MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los hombres buenos debemos entender a Marx y Engels, y seguirlos

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No sólo el pueblo trabajador, los más pobres, los obreros y campesinos humildes, los estudiantes y amas de casa de las familias en las colonias y rancherías, sino todos los que consideren y crean que la bondad, la verdad y el humanismo deben ganar la batalla a la perversidad, la mentira y el irracionalismo; los que no han perdido la fe y la esperanza de que este mundo puede ser mejor para todos y, sobre todo, aquellos que sufren en carne propia los efectos negativos de la violencia, el crimen, la explotación, la pobreza, el hambre, la enfermedad, la ignorancia, la desigualdad y la injusticia; todos los seres humanos que están del lado del bien, quienes son, por cierto, el baluarte, el refugio del decoro y de la esperanza, en medio de este mundo lleno de perversidades, que no puede sino producir su propio sujeto, el hombre egoísta, individualista, deshumanizado, sin decoro. Todos los que se consideren del lado bueno de la humanidad deben conocer la verdad acerca de la obra de Carlos Marx y Federico Engels.

El pueblo trabajador abrazará sin dudar las ideas de liberación que constituyen la esencia del marxismo. Para esto no hay más remedio que tomar los libros y comenzar a estudiar.

Esto lo digo pues recientemente se conmemoró el 141 aniversario de la muerte de Carlos Marx, el también conocido como “Prometeo de Tréveris” por haber robado el fuego divino de la ciencia para regalárselo a los hombres, como lo hiciera el titán de la mitología griega al robarle el fuego a los dioses, desafiando su poder, para entregarlo a los hombres, por lo que es considerado el protector de los hombres.

Así, Marx es el nuevo titán de carne y hueso que ha desafiado a los poderosos de hoy y entregado a los hombres la ciencia que es como el fuego de la antorcha que ilumina su camino.

Pero este gran humanista, junto con su gran amigo Federico Engels, con quien creó esta nueva ciencia social, ha sido vil y cobardemente calumniado, deformado y ocultado a los ojos de esos mismos hombres, presas inermes de la propaganda malintencionada de los beneficiarios de este sistema actual de injusticias, pues estos no quieren que los pobres tengan esa luz; se las arrebatan, y los advierten y predisponen para que se nieguen a verla, para que deseen permanecer en las tinieblas de la ignorancia, creyendo que es lo correcto.

Se han encargado de dibujar a estos dos grandes humanistas como dos monstruos enemigos de la humanidad y de la libertad, como los creadores de la “ideología autoritaria” y de las dictaduras que sólo han generado pobreza y opresión.

Pero los hombres buenos deben saber la verdad, y esta es que estos grandes hombres conocieron en carne propia las terribles consecuencias de la miseria causada por la explotación y, a pesar de que muy bien pudieron convertirse en otros tantos beneficiarios de estas injusticias y vivir una vida de abundancia gracias a sus inteligencias y a sus posiciones sociales, decidieron dedicar su vida a los trabajadores, a entender las causas de tanta injusticia, y descubrir sus leyes con la declarada intención de transformar esa realidad. 

Marx y Engels decidieron ponerse del lado de los pobres y defenderlos, aun a costa de su bienestar, de su salud, de su misma vida. Pudieron escoger y decidieron ponerse del lado de la humanidad entera. Esto es lo primero que debemos saber.

Fueron grandes humanistas que entregaron todo por defender a los trabajadores y a la humanidad entera al descubrir que la emancipación de las clases trabajadoras significaba la emancipación de la humanidad entera y que esta emancipación llevaría a toda la sociedad a una etapa de progreso y desarrollo para todos; que elevaría a la raza humana a las mejores condiciones de justicia y bienestar y al desarrollo de nuestra inteligencia y de nuestra capacidad para hacer a todos felices de verdad.

Todos nosotros los antorchistas tenemos el deber de saber la verdad acerca de la obra de ellos; es nuestro deber entenderla y darla a conocer a todos los hombres.

Para eso no hace falta sino sólo sacudirse esas ideas predispuestas e impuestas por la propaganda de las clases dominantes, y acercarse a la teoría marxista, estudiarla y conocerla para saber si es verdad o no lo que los calumniadores dicen acerca de Marx y Engels.

Esto no es sencillo, pues muchos de nuestros compañeros no están acostumbrados al estudio, pero yo aseguro que eso se puede solucionar con un poco de fuerza de voluntad, que es solamente hacernos a la idea de comenzar a estudiar y la sola fuerza de sus estudios; la capacidad de explicar y de hacer que quienes no saben comprendan y abran los ojos, como si se nos cayera de los ojos una costra que nos impedía ver, y comencemos a ver con este lente que es la ciencia marxista. Los obreros y los humildes en general, el pueblo trabajador, abrazará sin dudar las ideas de liberación que constituyen la esencia del marxismo.

Para esto no hay más remedio que tomar los libros y comenzar a estudiar a Marx y a Engels y, habrá que decirlo de una vez, también las obras de Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, que es el continuador de la obra y la acción marxista, y avanzar poco a poco en su comprensión.

Para esta tarea no están solos, pues cuentan con el apoyo incondicional de los activistas de Antorcha Campesina, quienes comprendemos la importancia de hacerlo; el gran beneficio social que significará pero, sobre todo, que hemos entendido la urgencia de hacerlo para salvar a la humanidad y sacarla del pantano de lodo y podredumbre en que nos tiene metidos el sistema capitalista explotador, y a esa tarea hemos decidido entregar nuestras vidas. La tarea es, pues, posible y urgente, y estamos a su lado para emprenderla con todo éxito.

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