MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Enero 2022, de gran cuesta

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Es verdad que cada año, en enero sufrimos las consecuencias de las fiestas decembrinas. Una vez que pasa la euforia de la navidad, caemos en cuenta de que muchos gastos que se hicieron fueron innecesarios, como gastos en ropa, juguetes, accesorios, etc., o gastos irregulares en comidas o salidas. Y también, nos enfrentamos irremediablemente a pagos de inicio de año que estamos obligados a pagar. Sin embargo, este enero será aún más profunda la famosa “cuesta de Enero”, pues están sucediendo una serie de eventos que afectan lo más importante e indispensable para que sobrevivamos: la salud y la alimentación; y que enturbian el panorama para este 2022.

En primer lugar, el acelerado aumento de los contagios por la nueva cepa de coronavirus Ómicron, que dio inicio con el nuevo año, y por la cifra, se puede deducir que estamos entrando a la cuarta ola más peligrosa y mortal de la pandemia. El periódico el Sol de México, reportó el día de ayer, que las ciudades más grandes de nuestro país son las más afectadas por esta nueva ola de contagios. Ciudad de México con 20 mil 889 contagios, Baja California Sur con 5 mil 553 contagios y el Estado de México con 4 mil 898. Se habla ahí, de un aumento del 460 % en los contagios, en la capital del país. Y aunque las noticias oficiales, las que salen de Palacio de gobierno, tratan de mantenernos esperanzados, diciéndonos que no hay muchos muertos, la saturación de hospitales ya es un hecho en varias ciudades. Lo que preocupa aquí, como siempre, es la suerte de los más pobres, pues muchos de ellos aún están desempleados y con la preocupación de los gastos de temporada, como predial, renta, gas, agua entre otros, y encima tener que batallar con una nueva ola a ver si salen bien librados.

La nueva variante ómicron, ataca incluso a los que ya están vacunados, en ese sentido la preocupación es mayor, pues hay casos en que, con la dosis completa de vacunas, y ya antes se habían contagiado, se volvieron a contagiar.  Y a todos los que tuvimos la mala experiencia de la enfermedad, también hemos padecido secuelas diversas por el contagio, conocidas con el nombre de covid persistente o post covid, que afectan varios sistemas de órganos y ocasiona una gama amplia de efectos que debilitan a las personas, ocasionando dolor físico, tristeza y un gran trauma por saberse con afectaciones; que también requieren tratamiento médico. ¡No me quiero imaginar con un segundo acontecimiento, cómo nos irá con las secuelas! Mientras tanto el porcentaje de avance en las vacunas sigue lento. Y los servicios médicos en las instituciones públicas son cada vez más ineficientes, pues el Insabi no termina de concretarse, hay mucha inconformidad de parte de los usuarios, pues el desabasto de medicamentos cada vez es más grave.  Así entonces, mientras el estado de la salud pública se encuentre en crisis, difícilmente podremos progresar, pues con una sociedad enferma y en crisis, las fatales consecuencias son ya un hecho. Pero de verdad, ¿no se puede detener la pandemia, después de casi tres años de experiencia? Y aquí es imperdonable, que el discurso oficial siga responsabilizando a la gente por salir de sus casas, y no encerrarse a pasar cuarentena, cuando lo que se debería de resolver es el restablecimiento de los empleos e implementar una estrategia para que el enfermo pueda quedarse en casa, garantizándole la alimentación y el sustento mínimo. Sigo pensando que el gobierno está en deuda con nosotros respecto a esto, no hay estrategias certeras para detener esto que ya parece serie televisiva de terror, pues según el periódico digital El sol de México, en una nota de hoy, anuncia que apareció una nueva variante llamada “deltacron”, que es una combinación de la variante Delta con Ómicron, y se descubrió en la república de Chipre en el continente europeo, así que la historia del Covid 19 aún no termina.

En segundo lugar, el aumento a la canasta básica de alimentos, que subió un 9.8% al cierre del año, así lo anuncio el periódico Milenio Noticias, refiriéndose a las ciudades grandes como México y Guadalajara entre otras. Pero esa afectación también es estatal y municipal, los productos más consumidos por el pueblo pobre trabajador, no por un gusto exagerado sino por necesidad, como la tortilla, el huevo, la carne, el frijol, el chile, jitomate y hasta el bolillo, entre otros, ahora cuestan mucho más caros.  Lo que dificulta comprar los insumos necesarios para la alimentación básica, pues el salario mínimo, ya no es suficiente. Aunque se anunció que se aumentaría, en la mayoría de zonas del país pasando de $141.70 a $182.87 pesos diarios, así lo leí en una nota del 1 de enero del presente, en el periódico elfinanciero.com.mx. Pero aun con ese aumento, la gente no podrá tener una alimentación balanceada que garantice la nutrición, que es vital para contar con un sistema inmunológico que nos proteja de tantas enfermedades.

Repito con una sociedad enferma y en crisis, ¿cómo podremos resistir esta nueva batalla que ya ha iniciado? Pero, además, ¿cómo es que podemos cumplir el anhelo de ser felices y prósperos este 2022, sin las condiciones necesarias? Pues por más nobles y puros que sean nuestros sentimientos y deseos de felicidades para nosotros mismos y los demás, la felicidad tiene su inicio en algo concreto, y ahora en específico: la salud y la alimentación.

Definitivamente, este año tenemos que dedicarnos a sumar esfuerzos, en primer lugar, para compartir con nuestros compañeros grandes medianos y pequeños, la situación real de nuestro país y el mundo, sin prejuicios ni miedos, para poder entender cómo debemos actuar. Y en segundo organizándonos en un solo frente de lucha por sobrevivir a esta tempestad que no termina. Pues en esta tormenta, lejos de vislumbrarse el sol, hay muchas más nubes grises que amenazan peores consecuencias de las que ya hemos resistido.

Por eso, mi mensaje para todos mis compañeros antorchistas y no antorchistas, es que este año luchemos con mayor ahínco, con más entrega y compromiso, con más amor a la vida propia y de los demás, pues la única manera de resolver los problemas sociales, como lo ha demostrado ya la historia, es con el movimiento social, con la lucha organizada de gente consciente de su rol en la sociedad. La tarea no será fácil, pero es el único camino con certeza, que nos condujera a lograr mejores condiciones para todos. ¡Los esperamos en nuestras filas!

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