La promesa de esperanza que le ofrecieron a los mexicanos más pobres, tiene caducidad. A tres años de gobierno, o más bien, de desgobierno de la 4T, en los que ha despreciado la ciencia para dirigir los destinos de nuestro país, y pone la suerte de los mexicanos en la protección de un “escapulario y un trébol” para que nos vaya bien, sólo muestra el grado de sometimiento que promueve entre el pueblo pobre de México, que acepta y calla. En estos tres años se ha gobernado con desacierto y sin tino, y representa un gran retroceso en gran parte de las áreas económicas, políticas y sociales, por la falta de una política de Estado que oriente la atención y solución de las necesidades que tanto prometió resolver el presidente López Obrador, cuando dijo: “por el bien de todos primero los pobres”. Hasta ahora, ¡no la hay!
Es así como caduca la esperanza de bienestar prometida, y creo yo que demasiado rápido. Por ejemplo, cuando el enfermo y sus familiares acuden en busca de ayuda para mejorar la salud y se topan con farmacias vacías, sin los medicamentos contemplados en el cuadro básico se salud, y es así como llega el enfermo y se va, se lleva consigo a cuestas las penas que escucha en los pasillos del hospital, la falta de insumos para el personal médico y de apoyo, que labora en el nosocomio aún con la perorata mañanera de que “vamos bien”. Veamos.
Según la Secretaría de Salud se reportan 234 mil 675 muertes por coronavirus; esto es fatal. Como vemos, es el resultado de una reacción tardía, de un gobierno que no invirtió a tiempo, lo suficiente en pruebas para detectar a los contagiados oportunamente, y aislarlos para evitar mayores contagios; también por no tomar las medidas sanitarias adecuadas, argumentando que no pasaba nada, como él lo hacía sin usar cubrebocas. Desatendieron ejemplos como países con gobiernos más humanitarios como China o Cuba, por mencionar sólo algunos que sí invirtieron oportunamente en la salud se su pueblo.
Más atole con el dedo como suele decirse, ¿“primero los pobres”? Aún con tres años de gobierno el pueblo no ve resultados tangibles; no siente en los bolsillos que se refleje en la canasta básica de alimentos recomendado. ¿Dónde está el apoyo que prometió a los que más padecen en el campo y la cuidad, que confiaron en su palabra empeñada con un gobierno diferente? Nada.
Pero los golpes de la cruel realidad son impactantes por el abandono en qué se encuentra el pueblo trabajador, trabajando todos los días del año sin ver ninguna mejoría en sus familias, sin alimentación insuficiente, que provoca serios daños al desarrollo físico y provoca enfermedades. La falta de vivienda que provoca hacinamientos, promiscuidad y conflictos familiares; no hay viviendas dignas y decorosas que cuenten con todos los servicios como agua, electrificación, drenaje, escuelas, parques y jardines. La inseguridad, donde el ciudadano común pierde lo poco logrado con los robos a casa habitación, asaltos etc.
Familias completas, donde hasta el recién nacido tiene un espacio en las labores del campo agrícola, trabajan y trabajan con tesón desde rayando el alba hasta el atardecer, y ¿por qué no tienen un espacio digno y decoroso para vivir, como lo marca la ley? Los trabajadores agrícolas de Tecomán, a muy temprana hora se transportan en camiones con redilas para ir a realizar sus labores de campo todos los días; miles, por miles exige el trabajo agrícola y próspero del municipio.
Según estadísticas de Inegi, en la producción de coco, tenemos al municipio de Tecomán primer lugar; Armería en segundo lugar, y Manzanillo en tercero. En el limón, en primer lugar de producción Tecomán; segundo, Armería, y tercero a Manzanillo. Mango, en primer lugar, tenemos a Manzanillo; segundo, Tecomán, tercero a Armería. Papaya, en primer lugar, Tecomán; segundo, Colima, y tercero a Manzanillo. Plátano, en primer lugar, Tecomán, segundo, Manzanillo, y tercer lugar a Armería. Finalmente, en la producción de Tamarindo tenemos en primer lugar a Coquimatlán, segundo lugar a Armería; y en tercer lugar a Tecomán.
Cómo podemos leer, en los seis principales productos agrícolas que se produce en la costa de Colima, Tecomán sobresale en la producción agrícola, y, ¿en manos de quién se queda tanta riqueza agrícola que se produce?
Mientras unos cuantos tiene dos o tres casas, los jornaleros del campo no tienen ni dónde vivir; tienen que rentar o vivir en casas prestadas. Mientras que unos pocos se transportan en lujosos automóviles, los trabajadores exponen su vida al viajar inseguros en improvisados medios de transporte. Mientras unos pocos tienen sus hijos estudiando en colegios y cómodas guarderías, los trabajadores agrícolas se llevan sus hijos al campo a trabajar. Los trabajadores del campo de Tecomán necesitan mejores condiciones para vivir bien, y nadie se las va a regalar, tienen que organizarse para conquistarlas. Tres años de gobierno con Morena, y la esperanza de vivir mejor, caduca. La esperanza del pueblo es su organización. Estamos a tiempo.
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