MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Inundan las calles miles de mujeres exigiendo una vida mejor

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Este 8 de marzo, nuevamente, en todo el mundo y también en el territorio nacional, miles de mujeres de todas las edades salieron a las calles de las principales ciudades a exigir alto a la violencia en contra de ellas.

Tenemos que reconocer que México se ha convertido en un país peligroso y violento donde la inmensa mayoría de las autoridades de los tres niveles de Gobierno, además de no garantizar su seguridad, las ignora, y cuando alzan la voz para reclamar respeto a sus derechos humanos incluso se les reprime.

Prueba de ello: el Gobierno federal, en vez de atenderlas, blindó con vallas metálicas el palacio nacional y les lanzó gas lacrimógeno. Otras tantas movilizaciones también fueron reprimidas, como en el caso de la ciudad de Zacatecas, donde la Policía golpeó salvajemente a quienes se encontraban en la Plaza de Armas.

Amnistía Internacional señala que el Estado mexicano, y en particular este sexenio, se ha caracterizado por ser insensible a las demandas feministas y usa reiteradamente un discurso que las descalifica.

Las manifestantes, con pañuelos morados y verdes, vestidas con estos mismos colores, alzaron su voz y sus puños para exigir respeto y el cese de la violencia de género. En sus pronunciamientos denunciaron que las agresiones se dan dentro y fuera de sus hogares y la viven todos los días.

Un reporte de Amnistía Internacional señala que el Estado mexicano, y en particular este sexenio, se ha caracterizado por ser insensible a las demandas de los colectivos feministas y usa reiteradamente un discurso que las descalifica.

Así, los gobiernos morenistas, “los más humanistas y de izquierda” se muestran como incapaces de garantizar una vida digna a las mujeres de este país.

Pero no debemos perder de vista que la lucha tiene sus orígenes en el movimiento obrero de mediados del siglo XIX, donde la mujer comenzó a alzar la voz. En la II Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas realizada en Copenhague, Clara Zetkin propuso y se aprobó la celebración del Día de la Mujer Trabajadora, que se comenzó a celebrar al año siguiente. 

La primera conmemoración se realizó el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suecia y desde entonces se ha extendido a muchos otros países. En 1917 en Rusia, miles de mujeres salieron a las calles para manifestarse contra la guerra y de ahí se desencadenó la huelga general del día 23 de febrero, de acuerdo con el calendario juliano, y 8 de marzo en calendario gregoriano.

Desde entonces, esta fecha se ha utilizado para visibilizar la desigualdad de género y para reivindicar la lucha por la igualdad efectiva de los derechos para las mujeres.

Y a pesar de las manifestaciones, las agresiones contras las mujeres no paran. Diferentes medios de comunicación registraron varios hechos por todo el país. En la ciudad de León, un individuo con cuchillo en mano agredió a una joven, con la intención de asaltarla en la colonia Héroes del Bicentenario. En la ciudad de Guanajuato se activó el Protocolo Alba y la Alerta Amber ante la desaparición de una mujer y una adolecente provenientes de León y San Francisco del Rincón, sin que hasta el momento se conozca su paradero.

Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) señalan que en Guanajuato existe una alarmante tendencia de un homicidio diario de una mujer y las autoridades han sido incapaces de garantizarles la vida.

Pero también en Guanajuato es necesario que además de alcanzar la igualdad de género se reduzca la brecha salarial entre hombres y mujeres y que se atienda el problema educativo ya que las mujeres tienen un grado de escolaridad menor, lo que sin duda limita sus posibilidades de contar con un empleo con mejores condiciones. 

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de las más de un millón de mujeres, económicamente activas en el estado, el 44 % tienen ingresos mensuales de apenas 3 mil 800 pesos, lo que significa que ganan un 19 % menos que los hombres, que limita su desarrollo personal y profesional.

Sin duda que, las movilizaciones de ayer nos han permitido ver la fuerza y el vigor de la lucha de las mujeres, pero no debemos perder de vista que la lucha feministas solo tiene posibilidad de éxito, real y verdaderamente, si es parte de una lucha global donde el principal problema a combatir es la erradicación de la pobreza en la que vivimos millones de seres humanos. 

Por tanto, el llamado es a todas las mujeres a que se sumen a un movimiento nacional donde la tarea principal sea la construcción de una sociedad más justa, más equitativa y más democrática que permita una vida de paz y seguridad para todos.

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