MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Espartaqueadas antorchistas 2016

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"La aplicación lo conquista todo", dijo el Príncipe Michkin, ese al que por su bondad inmensa, Dostoyevsky, por sorna, por reproche o por rabia contra la envidia y la ruindad, quiso llamar El Idiota. Verdad demostrada: las grandes obras, las que serían el "todo" conquistado, son sólo la consecuencia de mucho trabajo, mucho esfuerzo y mucho sacrificio realizados durante mucho tiempo, sin cortes ni suspensiones. Con conciencia de esta verdad, con consecuencia, que es la íntima relación entre lo que se piensa y lo que se hace, los antorchistas, o sea, quienes conforman la Organización de los Pobres de México, llegan este año a llevar a cabo la XVIII edición de su ya célebre Espartaqueada Deportiva Nacional. Dicen que elogio en boca propia es vituperio, puede ser, no obstante, debemos estar entonces de acuerdo en que casi todo mundo se vitupera, empezando por los partidos políticos reciben cantidades multimillonarias de dinero del pueblo para hacerse propaganda en sus campañas políticas, en el transcurso de las cuales, sus candidatos se presentan a sí mismos como impolutos y perfectos, como capaces de solucionar individualmente los más grandes problemas nacionales.

El caso de los antorchistas es diferente. Lo que dicen, lo que decimos, puede constatarse, puede tocarse con la mano porque corresponde estrictamente a la realidad. Las espartaqueadas se llevan a cabo desde hace más de 25 años sin pausas, sin ningún subsidio oficial asignado para ellas, se realizan sólo con el esfuerzo propio de los organizadores y, quizá más que nada, de los participantes. Han asistido decenas de miles de jóvenes y no tan jóvenes que se han llevado y guardan recuerdos imborrables de la competencia y la hermandad en la cultura y en el deporte. Este año, el sábado 30, se inaugurará en Tecomatlán, Puebla, la cuna del Movimiento Antorchista y la Atenas de la Mixteca (sobrenombre que nadie se ha atrevido a cuestionar), la Espartaqueada Deportiva Nacional, ahí se celebra también –alternando los años- la Espartaqueada Cultural que es ya una referencia obligada para los expertos (por ejemplo, en danza y baile folclóricos) que llegan y se quedan toda la semana armados de cámaras de video para registrar, conservar y aprovechar lo más variado, creativo y reciente en la materia.

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Este año corresponde al deporte. No es simple diversión o entretenimiento para los jóvenes. Es una manera de hacer realidad lo que la Organización de los Pobres de México piensa acerca de lo que debiera ser nuestra patria. El deporte debe formar parte integral de la educación, crea a un hombre diferente porque le ayuda a entender que debe ser disciplinado, enérgico, combativo, que debe tener orgullo, saber trabajar en equipo, resistir el cansancio y hasta el dolor, enfrentar adversarios y adversidades que parecen y son formidables. Todo eso es muy cierto y es relativamente fácil decirlo y pregonarlo, lo difícil es demostrar en la práctica, en los hechos contantes y sonantes que esto es cierto. Y más difícil, sin recursos.

No creo atropellar a nadie si sostengo que ninguna organización de la llamada sociedad civil sin fines de lucro promueve el deporte como lo hace el Movimiento Antorchista Nacional. Es más, las esferas oficiales están muy lejos de cumplir con lo que el pueblo necesita para su educación integral, para su vida más productiva y feliz. El presupuesto federal para el deporte se ha venido encogiendo durante los últimos años: en 2013 se le asignaron 7,179 millones de pesos; en 2014, 4,240; en 2015, 3,650 y para este 2016, se le asignan sólo 2,800 millones de pesos. Ahora bien, del presupuesto para este año, 2 mil 067.8 millones de pesos, es decir, el 73.8 por ciento, se destinan al llamado Programa de Cultura Física y Deporte (manejado por la CONADE) que no se dedica precisamente a la promoción del deporte entre toda la población sino específicamente a la participación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en los Juegos Panamericanos de 2018 y a las Olimpiadas de la Juventud en Mar del Plata, es decir, al deporte y los deportistas que ya han alcanzado los más altos niveles competitivos.

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El Censo de Infraestructura Deportiva correspondiente al año 2012 (y la situación no ha cambiado para bien) señala carencias impresionantes de espacios deportivos, como los siguientes: CDMX, 3,445; Jalisco, 2,271; Estado de México, 2,043; Oaxaca, 1671; Puebla, 490 y Nuevo León, 445. El Programa de Cultura Física y Deporte 2014-2018, que conviene tener presente, identifica algunos de los problemas más graves del deporte nacional: existe una atención muy deficiente al nivel municipal ya que en la inmensa mayoría de los municipios no hay personal especializado para desarrollar programas encaminados a la atención del deporte social, según datos oficiales, el único estado con responsable del deporte en todos sus municipios es Baja California; en la mayoría de los municipios no existen ligas deportivas escolares y municipales, al inicio de la actual administración, la Subdirección General de Cultura Física de la CONADE, no contaba con ninguna liga municipal registrada ni con ninguna liga escolar protocolizada; no existen diagnósticos de aptitud física por lo que no se puede establecer programas precisos para promover la activación física; se carece de programas oficiales de activación física, se le hace mucha propaganda a la necesidad de activarse, sin embargo, no existen programas que establezcan de manera clara qué requiere cada individuo para mejorar su salud y mucho menos que permitan darle seguimiento y, finalmente, aunque no son todos los problemas, no se cuenta con un censo de instalaciones deportivas en el país. Todo ello viene a añadirse al raquítico financiamiento del deporte que ya quedó señalado pero que vuelve a aparecer si tomamos en cuenta lo destinado para cada mexicano mediante el programa "Ponte al 100", que en el Ejercicio 2013, recibió en promedio menos de 2 pesos por persona.

Todo ello explica el deplorable desempeño de nuestro país en las competencias deportivas internacionales. Los deportistas exitosos son verdaderos garbanzos de a libra que no provienen de ninguna política deportiva pública, sino de su esfuerzo y gasto propios o, si bien les va, del patrocinio de empresas privadas, conseguido también con esfuerzo propio. Véase el rendimiento de nuestro deporte con el ejemplo de los Juegos Olímpicos de Londres: medido en medallas de oro por habitante, Cuba conquistó una por cada 2.24 millones de sus habitantes; Gran Bretaña, una por cada 2.9 millones; Alemania, una por cada 11.5 millones y, México, una por cada 122.3 millones de habitantes. No exagero si digo que en materia de deporte, todo está por hacerse. Precisamente por eso, por todo lo que implica el deporte para llegar a ser un pueblo sano, fuerte, educado y que viva en armonía y en paz, los antorchistas seguiremos organizando las Espartaqueadas Deportivas Nacionales que cada vez serán más grandes e importantes. No tengo ninguna duda. No será la primera gota de agua que acabe por destrozar a un peñasco enorme, ni la última.

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