MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La 4T deja sin vivienda a millones de mexicanos

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La cifra es impactante, en México, más de 14 millones 500 mil familias no tienen acceso a una vivienda, ni cuentan con posibilidades económicas para construir su casa, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), situación que sigue presente aún con el gobierno llamado de la Cuarta Transformación, que se ha encargado de permitir la pérdida del poder adquisitivo y el encarecimiento de productos de la canasta básica y los servicios en el país.

Esa simple cuestión, revela en su verdadera dimensión la forma como el actual Gobierno federal emanado de los reductos del Movimiento de Regeneración Nacional con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza, no ha trabajado por combatir la pobreza en la nación que gobierna, sino al contrario, se ha incrementado en todos los rincones de la patria, donde se abandona a los mexicanos a vivir sin contar con recursos para construir o edificar un hogar.

Los datos oficiales son fríos, el Inegi documenta que más de 66 millones de mexicanos tienen ingresos muy por debajo a la línea de bienestar, quedando imposibilitados prácticamente a poder contar con un patrimonio.

Las carencias en vivienda no sólo se ven en la falta de acceso a ella, sino en las condiciones en las que muchas familias viven, por ejemplo, 15.9 millones de personas habitan un hogar con piso de tierra, techos de lámina o cartón, o incluso de palma, mientras que 24.9 millones de personas no tienen acceso a servicios básicos como agua potable, drenaje, energía eléctrica, entre otros, y 538 mil familias viven en hacinamiento.

Una encuesta realizada por la firma Inmuebles24 reveló que la edad promedio en la que los mexicanos planean comprar vivienda es entre los 21 y 40 años. El sondeo también mostró, sin embargo, que un 73% de quienes tienen entre 25 y 39 años no tienen casa propia.

Es evidente que la situación en el país se agravó de sobremanera con la llegada de la pandemia de covid-19, dejando ver el verdadero rostro del gobierno morenista que nunca se preocupó por la ciudadanía, sino que la abandonó a su suerte, no tan solo en el aspecto de salud, tampoco puso en marcha medidas de apremio que salvaguardaran la economía de las familias.

Las clases pobres se encuentran más pobres y la clase media ha desaparecido después de que se incrementaron los precios encareciendo la vida y destrozando el poder adquisitivo de la gente.

El periodista Martín Morales, plasma con amplitud la crisis habitacional en México en un reportaje donde señala que casi 14 millones de familias ven lejana la posibilidad de adquirir una vivienda digna debido a que su precio supera el millón de pesos. Además, aun con el Programa de Mejoramiento Urbano, de AMLO, los más pobres no han recibido una sola vivienda.

“No vamos hacia una crisis: estamos en una crisis de vivienda. Creo que en México no se distingue mucho la problemática habitacional, como en La India, por ejemplo, porque nosotros tenemos esta cultura de cobijar al familiar, al hijo, al nieto u otra persona, y le damos alojamiento, aunque estemos hacinados”, comenta Cristina Almazán, activista en materia de casas-habitación en Veracruz.

Asimismo, se recuerda que durante su campaña electoral, el ahora presidente se comprometió a que su política de vivienda beneficiaría principalmente a la población con ingresos más reducidos; pero a más cuatro años de que estableciera ese compromiso, sus resultados han sido casi nulos e inferiores a los de gobiernos anteriores.

La crisis de vivienda se agrava cada año no solo a causa de la ineficiencia e incumplimiento de los gobiernos, sino por el continuo aumento de la población a partir de los años 60, al desplazamiento de la población rural hacia las grandes áreas urbanas y a la imparable alza en el precio de la vivienda popular.

De acuerdo con datos proporcionados por el presidente del Consejo de Administración de Banco Inmobiliario Mexicano, el precio de una vivienda popular en las ciudades ya no es de 300 o 400 mil pesos, como hace algunos años, sus costos actuales rebasan el millón de pesos.

El panorama de vivienda para las clases pobres en México es desalentador, cuando tienen oportunidad tratan de edificar su hogar aunque sea con láminas y madera o comprando poco a poco el material de construcción que se ha elevado también en su precio.

Son viviendas inseguras, sin una planeación arquitectónica adecuada, mientras que en su gran mayoría carecen de los servicios más elementales como agua potable o energía eléctrica ya que para contratarlos se tienen que pagar miles de pesos.

Otro problema muy complejo de la crisis habitacional en México es que la mayoría de las viviendas populares están muy lejos de ser dignas, según ordena la Constitución mexicana, y recomiendan los convenios internacionales que el Estado mexicano ha suscrito en materia de derechos humanos fundamentales; ya que el 20 de mayo de 2021, la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) advirtió sobre la precarización de los inmuebles habitados.

Lo cierto es que la famosa Cuarta Transformación no se mira por ningún lado, López Obrador siempre sale con el garlito de que tiene otros datos, pero es evidente que está mintiendo porque bajo su gobierno se ha incentivado la miseria y la falta de vivienda para los mexicanos.

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