En conferencia de prensa en mayo de 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), celebró la aprobación de la reforma educativa impulsada por su gobierno, en el que se establece la obligatoriedad de los niveles inicial y superior y comentó: “La educación no es un privilegio, es un derecho del pueblo; el Estado tiene la obligación de garantizar que sea pública y gratuita en todos los niveles escolares”. Sin embargo, sus hechos demuestran lo contrario a lo que argumentó hace dos años, ya que su reforma no trajo un mayor presupuesto para cumplir con el objetivo de convertir la educación en obligatoria desde el nivel inicial al superior, para lograr este propósito tendrían que invertir dos veces el monto del Tren Maya, uno de los proyectos faraónicos de la administración actual y que está estimado en 200,000 millones de pesos.
Estudios llevados a cabo por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), determinaron que 15.7 millones de mexicanos en edad de estudiar no están en las aulas y para lograr que esta población se incorpore a la escuela es necesario invertir 440,000 millones de pesos. Esto equivale a invertir 28,042 pesos por estudiante y destinar el 1.7% del Producto Interno Bruto (PIB), acercándose de esta manera a lo justo. Sin embargo, no está dentro de los planes de AMLO invertir este monto ya que dejaría de lado sus planes para asegurar que la 4T quede en el poder para el próximo periodo gubernamental, por lo que redujo otro año más el presupuesto a la educación en México y se avaló en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2022, el invertir 161.9 millones de pesos en la Estrategia de educación inicial. Para la obligatoriedad y gratuidad de educación media superior avaló 2,525.5 millones y 753 millones para la obligatoriedad y gratuidad de educación superior. Esto representa apenas el 0.8% de los recursos necesarios para integrar a las personas a su nivel educativo correspondiente.
Para 2022, se prevé destinar el 1.9% más de dinero que lo invertido el año pasado, sin embargo no será lo suficiente para equipar con infraestructura sanitaria adecuada a las escuelas y que los estudiantes tengan un regreso seguro, integrar a los estudiantes que se sumaron con la reforma de 2019 y otorgar educación de calidad como lo marca la reforma educativa impulsada por Obrador. Con el recurso asignado a educación, nuestro país aún se encuentra lejos de cumplir lo prometido por AMLO, dar educación para todos y de calidad. En apariencia se ve un aumento en el gasto en educación, pero si se hace un comparativo con los recursos gastados en años anteriores, por ejemplo en 2015, podríamos comprobar que el presupuesto destinado a escuelas de educación básica en 2022 tendrá una reducción de 64,868 millones de pesos. En términos reales esta aparente aumento únicamente aplicará para los programas de subsidio como las becas pero desaparecen programas que podrían atender el rezago educativo principalmente en escuelas con graves necesidades como Escuelas de Tiempo Completo, Programa Nacional de Convivencia Escolar, Programa para la Atención a la Diversidad de la Educación Indígena, Programa de Atención Educativa de la Población Escolar Migrante, Programa de Desarrollo de Aprendizajes Significativos de Educación Básica, todos ellos destinados a atender estudiantes en zonas marginadas. Con la autorización del PEF 2022, los perdedores son los niños de México y los culpables de esa problemática son los diputados de Morena por autorizarlo y las consecuencias de estos reprobables actos serán graves en el tiempo, por lo que podemos concluir que AMLO y su 4T, está pisoteando el derecho del pueblo a recibir educación y dejando en el abandono a la población más vulnerable.
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