Como en una de esas películas de ciencia ficción, muy al estilo de Hollywood, donde el televidente viaja en un mar de emociones que van desde el desconcierto, la angustia, la incertidumbre, la soledad, la tristeza, el miedo, etcétera, un gran número de científicos concluyen que el deterioro ambiental que se vive en todo el mundo parece no tener fin. El cambio climático es una realidad y es la mayor amenaza medioambiental a nuestro planeta. Los científicos advierten que si la temperatura global supera los 1.5°C, las consecuencias serán catastróficas; los impactos económicos, sociales, políticos, culturales y ambientales afectarán a todo el mundo.
Por lo anterior considero necesario aclarar que un gran número de intelectuales y otros disque científicos, al servicio de la gran burguesía, repiten una y otra vez que el problema del cambio climático es generado por los malos hábitos de la gente más pobre y, sobre todo, más inculta. Esta versión que quieren imponer los grandes capitalistas es tan falsa como el planteamiento: dos por dos son tres. Pero veamos qué pasa realmente para que saque usted sus propias conclusiones.
La realidad es que la crisis climática, alimentada por la industria de los combustibles fósiles, es una de las mayores amenazas. La industria del petróleo es, sin lugar a duda, uno de los sectores más contaminantes del planeta; el proceso de refinamiento del petróleo o la quema de combustibles fósiles representa casi una cuarta parte de las emisiones de dióxido de carbono, por lo que se pone a la cabeza de las industrias más contaminantes. Dentro de este sector encontramos el petróleo y sus derivados, así como la gasolina, polietileno, detergentes, fertilizantes e insecticidas. Todas estas derivadas son responsables del 31 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero y según el informe de la agencia Thomson Reuters, emiten un total de 8.4 billones de toneladas de dióxido de carbono cada año.
Pero, entonces, ¿qué es lo que causa el deterioro de la capa de ozono?, primero habría que aclarar que esta capa es realmente un escudo que protege al planeta de los dañinos rayos ultravioleta que proceden del sol, pero es el uso común y extendido de determinados productos químicos sintéticos como los clorofluorocarbonos que se encuentran en aerosoles, lacas, desodorantes, insecticidas, pinturas, sistemas de aire acondicionado, espumas sintéticas y frigoríficos, los que día a día dañan dicha capa de ozono. Sin embargo, para su mayor información, lo anteriormente mencionado no son las únicas formas de contaminar nuestro planeta. Como diría un conductor de televisión: ¡aún hay más! Y me quiero referir a la producción indiscriminada de plásticos de un solo uso que hoy en día son la causa de enormes islas de plástico en los océanos que afectan la flora y fauna de los mares. Un estudio muy serio de las organizaciones miembros de Libérate del Plástico (Break Free from Plastic) que participaron en la realización, coordinación e implementación de las auditorías de marcas, revelaron datos de las empresas más contaminantes a nivel mundial, ¿y qué creé usted, mi estimado lector? ¿Acaso contaminan más las etnias lacandonas de Chiapas, los zulúes de Sudáfrica, las etnias que habitan la región del amazonas en Brasil?, ¿o serán los habitantes de Siberia?, ¿o los chinos?, ¿o los vendedores ambulantes del Ciudad de México?, ¿o los menesterosos que habitan las calles?, ¿o en general los pobres que no tienen conciencia de que deben cuidar este planeta? El resultado arroja que los corporativos más contaminantes del planeta son: Coca-Cola, PepsiCo, Nestlé, Danone, Mondelez International, Procter & Gamble, Unilever, Perfetti van Melle, Mars Incorporated y Colgate-Palmolive. Sólo las tres principales compañías (Coca-Cola, PepsiCo y Nestlé) representaron el 14 por ciento de la contaminación plástica en todo el mundo. Estos son los dueños de los medios de producción que día a día exprimen la fuerza de trabajo de los obreros a nivel mundial.
Así que no, no somos los pobres los causantes del cambio climático y de todos los desastres universales, es el gran capital quien en su insaciable sed de dinero, distribuye cientos de productos que además de contaminar, son veneno puro para el pueblo. A este puñado de grandes empresarios nunca les ha importado el bienestar del pueblo, mucho menos están para cuidar el planeta o velar por la paz mundial. Mientras los medios de producción estén en unas cuentas manos, ellos no solamente son los dueños de la mano de obra barata, sino incluso de nuestras vidas por la gran contaminación ambiental que causa el cambio climático a nivel mundial, que afecta sobre todo a las masas empobrecidas de todo el globo.
Según el Relator Especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Derechos Humanos en el “Informe sobre la extrema pobreza y los derechos humanos”, el cambio climático amenaza con deshacer los últimos cincuenta años de avances en materia de desarrollo, salud mundial y reducción de la pobreza, y agravará la pobreza y la desigualdad existentes en general. Las familias de clase media, incluidas las de los países desarrollados, también están perdiendo bienestar.
El Banco Mundial calcula que, si no se toman medidas inmediatas, el cambio climático podría sumir en la pobreza a 120 millones de personas de aquí a 2030, cifra que aumentaría aún más en los años siguientes. En México, una de cada cinco personas es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático.
Ahora veamos qué sucede en México: el Gobierno federal con todas sus instituciones continúa violando y desacatando lo establecido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), asimismo la Declaración de las Naciones Unidas y Declaración de las Américas con respecto a los Derechos Colectivos y como sujetos de Derechos de los Pueblos Indígenas. Incluso las grandes obras de la 4T como el famoso Tren Maya, han sido objetadas en algunos tramos de construcción por afectar severamente los ecosistemas de la zona, pero tal pareciera que el Gobierno federal sigue en una completa cerrazón con tal de cumplir una agenda política que desde luego no fue consensada con el pueblo, éste que sigue sufriendo por obras inconclusas o por conseguir obras básicas como el agua potable y que sabemos que es casi imposible de conseguir, porque la prioridad del ejecutivo del Palacio de Gobierno no concuerda con la necesidad de obras de infraestructura básica para las comunidades y colonias más pobres del país. Aunque no quisiera escandalizar más con este tema, lo cierto es que al ritmo que vamos, con el problema del cambio climático, se sabe que dentro de 50 años la guerra entre los países será por un líquido vital: el agua.
Concluyo haciendo una invitación al amable público que pacientemente lee mis artículos: ¡Señores!, somos millones los pobres que habitamos este planeta, no permitamos que un puñado de grandes capitalistas terminen con nuestro mundo. Organízate y lucha, en el Movimiento Antorchista hay un honroso lugar para ti.
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