Recientemente se aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), en el que el Gobierno federal propuso un gasto neto de 8.3 billones de pesos, de los cuales 17 mil 471 millones 805 mil pesos se destinaron para la educación de los estudiantes mexicanos. Por tanto, en la actualidad, se ha generado una movilización de movimientos estudiantiles por la falta de recursos para las escuelas públicas, de acoso sexual, entre otros problemas que atraviesa el estudiantado en México.
Por los emergentes movimientos estudiantiles se encuentran en paro ocho de los planteles de nivel superior de la UNAM, permanecen cerrados, igual que dos preparatorias (la Uno y la Cinco), en el caso del IPN de siete se nivel superior y dos de medio superior y la Universidad Autónoma de Querétaro. Los jóvenes de un CCH de la UNAM han protestado porque en horas clase y en un baño de mujeres violaron a una joven.
La Universidad Autónoma Chapingo estuvo sin actividades durante tres semanas, y luego destituyeron al rector José Solís Ramírez a través de la asamblea estudiantil. Las normales rurales han exigido que se respete su organización interna, así como subsidios para sus albergues y comedores.
Alumnas de la Escuela Normal Rural se han pronunciado en contra del gobierno que encabeza Miguel Barbosa Huerta por los recortes de recursos y de ignorar sus peticiones. También se ha dado a conocer que estudiantes de Enfermería y Obstetricia de la Universidad para el Bienestar “Benito Juárez” de Tixtla, Guerrero, creada por la Cuarta Transformación, han señalado que se requiere que se construya una sede en su localidad, que no tiene un respaldo jurídico, debido a que la SEP no ha certificado a jóvenes que ya culminaron sus estudios, que no han realizado prácticas, entre otras demandas.
Estos movimientos tienen causas legítimas, sin embargo, en la mayoría de estos carecen de experiencia política que se necesita para que se hagan escuchar y que los gobiernos atiendan sus demandas, sin tener llegar al paro. La excepción de estos movimientos estudiantiles ha sido el que ha encabezado la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR) porque ha logrado la hazaña de ser una organización estudiantil independiente, que tiene una filosofía clara y metas precisas y que por más de dos décadas ha luchado porque la educación sea accesible para todos y de calidad, con la finalidad de que se transforme la situación educativa del país.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) alertó sobre una crisis educativa en el país debido a que, durante la contingencia sanitaria, padeció un cierre de 70 semanas la mayor parálisis en comparación de 41 de resto de los países, asimismo advirtió que esto puede afectar la trayectoria educativa y laboral de la juventud. Es urgente que se necesitan sumar esfuerzos de las políticas públicas que vinculen la oferta educativa con la salud, el trabajo y la protección social.
Ya se ha visto que el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha dicho una y otra vez la reforma en la educación que busca transformar el modelo vigente. El mandatario federal es el que se ha dedicado a defender los apoyos directos, sin intermediarios y este mismo sistema lo aplicado en el ámbito educativo, dándole las becas a los estudiantes (recurso económico que los jóvenes no saben administrar, que lejos de aplicarlo para su formación educativa lo utilizan la compra de alcohol, drogas u algún otro vicio). Esto según la 4T, viene a formar parte ahora de los cambios educativos previstos y es en este punto donde se encuentra la mayor concreción.
La lucha del estudiantado mexicano es justa porque se debe terminar con el gobierno fallido, que actualmente dirige las riendas del país, y sobre todo, por la crisis social que padecen millones de mexicanos. Por tanto, se debe hacer una frente de lucha en el que se sumen estudiantes, maestros, padres de familia y resto del pueblo pobre de México para lograr un cambio profundo y urgente que la nación necesita.
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