MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Falta de vacunas para estudiantes: ¿estrategia política, negligencia o incapacidad?

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Estamos próximos a cumplir dos años desde que el mundo entero se sacudía con la noticia de que un nuevo virus se esparcía por el mundo y, aunque fueron al principio muchas las expectativas y noticias amarillistas que se formularon en torno a esta enfermedad la realidad y necesidad de mantener informada a la población mundial destacó de manera general las causas, síntomas y medidas recomendables para detectar y sobre todo contener el contagio masivo. La información que se nos hizo llegar fundamentalmente fue que la covid-19 atacaba las vías respiratorias y que se desarrollaba principalmente en personas mayores o con alguna enfermedad crónica como la diabetes, hipertensión o sobrepeso y como argumento infalible para contener el ritmo acelerado de contagios se recomendó evitar el contacto físico, el uso de guantes, lentes y cubre bocas, el evitar las concentraciones masivas, el lavarse las manos constantemente o el uso de gel antibacterial. Muchos países hicieron caso y tomaron medidas y, debemos reconocer que su disciplina y atención oportuna al problema por parte de sus gobernantes ayudaron a que en primer lugar el número de muertos fueran pocos y por otro lado a que se contuvieran a tiempo los contagios, en muchos de ellos ya se reiniciaron las clases y las concentraciones pero es sorprendente ver como siguen adaptándose a la nueva modalidad, las precauciones que se toman tanto los trabajos en donde se requiere producir de manera masiva y en las instituciones educativas de todos los niveles que por su naturaleza concentran un importante número de seres humanos.

En contraste con estas grandes potencias se encuentra la actitud de quienes dirigen los destinos de nuestro hermoso país. En México la educación pública que corre a cargo del Estado se encuentra desde hace mucho descuidada, no se cuenta con el número de planteles necesarios para brindar la educación que demanda el número de niños, jóvenes y adultos en edad de estudiar que habitan en nuestro territorio nacional y los que existen no cuentan con instalaciones dignas muchas de ellas no cuentan con los servicios básicos, la aulas son insuficientes o están deterioradas, otras más no tiene los talleres o los instrumentos fundamentales para desarrollar los temas básicos (telesecundarias que no tiene televisores por citar un ejemplo) de cierto nivel académico y esto, repito, son carencias que desde mucho antes de enfrentarnos a la actual pandemia eran el pan de cada día de docentes y alumnos. Ya no mencionaremos por cuestión de espacio el mal manejo del presidente de la república y su gabinete de la pandemia ni su irresponsable conducta al minimizar las medidas sanitarias que nos ha posicionado como uno de los países con más muertos y contagiados, tampoco la forma desdeñosa en que dejó que millones de mexicanos (los más pobres que somos cerca de 80 millones), sobreviviéramos como pudiéramos, ya que no existió ningún tipo de apoyo que paliara el hambre que sentimos durante meses enclaustrados en nuestras casas (apoyos que en otros países sí recibieron los ciudadanos), también podemos dejar de lado la actitud sectaria y de proyección política con que se manejó los primeros meses la aplicación de la vacuna, hoy por este medio llamo a los mexicanos, a los padres de familia, estudiantes y gente de razón a evitar que se cometa una negligencia más ya que como se ha hecho público nuestro actual presidente de la República Andrés Manuel López Obrador presionado por los órganos internacionales que critican que los planteles educativos en nuestro país  continúen cerrados, ha decretado que en el siguiente ciclo escolar se inicien las clases presenciales, sin tomar ninguna medida sanitaria para asegurar que nuestros planteles (ya de por si rezagados) cuente con las condiciones necesaria, tampoco se nos da respuesta a la petición de que se vacune a los alumnos de todos los niveles educativos pues sin estos anticuerpos las escuelas son focos de infección seguros, la segunda ola de covid-19 Delta está afectando ahora no solo a la gente adulta sino también a niños (no hace mucho se mencionaba por un medio de comunicación que tan solo en el estado de Guanajuato se habían contagiado de covid-19 2 mil niños menores de 10 años), no hace falta ser un genio para saber que obligar a los niños y jóvenes a asistir a clases sin contar con la inmunidad necesaria es crear las condiciones para que el número de muertos en nuestro país siga en aumento. Solo que ahora los kamikazes que detonarán en los hogares de los más humildes serán los propios hijos de los trabajadores. Porque tenemos derechos a vivir, ¡inmunidad para nuestros alumnos! ¡Regreso a clases sí, pero todos vacunados!

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