Hace unos días, a través de los medios de comunicación y las redes sociales, nos informamos y hasta cierto punto nos sorprendimos por la rapidez o, como dijeran por ahí en fast track, con la que los diputados de Morena, del Partido del Trabajo y del Verde Ecologista de México, habían votado, con 267 votos a favor, 222 en contra y una abstención, para desaparecer al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).
El Insabi que tenía como uno de sus propósitos sustituir al Seguro Popular, institución creada por los gobiernos del PAN, ya que Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores lo tachaban de que no servía, que le hacía falta medicamentos y que la atención para los pacientes era de mala calidad, además de que estaba plagado de corrupción por los conservadores y neoliberales.
El primero de enero de 2020 se crea el Insabi, y como director general nombran a Juan Antonio Ferrer Aguilar. De acuerdo con la ya extinta dependencia, se decía que brindaría “servicios de salud gratuitos y de calidad a todas las personas que se encuentren en el país y no cuenten con seguridad social; bajo criterios de universalidad, igualdad e inclusión”. Claro, para acabar con los lastres, corrupción, falta de medicamentos, etc., etc., de los sexenios pasados.
Pues ahora, después de casi tres años, vemos que ese invento del presidente Andrés Manuel López Obrador, que se ve a las claras que fue un fracaso porque hasta sus propios diputados votaron, más bien ellos impulsaron y votaron a favor para que desapareciera el Insabbi, por otra parte, no tenía pies ni cabeza, no había una planeación, no había una estrategia para combatir la falta de medicamentos, la falta de hospitales, la falta de médicos y especialistas.
Por si fuera poco, ahora al pobre IMSS, que ahora se llama IMSS-bienestar, se le van a cargar más pacientes al de por sí ya saturado en consultas con los pocos especialistas y con los pocos médicos familiares, en recetas médicas, en falta de espacios donde atender a los pacientes, en la falta de hospitales, en la falta de médicos, enfermeras y especialistas y para ponerle la cereza al pastel, la falta de equipo.
Para muestra un botón, recordemos la mala planeación, tratamiento y cuidado de la covid-19, recordemos que hasta el día de hoy hay 333, 840 muertos por la pandemia, recordemos las manifestaciones de los niños con cáncer por la falta de medicamentos, la manifestación de los médicos y enfermeras que querían correr después de lo más grave de la pandemia.
De acuerdo con el periódico El Universal, del día 27 de abril 2023, en una entrevista que le hacen al doctor Jaime Ramírez Barba dice que: “Más que nacer muerto, el Insabi nunca nació. Realmente fue un niño prematuro, mal desarrollado, con diversas malformaciones, y aun así sus padres aseguraban que era muy bueno. El propio presidente decía que su creación era de lo mejor. Lo defendía a capa y espada hasta que se empezó a fastidiar después de que no había medicamentos, la gente reclamaba, no había un control, entre otros problemas”.
Debido a la falta de un sistema de salud digno para los mexicanos, ya vemos las consecuencias mortales para todos, por la falta de medicamentos, por la falta de atención médica y por la falta de dinero para poderse atender en hospitales privados.
Claro está que falta demasiado para tener un sistema de salud como el de Dinamarca, y que la 4T no tiene estrategia ni un plan para tener un sistema de salud de primer nivel para los mexicanos.
Urge que los mexicanos nos organicemos, nos eduquemos políticamente y luchemos, hombro con hombro, para tener una sociedad más justa y equitativa y por supuesto un sistema de salud de primer nivel para todos, a eso los invita el Movimiento Antorchista Nacional.
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