Hay condiciones para el regreso a clases, es lo que aseguraba el presidente Andrés Manuel López Obrador a los padres, alumnos y personal educativo, para este pasado 30 de agosto, pues según él los estudiantes estarían en mayor riesgo en sus casas, pues ya hace más de un año que se dejaron las aulas y ya “se están mal acostumbrando”; a estas alturas de la pandemia sabemos que la covid-19 y sus riegos no son cuestión de costumbre si no de ciencia, misma que demuestra que el grupo vulnerable actualmente son los niños y jóvenes, como en su momento lo fueron los adultos mayores. Y es que las consecuencias no se tardaron en aparecer, en el tiempo que va el regreso, el número de casos en jóvenes aumentó y han sido numerosas las escuelas que han cerrado debido a los contagios que surgieron en ellas.
El presidente afirma que "hay un pequeño rebrote afortunadamente de contagios, pero ya tenemos más vacunación y por lo mismo hay menos riesgos de contagios y ya no podemos seguir con las escuelas cerradas, necesitamos abrir, de modo que el reinicio a clases se va a dar y vamos a dar aquí para la semana próxima una propuesta para que con tiempo nos preparemos todos, madres, padres de familia, autoridades”.
Claro es que el “pequeño” rebrote no había aumentado debido a que no existía la concentración masiva de niños y jóvenes, pero en cuanto esto sucedió, el rebrote se dio y es igual de peligroso que el primero, regresar a clases es una necesidad, la educación tiene que continuar y mejorar, pero enviar a los alumnos a las escuelas y sin vacunas es un acto hostil e irresponsable por parte del presidente, las condiciones de las escuelas son deplorables tras este tiempo solas y se necesita de mucho equipo y tiempo para dejarlas funcionales y seguras para los estudiantes, esto es una realidad que se vive en las escuelas que debido a la exigencia de la 4t siguen abiertas.
Hace ya mucho tiempo que la educación del país se tambalea, el gobierno presta poca atención a la seguridad social y a la salubridad afectando principalmente a los grupos más vulnerables, dentro de ellos a los estudiantes. La falta de vacunas y el forzado regreso a clases van cada vez más camino a limitar la seguridad de los ciudadanos.
Todos los alumnos que se encuentren es rezago académico, los padres de familia no pueden estar pegados al televisor con cada uno de sus hijos en diferentes horas del día, ¿Entonces cuál es la solución? Es en momentos como este donde debemos colocar la balanza en “el bien mayor” pues por un lado la realidad nos muestra que las clases en línea no son funcionales, pero existe la contraparte donde el repunte del virus se está dando en los niños y jóvenes. “La Secretaría de Educación Pública (SEP) siguió con el plan de regresar a aulas el lunes 30 de agosto de 2021. Y en su momento informo a través de un comunicado que “mantenía la expectativa de que el ciclo escolar 2021-2022 inicie” con clases presenciales en todo el país, en aquellos estados que estén un color del semáforo apto para esas actividades, como son verde o amarillo.”
Regresar a clases en estos momentos y con los alumnos sin vacunar es un atentado contra la salud, el país no estuvo preparado para un regreso forzado y sin un análisis de las consecuencias que lo que provoco el repunte, los alumnos necesitaban regresar de manera urgente a las aulas, pero con tas las medidas de seguridad, esto incluye la vacuna.
Es por eso la importancia que debe dar el gobierno y la secretaria de educación para diseñar un plan académico y de vacunación que incluya todos los puntos anteriormente mencionados con mejoras y que se analice cada aspecto que influye en la educación y en la salud de los jóvenes y niños , no solo los temas que ha olvidado el sistema educativo como la enseñanza que no se centra solo en la cantidad de conocimientos que alguien debe tener, se debe desarrollar un plan integral que cubra todas las necesidades de los estudiantes socioeconómicas, socioemocionales, educativas y de salud. Los estudiantes deben regresar a las escuelas vacunados y no seguir expuestos al virus como hasta ahora lo están, pues las consecuencias no se han hecho esperar y los jóvenes enfermos y las familias contagiadas cada día aumentan más.
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