Es época electoral y aunque los mensajes de los diferentes partidos políticos nos digan que sus objetivos son velar por resolver la problemática de todos los mexicanos, la realidad le da la razón a quienes señalan —como en su tiempo lo hizo Nikolái Bujarin en su libro “El ABC del Comunismo”— que en verdad, cada uno de los partidos políticos tiene objetivos bien definidos, que estos partidos representan a diferentes clases sociales.
Un partido que represente, por ejemplo, a los capitalistas, siempre buscará cómo defender los intereses de los empresarios; buscará, por ejemplo, que en todo momento la clase patronal tenga disponible mano de obra barata, e intentará defender la posición patronal frente a la lucha de los obreros, apoyará la represión del gobierno contra las manifestaciones obreras, etcétera, y así son todos los demás partidos políticos, incluyendo a los partidos “revolucionarios”, aquellos que defienden a los pobres.
Los partidos están tratando de conquistar el poder no para beneficio de todo el pueblo de México, sino para lograr defender los intereses de la clase a la que ellos representan.
Creo que es importante recordar lo anterior, porque, como decía antes, los partidos tienen objetivos bien definidos y hacen de ellos su programa de lucha para alcanzar sus objetivos políticos.
Por lo tanto, queda claro que los partidos que están participando en la contienda electoral están tratando de conquistar el poder no para beneficio de todo el pueblo de México, sino para lograr defender los intereses de la clase a la que ellos representan.
Esta es la verdad. En las campañas de estos días todos los partidos dicen defender al pueblo, ninguno se atreve a hablar claro sobre cuáles son sus verdaderas intenciones, ni dicen qué clase económica del país están defendiendo. ¿Por qué?
Pues porque si lo reconocen abiertamente seguramente perderán muchos votantes. Prefieren caminar agazapados, seguir con una política de hacer creer que es posible unir a las clases antagónicas, diferentes y en lucha, y a pesar de sus intentos conciliadores, los hechos brotan y nos revelan que vivimos en un país profundamente dividido, donde hay ricos y hay pobres.
Dos cosas mencionaré que demuestran cómo es cierto lo dicho antes sobre los partidos políticos. La primera es que todo el mundo sabe que el partido Morena, que dice haber hecho una revolución —cosa que no es cierta— y que también se dice ser de izquierda y la única representante de los pobres en México, está atiborrado de viejos políticos priístas, panistas y de otras corrientes, que en el pasado y en el presente siguen representando los intereses de los viejos cacicazgos, de la clase terrateniente y capitalista de México de diferentes regiones del estado de Nayarit y del país.
Si nos fijamos bien, los candidatos a diputados, a presidentes municipales en Tepic, Bahía de Banderas y de todo Nayarit, la mayoría de ellos están asociados a los viejos cacicazgos de las diferentes regiones del estado.
Así se confirma que en campañas los candidatos dicen representar a todos los pobres, pero en la realidad, los partidos imponen a sus gentes, a sus mejores cuadros para que defiendan sus intereses.
Segundo, es la nota de meridiano.mx del 29 de abril que dice: “Indígenas de Paso de Álica del municipio de Del Nayar están en contra de que sea la diputada local con licencia del Partido Acción Nacional, Laura Rangel Huerta, la candidata plurinominal a una diputación federal representando a los grupos originarios del estado de Nayarit.
Angelina Carrillo Muñoz, consejera del gobierno tradicional de Paso de Álica en el municipio de Del Nayar, consideró un abuso de poder por parte de los dirigentes del Partido Acción Nacional en Nayarit, al inscribir a una mestiza en la lista plurinominal de diputados federales. Explicó que desde hace décadas, los líderes de los partidos políticos han colocado en los cargos de elección popular que les corresponden a ellos a los mestizos: “Agarran el espacio y dicen que sus candidatos son indígenas y así es como nos roban las candidaturas”.
¿Qué se puede decir de esto? Pues que hay que tener en cuenta que los partidos representan a una clase social y a sus intereses económicos. También aquí es bien sabido que Acción Nacional representa a la ultraderecha en México y a la clase empresarial, así que este partido, Morena, y todos los demás, tratando de esconder sus verdaderas intenciones, ahora han inventado para poder acercarse a otros sectores eso de la llamada equidad de género, dar espacio a los indígenas, a la comunidad LGBT, que quiere decir Lesbianas, Gais, Bisexuales y Trans (transgénero, transexuales y travestis), y a otros sectores sociales.
Lo real es lo que pasa actualmente con los indígenas: los ilusionan, los engañan diciéndoles que hay espacios para ellos, que ahí se les defenderá, pero está claro que la intención es solo jalar los votos de los indígenas porque ya en los hechos se burlan de ellos. Imponen los intereses del partido como dice la nota, convierten a una mestiza en indígena, o sea que predominan los intereses económicos, porque estamos hablando de dos clases diferentes: los ricos y los jodidos (indígenas) y vemos por eso cómo se roban los cargos públicos de estos grupos, porque su debilidad está en que no tienen verdaderamente quién los represente, carecen de un partido proletario que los defienda.
¿Cómo parar esta situación? La única forma es que también los marginados formen su propio partido, que sepan que ni Morena, ni ningún partido de los que actualmente participan en estas elecciones defenderá los intereses de los pobres, que solo se utiliza a los pobres, los ilusionan y al final cínicamente se roban sus espacios y los pobres nada más se quejan, nada más se enojan sin ir más allá para encontrar solución a este gran problema.
A lo anterior digo, llegó la hora de parar los engaños y las ilusiones. Los pobres deben abrir los ojos y saber que su futuro está con el partido de los pobres, no con el de los ricos y perfumados. Por eso, hay que ir formando ya el partido de los pobres, hay que unirse ya al Movimiento Antorchista en Nayarit.
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