Para hablar de una sociedad estable es necesario hablar de una economía prospera, que garantice la satisfacción de las necesidades primordiales de la ciudadanía, por ejemplo, la salud, la vivienda, la educación, el recreo, etc. Si nosotros juzgamos a nuestra sociedad bajo esta consigna, podremos darnos cuenta que entonces no estamos caminando hacia la estabilidad, sino que vamos en rumbo contrario. Y lo digo porque ya es imposible no darse cuenta que México es un país que tiene problemas graves en la salud de sus habitantes y en el servicio que ofrece para curarlos.
En días pasados pude percibir más de cerca esta gravedad de la que hablo. Tres sucesos me hicieron llegar a esta conclusión que me preocupa bastante. En primer lugar, la afectación de la salud de uno de mis estudiantes, que, debido a un trámite administrativo, que no puedo terminar de entender, no estaba dado de alta con su seguro estudiantil. Esto impidió que continuará con sus citas médicas para dar seguimiento y conformar el diagnostico de su enfermedad. En el proceso en que nos encontrábamos como institución educativa dándolo de alta, nuestro alumno sufrió un desmayo en su casa, mientras estaba solo, su madre (que se encontraba trabajando), logró llegar rápido al lugar para llevarlo al hospital, donde le atendieron solo para estabilizarlo, porque como no estaba aún dado de alta, no pudieron hacerle más. Dos después sucedió lo mismo, en esa ocasión el alumno también desmayó, pero tardó más en reaccionar, nuevamente lo trasladaron al hospital y yo acudí al mismo, a acreditar que efectivamente es alumno regular del plantel educativo que dirijo. Fue muy tardado bajarlo del coche en el que lo traían porque no había camilleros ni personal para ayudar, cuando por fin hubo gente, no había camilla, ni silla. Una vez ingresado, tardaron en revisarlo, pues había otros casos de más urgencia de atender, así que lo estabilizaron y lo dejaron en espera, su madre desesperada por la falta de atención, por la incertidumbre acerca del estado de salud de su hijo, después de dos horas y media de esperar, decidió llevárselo a una clínica particular, donde asumiría ella y su familia los gastos por el servicio.
Al estar en el hospital, puede percatarme de que hay falta de personal en el hospital, hay falta de espacios para atender, hay exceso de pacientes, y solo se están atendiendo casos graves de salud, lo demás lo van postergando hasta que también se convierte en grave. Pude también platicar con los familiares de los pacientes que esperaban noticias buenas o malas, en las afueras del hospital, y cada caso que escuché me hizo pensar lo mismo: tenemos un servicio de salud muy deficiente.
El segundo y tercer caso, son de compañeros que padecen la falta de servicio médico, porque están empleados de manera informal, una de ellas se dedica a la limpieza de casas, y el otro es albañil, ambos tienen más de 50 años, y los dos padecen enfermedades de atención urgente. Ella está padeciendo ataques epilépticos, a cualquier hora del día y en cualquier lugar, lo que pone en bastante riesgo su vida. Él sufre algo parecido, pues después de trabajar varios años en una empresa minera, expuesto a materiales químicos peligrosos, su oído izquierdo está atrofiado, y debido a ello sufre mareos que lo hacen perder el sentido por más de 3 horas. Ambos requieren tomar medicamento que, para el ingreso que perciben, es bastante caro. Los dos se acercaron a nosotros solicitando ayuda para resolver su desesperante situación, pues deben seguir trabajando para poder seguir comprando sus medicinas, pero ello les implica un riesgo muy alto, pues en cualquier momento pueden perder el conocimiento, exponiendo al máximo su vida. Los dos han sido amenazados con despido, pues me imagino que a ningún patrón le conviene tener empleados enfermos porque eso disminuye considerablemente su productividad, y mucho menos les conviene pagarles el seguro de gastos médicos. Definitivamente son situaciones difíciles, y yo creo que hay muchísima gente en esas mismas condiciones adversas, enfermas, pero sin servicio médico suficiente para controlar o curar su enfermedad.
En México el 92.4% de las defunciones se deben a enfermedades. En primer lugar, a enfermedades del corazón, en segundo lugar, a la covid-19, y en tercer lugar a la diabetes Mellitus (Inegi.com.mx). Pero, ¿a qué se debe que seamos un país de enfermos? Los especialistas dicen que todo se debe a la alimentación y al estilo de vida, o sea comer sanamente, tomar vitaminas, hacer ejercicio, recrear el espíritu Pero si consideramos que el estilo de vida está determinado por el sistema económico que nos domina, está claro que seguiremos muriendo de graves enfermedades, pues actualmente vivimos trabajando la mayor parte del tiempo, y la mayoría de nosotros cada vez más, padecemos la pobreza laboral, es decir, no alcanza nuestro sueldo para comprar la canasta básica de alimentos y pagar los servicios básicos: salud, vivienda, educación, etc. Las jornadas laborales de las mayorías son largas y extenuantes, de manera que solo queda tiempo para reponerse un poco para seguir con la rutina, para ser exactos solo un día y medio, en el que se deben realizar todas las actividades que implican tener una casa, una familia y un empleo. Y nada más. Y con esa rutina continuamos por años y años, mal alimentados, con una vida sedentaria, y sometidos a altos niveles de estrés por las condiciones sociales en que vivimos. Y es verdad que somos responsables de cuidar nuestra salud, pero ¿cómo lo haremos si el gobierno no cuida nuestra economía? No creo que haya condiciones óptimas para llevar una vida saludable, así como nos la recomiendan. Por el contrario, considero que hay mucha incitación hacia lo contrario, por parte del sistema, por ejemplo, hay en el mercado gran cantidad de comida chatarra, y en vez de prohibir la entrada al país y la venta, lo único que se hizo fue poner etiquetas de aviso, como si eso fuera suficiente.
Por lo dicho anteriormente, el servicio de salud en México, ya era deficiente antes de la pandemia, pero ahora la situación es grave, pues, aunque el presidente diga que se invirtieron 70 millones de pesos a la salud, y que se ha hecho lo humanamente posible por salvar a la gente; cuando uno va al hospital puede apreciar otra cosa muy distinta, y pienso lo mismo que dijo Malaquías López Cervantes, integrante de la Comisión para la Atención de la Emergencia de Coronavirus de la UNAM, quien afirma que “ lo ocurrido en la pandemia refleja que la estrategia para enfrentar la covid ha sido equivocada. Esta enfermedad ha quedado claro que no se combate metiendo gente al hospital sino evitando que se contagien” (elsoldemexico.com.mx). Pretender salvar a la gente ya enferma en el hospital, es una medida correctiva, que se puede evitar con la prevención.
Urge un gobierno más sensible, que promueva la salud, y no la curación de enfermedades, y como lo dije antes, que nos genere condiciones óptimas para ello, y eso indiscutiblemente se traduce en más empleos y mejores salarios, para que podamos tener las facilidades y proveernos de lo necesario. ¿Será que en los años que restan de gobierno a López Obrador, podamos ver estos cambios?
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