Cuando miles de familias confiaron en el actual gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador mejorar sus condiciones, no ocurrió así. Al contrario, miles empeoraron su situación. La reciente Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de Hogares del Inegi revela que más mexicanos pasaron de la clase media a la baja.
México es un país mayoritariamente de clase baja, con 62 por ciento de las personas y 56.6 por ciento de los hogares, dejando a la clase alta con apenas el 0.8 por ciento del total de la población y 1.2 por ciento de los hogares.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en promedio, un hogar de clase media debe tener un ingreso de 22 mil 297 pesos mensuales, mientras que en las zonas urbanas en un rango entre 10 y 48 mil pesos. En realidad, el porcentaje de familias que perciben dicha cantidad de ingresos, es menor.
Mención aparte están los mexicanos de escasos recursos y que viven al día para apenas sobrevivir.
La pandemia fue uno de los principales factores que empobrecieron aún más a las familias de clase baja y media en 2020 con respecto a 2018. Es decir, 8 millones de personas cayeron en la clase baja. Este resultado es similar a la reciente medición de pobreza del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Aunque lo menciona el Inegi, es evidente que no hay hogares con personas de clase alta en zonas rurales, y donde tres de cada cuatro son de clase baja, por lo que uno de cada cuatro es de clase media. Justamente porque estas zonas son las que carecen, algunas, de los servicios básicos.
En zonas urbanas, 44.6 por ciento es de clase media, 53.8 por ciento de clase baja y 1.3 por ciento de clase alta. En la mayoría de los hogares de clase alta hay un director o jefe de empresa. El ingreso promedio de la clase media, si bien es 97 por ciento superior al de la clase baja, es también 71 por ciento inferior al de la clase alta.
Con estos datos recalca, una vez más, que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, aquel que se dijo empático con las necesidades del pueblo humilde, los ha dejado en el abandono y marginación.
Yucatán no es ajeno a estos datos. Vemos a niños jugar en caminos de tierra, con piedras, sin luz y con el riesgo de que les pase algo o enfermen al no tener drenaje y éste estar al aire libre.
Ante esto, es necesario que el pueblo se organice y luche por mejores condiciones de vida, con la meta de mejorar la situación de vida de las mayorías. Para ello, el pueblo debe tomar el poder y gobernar.
Luchemos por la implementación de los cuatro puntos que ha planteado el Movimiento Antorchista: 1) empleo para todos; 2) mejores salarios; 3) impuestos progresivos; y 4) justa repartición del gasto social. De hacerlo, estaremos asegurando nuestro bienestar y porque es justo y necesario.
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