gastos Funerarios a Familiares de Personas Fallecidas por covid-19”. Yo afirmé esto porque, no obstante que la Ley General de Salud y la Ley de Asistencia Social, le otorgaban al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF), la facultad de proporcionar apoyos tales como la prestación de servicios funerarios, no me explicaba por qué, el gobierno de López Obrador se había esperado tanto, hasta sumar más de 100 mil muertos para ponerlo en práctica. Por eso fue que dije antes, y hoy, en pleno proceso electoral lo reafirmo, que el presidente sólo busca el voto ciudadano con cada apoyo a otorgar a los familiares de los fallecidos por covid. ¿Que me equivoco, quizá dirán algunos? Entonces veamos qué dicen a todo esto, los familiares de los ya casi 130 mil muertos por coronavirus, acumulados hasta el día de ayer. Una verdadera tragedia.
Pero, ¿y la vacuna? Y aquí parece ser, es donde estará la jugada maestra del Presidente, donde se confirmará aquello de "como anillo al dedo”. Donde los "Siervos de la Nación” completarán la ingeniosa faena magistralmente aplicada a todos los mexicanos en plena pandemia. El día de ayer, el diario El financiero publicó una nota que habla al respecto, cuyo puro título ya conmina a la preocupación: "Advierten que brigadas de vacunación tendrá fines electorales”. Parte de la nota dice así: "En medio de un proceso electoral, el gobierno mexicano conformará brigadas de servidores públicos (¿Siervos de la nación?) y voluntarios para recorrer 10 mil centros integradores identificados en los censos del Bienestar, que serán los encargados de aplicar las vacunas antiCOVID-19 a los adultos mayores, entregar el pago de programas sociales, realizar asambleas y, en caso de que la población no pueda acudir, visitar domicilios”. ¿Significa esto que ahora los "Siervos” de Morena, pedirán votos a cambio de la vacuna? Pero no abundaré por hoy más al respecto. Dejemos que el tiempo, que todo lo descubre, hable por nosotros. Ya casi es hora de acudir nuevamente a las urnas, y del pueblo mexicano dependerá entonces que los horrores de la historia no se repitan nunca más. Ojalá que no lo olvidemos.
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