Con qué pasión enseñaba, con qué corazón veía, uno sentía la ternura y la calma de un padre amoroso cuando trataba hacer de nosotros mejores hombres y, en más de alguno, lo consiguió. Lo que hizo grande al maestro Carlitos no fue sólo su inteligencia, sino que la entregó entera, desde siempre, al servicio del pueblo pobre y humilde de nuestro país.
El 17 de agosto de este año dejó la existencia terrena un hombre como pocos, de los imprescindibles: el maestro Carlos Noé Sánchez Rodríguez, gran revolucionario, educador apasionado, hombre culto e inteligente, un verdadero luchador social.
Inició sus estudios universitarios en la entonces Escuela Nacional de Agricultura, en el departamento de Sociología Rural, en donde conoció al maestro Aquiles Córdova Morán y donde su juventud, fuerza e intelecto se fusionaron con la causa del Movimiento Antorchista: La lucha por los desvalidos de nuestro país. Tiempo después trabajó en Zacapoaxtla, Puebla, en donde la creación de cooperativas populares lo acercaron al pueblo humilde de ese municipio, el maestro Carlitos (como siempre lo nombrábamos y recordaremos) con esa humildad, sencillez y calidad humana que lo caracterizaron siempre, pudo acercar a más gente de este municipio y pueblos aledaños (por ejemplo de Huitzilan de Serdán) pertrechando a los más humildes un poco de paz y seguridad, elementos indispensables para el desarrollo humano y de nuestros pueblos.
En 1983, los enemigos del progreso arremetieron en contra de las cooperativas y del propio pueblo, el maestro Carlos protegió a los huitziltecos que escapaban de aquella guerra injusta. Actualmente, el nombre del maestro Carlos Noé sigue siendo estandarte del triunfo de la lucha organizada, del triunfo del pueblo pobre, de los humildes de nuestro país.
Debido al crecimiento de nuestra Organización, el maestro Carlos inició con el trabajo del Movimiento Antorchista en el estado Tlaxcala, en donde dedicó todo su tiempo y esfuerzo, hasta que su salud lo permitió, a dirigir el estatal. Durante todo ese tiempo logró gestionar apoyos para las colonias más pobres, edificación de escuelas, casas del estudiante; alzar la voz con sus pronunciamientos siempre objetivos e inteligentes y dirigir con visión y templanza un estado con más de un millón de habitantes. Siempre fue un hombre consecuente, incansable, estudioso, su gran comprensión de la filosofía, por ejemplo, lo llevó a ser maestro de esta asignatura en nuestra escuela de cuadros, en donde pudo influir en el ánimo y el intelecto de tantos y tantos jóvenes que el día de hoy lo recordamos.
El maestro Carlitos no estará más y su pérdida nos deja un dolor profundo, mas su ejemplo, dedicación, esfuerzo y estudio: de una vida entera dedicada al pueblo pobre de México, sigue guiando, como lo hicieron sus palabras, la vida de todos aquellos quienes buscamos un futuro mejor para los humildes. Carlos Noé Sánchez Rodríguez ganó la inmortalidad, pues ahora será siempre recordado mientras haya alguien sobre la tierra que busque justicia plena para todos y un mundo distinto más vivible para los depauperados. Gracias maestro Carlitos por su ejemplo, por su trabajo, por su profundo amor a los pobres del país, su ejemplo ahora guía los pasos de aquellos que anhelamos una patria nueva, su lucha y su vida marcan ahora la nuestra y ése es el mayor legado que ha podido dejar sobre esta tierra. Hasta siempre maestro Carlitos, con todo cariño, nosotros, los antorchistas, los que seguimos su ejemplo.
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