Tristemente, en lo que va de la administración del Gobierno federal encabezada por Andrés Manuel López Obrador, el campo productivo en México sigue estancado. Ninguno de los estados productores se ha beneficiado con algún proyecto o programas, y la consecuencia es que miles de mexicanos que dependen de la tierra tienen que emigrar a las capitales, los núcleos de desarrollo, para poder emplearse de algún modo y sostener a la familia.
A casi algunos meses de concluir la administración de AMLO, el pueblo trabajador deberá reflexionar y evaluar si hubo o no los cambios prometidos, dado que el próximo mes de junio se realizarán los comicios federales para sustituir al inquilino de Palacio Nacional.
Tan solo a finales de 2019, los estados productores y ganaderos eran Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Jalisco y Puebla, con una asignación de recursos de 604.9 millones de pesos, que era un presupuesto integrado por el gobierno federal y estatal, destinado para un total de 22 millones de hectáreas distribuidas en todo el país; la cual registraba un crecimiento de siembra y cosecha entre el 3 y el 18 por ciento anual.
Estas acciones de los gobiernos anteriores a AMLO impulsaban al campo, aunque de manera limitada, pero había inversión destinada a la producción.
Acciones de gobiernos anteriores a AMLO impulsaban al campo, aunque de manera limitada, pero había inversión destinada a la producción.
Un dato que no hemos tomado en consideración es que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) mencionan que en México existen un total de 4 millones 69 mil 938 agricultores, quienes generan el 56.8 % del empleo en el campo y que no reciben apoyos por parte de alguna dependencia federal, estatal o municipal.
En Tulum, Quintana Roo, no se escapa de esta condición; cientos de campesinos han abandonado su lecho natal para dirigirse a la capital y buscar un trabajo para llevar el sustento a casa. Zonas como Sahcab Mucuy, Yaxché y Hondzonot, por mencionar algunos; programas como fertilizante, producción, precios de garantía, etcétera, aún no llegan al 100 por ciento. Tan sólo el programa de Pequeños Artesanos ha beneficiado a 24 familias de las zonas Manuel A, Francisco Uh y Macario G. Es muy insuficiente.
Al paso que vamos en cuestión de apoyos destinados al campo, esta población buscará emigrar a las grandes urbes para encontrar un trabajo distinto. Asimismo, con tantos recortes federales al campo, llegará el momento en que ya no se destinen recursos para los trabajadores del campo. Solo quedará el recuerdo de cuando México era un país productor agrícola.
Tulum es un municipio de turismo, pero no por eso se debe dejar morir al campo.
El actual edil debe darse a la tarea de gestionar y brindar todo el apoyo a los pequeños productores del municipio, buscar alternativas reales para el campo tulumense. Debemos organizarnos para levantar la voz y poder exigir a los tres niveles de gobierno que no dejen morir al campo tulumense. Vale.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario