En esta tierra vivía Giaia, dijo Mediz Bolio en "La tierra del faisán y del venado”; en esta tierra vivía Giaia con su hijo Giaial, decía Ermilo Abreu en Canek; a esta tierra llega la lluvia del Oriente, y todo lo del Oriente pertenece en espíritu a Yucatán que trae las lluvias.
La maldad y ambición en el corazón de Giaial, provoco el asesinato de su padre; o la maldad en el hijo, provocó la muerte de éste por su padre, dando, en ambos casos como fruto la inundación y asentamiento del agua en las antiguas tierras del Mayab.
O en palabras de Luis Rosado Vega en "El Alma Misteriosa del Mayab” esta "Tierra Maya que por encima no tiene agua, por abajo la tiene tan profusamente” donde vive bajo la corteza terrestre Noh Zayab (traducido en español como Gran corriente de agua, y encima Xbulel que significa inundación).
Sea como fuere, contada por Mediz Bolio, Abreu Gómez o Rosado Vega, estos son unos cuantos de los relatos que, desde hace varios años, se da como interpretación a lo que los mayas dan a la magnitud con que el estado se encuentra rodeado por agua y el manto acuífero que tiene por debajo.
Y es que este 2020, en el manto freático y acuífero, sucedió algo extraordinario, según los expertos en materia hídrica y manejo del acuífero yucateco, Miguel Villasuso Pino y Rogelio Pérez Monsreal, expusieron en un foro virtual que nunca antes había sucedido que tal cantidad y niveles de agua subterráneos se acumularán en tan poco tiempo en la península.
El doctor en ingeniería, Roger Amílcar, coordinador académico de Hidráulica e Hidrología de la FIUADY, explica que la cantidad que cayó en 2020 fue de mil 290 mm, mayor a lo que se juntaba año con año, pues tan solo el 60% acumulado se registró con dos tormentas y un huracán, en 16 días se experimentó un ascenso de 4.80 metros en el manto acuífero.
La lenta absorción del agua, a través del suelo tardo, por un manto acuífero rebosado provocó inundaciones atípicas y permanentes en todo el estado, en la capital, comunidades y comisarías.
Y peor aún, graves afectaciones para miles de familias humildes.
Los datos del Gobierno de Yucatán arrojaron en el campo, 96 mil hectáreas afectadas, que en pérdidas económicas representó cerca de mil 600 millones de pesos; para el sector apicultor, 100,000 colmenas sufrieron daños y aproximadamente 57 mil fueron pérdida total; en los hogares ni se diga, miles de hogares se echaron a perder y en febrero de 2021, la humedad por capilaridad aún está presente en varios hogares.
En 2019, el estado sufrió por sequias; en 2020, por inundaciones, pero también por la pandemia, si la indicación era "Quédate en casa&rdquo, muchas familias perdieron su casa.
Aún no sabemos que nos depara en 2021, y sabemos que no es el apocalipsis, pero como sea, es momento de que el gobierno del estado comience a pensar seriamente en planes hídricos para las zonas urbanas y rurales, así como mejores programas de apoyo para todos aquellos trabajadores del campo o la ciudad que por este tipo de situaciones vea afectada su actividad productiva.
Sabemos que son años difíciles para el país, y difíciles para Yucatán, pero he ahí la importancia de contar con verdaderos representantes del pueblo, de aquellos que conozcan estas tierras del Mayab, a su gente y sus necesidades, porque en esta tierra vive Noh Zayab y Xbulel; como dijo Abreu Gómez, en esta vivió Giaia, hombre del Oriente, "y todo lo del oriente pertenece en espíritu a Yucatán. Lloverá otra vez”.
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