Las 10 razones para desconfiar de Andrés Manuel

Ray Acosta
Sep 25, 2021
Estado de México

“Prometer no empobrece”, refrán popular

Imagina que no tienes empleo. No pudiste estudiar. En tu casa no hay luz eléctrica ‘legal', drenaje y agua potable. Las calles de la colonia no tienen pavimento. No tienes seguro social o ISSSTE, el Seguro Popular ya no existe y no tienes idea qué es el Insabi, o cómo funciona. Ni siquiera puedes pagar una consulta en las Farmacias Similares, si es que hay alguna en tu comunidad y, por si todo esto no fuera poco, otros mexicanos te discriminan por tu aspecto y tu lengua.

En esa lamentable situación viven 25.7 millones de mexicanos (Inegi, 2010). Son los indígenas mexicanos, las primeras víctimas de la “Cuarta Transformación”. El primero de diciembre de 2018 a las 17:34 horas, Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el primer presidente mexicano en recibir el bastón de mando ‘para obedecer al pueblo’ de manos de Fernando Martínez García Tepetekutli, representante de los pueblos indígenas. Su petición: una sola, ser tomados en cuenta en los seis años de gobierno. Han pasado más de dos años y medio y esa promesa no se ha cumplido.

Conoce diez razones para desconfiar de Andrés Manuel

López Obrador prometió en Oaxaca que generaría los empleos suficientes para que los indígenas no tuviesen que migrar al norte del país o a Estados Unidos y no solo eso, sino que se aseguraría que “va a haber trabajo aquí, si quieren trabajo allá, mano de obra allá, van a tener que pagar mejor a los jornaleros, lo mismo en EE.UU”. No se cumplió.
De acuerdo con encuesta de Reforma, 7 de cada 10 mexicanos (77%) está en desacuerdo con que López Obrador no use cubre bocas en sus actos públicos, pese a la emergencia sanitaria. Sin embargo, cuando visitó a Donald Trump, mostró sumisión, lo primero que hizo al subirse al avión fue ¡ponerse cubre bocas! El miedo no anda en burro.
México pudo haber evitado 190.000 muertes en 2020, según un informe encargado por la OMS (El País, 2021). Los fallos del Gobierno de México en la gestión de la pandemia son evidentes, empezando por haber ‘minimizado’ los efectos de la crisis sanitaria por parte de AMLO e invitar a la gente a salir a la calle, a abrazarse y su famoso: “no pasa nada” que sin duda lo convierten en un gobernante irresponsable.
En materia de seguridad, en 30 meses de gobierno de AMLO se han cometido el doble de homicidios que en los primero 30 meses de Felipe Calderón: 86,370 contra 30,572; 96 asesinatos por día. ¿Sirvieron los abrazos o siguieron los balazos? Tenemos un presidente ineficiente.
De acuerdo con la revista Expansión de diciembre 2020, el Sector Salud redujo 33% el gasto por persona (gasto per cápita), lo que significa que habrá menos medicinas, salarios para personal de salud, insumos y para beneficiarios. ¿El presidente es inocente?, no. Esa reducción está prevista en el Presupuesto de Egresos de la Federación que envió al Congreso… adivinen, así es, Andrés Manuel.
López Obrador presumió que después de la pandemia se recuperaron 10.5 millones de empleos, lo que está bien. Pero… se le olvidó aclarar que, 7 de cada 10 (78%, unos 8.2 millones) no son en realidad empleos, es decir: no son empresas o dependencias de gobierno las que te contratan, sino oportunidades laborales que la gente ‘auto genera’, sin Seguro Social, Infonavit y otras prestaciones. ¿Exitazo del presidente?
Cambió el Fonden por censos. Es decir, antes de darle apoyo a la gente tras las inundaciones recientes en Tabasco, Hidalgo y el Estado de México, dijo que, para evitar la corrupción era mejor quitar 13 mil 900 millones de pesos del Fonden y revisar caso por caso. Los damnificados siguen sin recibir ayuda y sin censo. ¿Dónde quedó todo ese dinero?
Entre 2018 y 2020, según Coneval, el número de pobres aumentó de 51.9 a 55.7 millones. ¿Qué falló? ¿No ajustan las becas Benito Juárez para todos? ¿Las tarjetas de Bienestar no son suficientes? ¿Y los empleos que generarían esa riqueza para la gente? En contra parte, la fortuna de Ricardo Salinas Pliego, dueño de Grupo Elektra y TV Azteca, tuvo utilidades, durante la pandemia a 3 mil 118 millones contra Mil 500 del período anterior según Forbes (2021), quedando su fortuna en 12 mil 900 millones.
La corrupción, disfrazada de austeridad, se tradujo en reducir dinero a la inversión pública, es decir, habrá muy pocas pavimentaciones, alumbrados públicos y drenajes. Al desaparecer fideicomisos, servicios asistenciales y otros programas “corruptos”, AMLO está beneficiando a unos pocos en lugar de a la gran mayoría. ¿Eso es visión política?
Y para cerrar, la gran promesa de Andrés Manuel, esa que deslumbró a más de 30 millones de votantes: su lucha contra la corrupción del pasado se convirtió en su contrario. Cerca de él encontramos sinónimos de corrupción: Manuel Bartlett, Napoleón Gómez Urrutia y Pío López Obrador, por solo mencionar algunos. ¿El combate a la corrupción desaparición con la Policía Federal o recortando personal, desapareciendo Notimex?

Hay muchas razones más para desconfiar de Andrés Manuel, solo anoto las más significativas. ¿Estás de acuerdo con esta lista? ¿Cuál me faltó? Escríbeme en Twitter a @rayacosta y déjame saber qué piensas.

Y como decimos en México, la última y nos vamos: las adjudicaciones directas. ¿Por qué son un sinónimo de corrupción? ¿Las licitaciones anteriores estaban limpias de polvo y paja?, no, pero ofrecían un camino que permitía rastrear el origen de la corrupción. Las adjudicaciones directas no las vigila nadie: ¿quiénes son los beneficiarios? ¿Dónde podemos consultarlas? ¿Qué empresas las ganan y por qué? ¿Se dan cuenta por qué los mexicanos no podemos confiar en López Obrador?, yo, sí.