MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La praxis de Lenin

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“Comencé a saber que Lenin, y todo lo que se relacionaba con él, era algo muy serio. Muy serio”. son las palabras de Roque Dalton deja al final del texto “En 1957 yo vi a Lenin en Moscú (I)” que contiene el multicitado poema “A Lenin”.

Roque fue un poeta y prosista que desde muy joven participó en la vida política de su país, El Salvador. Encarcelado varias veces, fue condenado a muerte en 1960, sentencia que no llegó a cumplirse por la caída del dictador José María Lemus López, cuatro días antes de la fecha fijada para la ejecución. Vivió exiliado en Guatemala, México, Cuba y Checoeslovaquia. Después de las derrotas insurgentes de los 60 y los genocidios militares de los 70, de la social democratización y el posmodernismo de los 80, del desprecio del marxismo revolucionario y la cooptación desfachatada de los 90, Roque pensaba que “es conveniente leer a Lenin”, pues estaba convencido de que ahí estaban las claves para la toma del poder.

Era el inicio de los 70 y se cumplía el centenario del nacimiento de Lenin, por lo que Fernández Retamar convocó a varios poetas a escribir sobre él. De los muchos trabajos presentados, se eligieron dos, entre ellos, el de Roque, pues él no quería tener que despedirse un día de las letras sin antes rendir homenaje al "hombre más grande de este siglo", al pensador que tanto le había determinado. Así concibió "Un libro rojo para Lenin". Dedicado “a Fidel Castro, primer leninista latinoamericano”, Roque se dispuso a dar la batalla ideológica contra el reformismo, aquella corriente que sigue causando tantas rupturas y retrasos en la rueda de la historia. 

Dalton se integró al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), en 1973, donde fue protagonista de una seria polémica interna con el líder, Alejandro Rivas Mira, al final, fue calificado como revisionista y acusado como espía de la CIA, y bajo esos argumentos la dirección del ERP decidió matarlo junto a su compañero “Pancho”, José Armando Arteaga. Este suceso que lo llevó a la muerte le impidió terminar su obra “Un libro rojo para Lenin”, la cual ha llegado a nosotros inconclusa.

Siempre hemos sido blanco de ataques, que han tenido como objetivo justificar no sólo la represión y persecución oficiales, sino también el asesinato frío y directo de miembros de nuestra organización. Pero nada de eso será tolerado por quienes luchamos por la verdad y la justicia. Considero, al igual que Roque, que en Lenin está la respuesta.   

Termino con una muy ilustradora anécdota: Sidney Reilly, conocido comúnmente como el "As de espías", un aventurero nacido en Rusia que se llamaba en realidad Sigmund Rosenblum, y agente secreto del Servicio de Inteligencia Secreto Británico (BSIS), y quien había servido a Ian Fleming como modelo para su legendario personaje “James Bond”, participó en el intento de atentado contra los bolcheviques, atentado que tendría fecha en septiembre de 1918, durante una reunión del Consejo de Comisarios del Pueblo en el teatro Bolshói.

Sin embargo, el 30 de agosto, la anarquista Fanny Kaplan, quien trató de asesinar a Lenin, se les adelantó. Reilly logró escapar y volver al Reino Unido. En septiembre de 1925, ya muerto Lenin, Reilly volvió a cruzar la frontera de la URSS para nuevamente “intentar derrocar al Gobierno bolchevique” pero ni este gran espía pudo darse cuenta de que era una trampa del NKVD -predecesor de la KGB- para capturarlo y después ser ejecutado por órdenes de Stalin en un bosque a las afueras de Moscú.

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