MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

López Obrador, la pandemia y los pobres

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Durante bastante tiempo, para ser precisos desde el inicio del mandato del licenciado Andrés Manuel López Obrador, en diferentes tonos, con diferentes argumentos y manejando variadas razones, he sostenido, sin haber recibido argumentación en contrario, que el Gobierno morenista es, mínimamente, un absoluto y total engaño para los pobres de este país. Dice defenderlos y de ellos ha sacado un eslogan que maneja sin rubor de ninguna especie, para lograr su agradecimiento incondicional y militancia ciega: “primero los pobres”.

¿Realmente son los pobres el eje de las acciones gubernamentales? Las acciones hasta hoy realizadas, ¿procuran el bienestar de los desprotegidos de este de este país? ¿Tenemos un gobierno revolucionario que sólo los reaccionarios, fifís y conservadores son incapaces de valorar como tal? Tomemos como elemento, para formarnos un juicio aproximado a la verdad, el caso de la pandemia de Covid-19 para ver si son los pobres el fin último de la acción gubernamental del “lopezobradorismo”.

Laura Toribio, en su nota del 29 de julio publicada en el diario Excélsior, afirma; “el covid-19 sigue matando a los más vulnerables; pobreza, determinante: “Desde hace año y medio, el perfil de muertos por covid-19 en el país se mantiene inamovible: el nuevo coronavirus sigue matando a los mexicanos más vulnerables. La gente expuesta a los espacios públicos, a los mercados públicos, al transporte público, es la que mayor mortalidad por covid-19 sigue teniendo, porque no todas las personas pueden quedarse a trabajar en casa y ésa es una realidad en México”.

“El perfil se mantiene y eso no debe sorprendernos; antes de la pandemia, teníamos 50 millones de pobres y ahora durante la pandemia este número se ha incrementado… algunas estimaciones nos hablan de 60 millones de pobres o más. ¿Qué nos dice esto? Que son las personas con mayores carencias socioeconómicas, las que siguen presentando los mayores niveles de mortalidad”, dijo Héctor Hernández Bringas, Investigador Multidisciplinario de la UNAM quien, desde mayo de 2020, con base en los certificados de defunción, delineó el rostro de los muertos por covid-19: “Así ha sido, desde el primer registro que yo hice hacia mayo de 2020 y hasta julio de este año. Difícilmente el perfil cambiará, porque el virus tiene de donde echar mano”. Es decir, todavía hay muchos pobres que aún quedan por morir.

Murit Martínez, en su nota del 30 de julio, escribe en El Sol de México: “En el primer año de la pandemia por Covid-19, se registraron un millón setenta y cinco mil 719 muertes en el país, de ellos 506 mil 727 personas fallecieron en casa; en su mayoría a consecuencia de 10 padecimientos, pero no todos tuvieron acceso a la atención médica; 128 mil 861 pacientes lo hicieron sin un auxilio de los servicios de salud, informo el Inegi”.

Manejando “otros datos”, como es su costumbre, el presidente López Obrador, sin pruebas que sostenga su dicho, afirmó lo contrario y refutó los datos del Inegi; al declarar: “Ahora con la pandemia atendimos las necesidades de las gentes, nadie se quedó sin cama, sin un ventilador, sin atención médica”. Sin embargo, el Inegi, con base en datos de actas de defunción, en los certificados médicos forenses y en los cuadernos estadísticos de las agencias del Ministerio Público, dice que el 46.7% murieron en casa; que 35 mil 883 personas murieron en la vía pública y 26 mil 120 no se especifica dónde murieron”. Las pruebas aportadas por el Inegi dan credibilidad a sus afirmaciones, al tiempo que exhibe las grandes falsedades en que incurre desde el poder López Obrador, y la burla de que hace víctima a los pobres para lograr su respeto y cariño, a base mentiras y de ocultamiento de la verdad, manipulando groseramente al pueblo, ofertándoles un mundo que no puede construir y que además está muy lejos de sus verdaderas intenciones.

forbes.com.mx dio a conocer, el 29 de julio, la siguiente declaración de Andrés Manuel López Obrador. “No me importa que la mayoría esté pensando en no regresar, yo voy a sostener que es indispensable que se regrese a clases por el bien de los niños, de los adolescentes, de los padres de familia, por el bien de todos, por el bien de la educación y por el desarrollo del país.”

De esta declaración lo único verdadero es que no le importa lo que piense la mayoría, que va a hacer lo que se le antoje, como siempre lo ha hecho, fingiendo hacerlo por el bien de todos. Prueba: Según encuesta del diario El Financiero, el 62% de población manifestó su desacuerdo con el regreso a clases en las condiciones actuales, y el 36% manifestó estar de acuerdo.

En nota publicada por Reforma se dice: “Los estudiantes de la Federación de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez colocaron mantas en varias escuelas para simular clausura de las mismas en protesta por el regreso a clases presenciales sin que se haya vacunado contra Covid-19 al alumnado”. Ésta, que es indudablemente una posición totalmente racional y que demuestra una genuina preocupación por la educación y el progreso de México, no merece ni la más mínima mención por parte del presidente. ¿Quién habla con verdad al pueblo y quién miente? No hay duda: miente López Obrador y habla con verdad la FNERRR.

Para terminar: en nota de Karina Aguilar, aparecida en 24-horas.mx, se dice: “la mortalidad aumentó en 2020 en 43.5%, al registrar 1 millón 75 mil 779 muertes, cuando se esperaban 749 mil 500, principalmente por enfermedades respiratorias producto de la pandemia de covid-19 y el mal manejo que le dieron las autoridades”.

Las notas reseñadas, de una u otra manera, prueban que la inmensa mayoría de muertes por covid-19 se produjeron en el seno de las clases más pobres de este país, producto del mal manejo que de ella hicieron las autoridades. No hubo ni hay autentica preocupación por los pobres. El gobierno sabe y sabía que los únicos incapacitados, económica, cultural y materialmente para sortear los estragos de la pandemia eran los pobres y, a pesar de eso, los dejaron morir como moscas. Por si no bastaran ni los muertos ni los errores anteriores, hoy se pretende enviar al matadero al estudiantado nacional, mediante las clases presenciales, fingiendo estar preocupados por su progreso y desarrollo. Tanto ésta como otras medidas adoptadas sin previa vacunación, demuestran que? López Obrador está al servicio de los millonarios de este país y muy lejos de ansiar hacer realidad, el lema que tan buenos dividendos electorales le ha proporcionado: “primero los pobres”.

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