El pasado miércoles 4 de agosto de los corrientes, en un acto de total impudicia, el gobernador priista de Hidalgo, Omar Fayad Meneses, ordenó cortar el suministro de energía eléctrica al bachillerato Nicolás Romero, con la complicidad de la CFE que mal dirige el ex priista Manuel Bartlett, el mismo que le robó la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 dando el triunfo a Carlos Salinas de Gortari e impulsando la época neoliberal que tantos sufrimientos han costado al pueblo pobre de México.
Pero todos los mexicanos deben saber que esta acción cobarde no es la única cometida por el gobernador en contra de dicha escuela, puesto que desde hace 17 meses, desde el inicio de la pandemia, suspendió el salario a los 40 profesores que laboran en el centro educativo, con la perversa obsesión de impedir que los jóvenes humildes reciban educación media superior, pensaba que los maestros abandonarían a sus alumnos que no podrían ejercer su derecho a la educación, sin embargo, dando muestra de un gran compromiso y profesionalismo, todos han continuado impartiendo sus clases, sin percibir compensación alguna, más que la satisfacción de cumplir con su deber cívico, conducta que merece el reconocimiento social, al mismo tiempo que la deleznable acción del gobernador merece el repudio popular.
Para comprender mejor lo injusto y clasista del proceder gubernamental, diremos que las colonias que rodean la escuela no han merecido la más mínima atención de parte del gobierno estatal durante los cinco años que tiene al frente Omar Fayad; así, algunas carecen de los servicios básicos como agua potable, drenaje, electricidad, ya no digamos pavimentación, parques, escuelas; todo han solicitado mas todo se les ha negado, solicitaron apoyo para construcción de sus viviendas recibiendo la consabida respuesta de siempre: “no hay dinero”; pidieron asesoría jurídica para la escrituración de sus lotes y resulta que el gobierno carece de abogados para apoyar a la gente humilde y, además, cuando van a solicitar audiencia a las oficinas de gobierno invariablemente son recibidos por la policía que de inmediato cierra las puertas impidiéndoles el paso. El problema es clasista, ¿qué pueden esperar los trabajadores de una persona que nació en pañales de seda, proveniente de una familia de caciques huastecos, de ésos de horca y cuchillo, acostumbrados a menospreciar a los indígenas, a maltratar a los que consideran sus inferiores?
El próximo 5 de septiembre rendirá su quinto informe de pésimo gobierno y seguramente presumirá, como lo ha hecho cada año, las decenas de miles de millones de pesos que recibe anualmente del gobierno federal pero que nunca le alcanzan para ayudar a las colonias populares y comunidades rurales que carecen de lo más indispensable porque todo se lo gasta en construir puentes en la ciudad, obras inútiles que considera prioritarias porque con toda seguridad le redundan jugosas ganancias.
Volviendo al tema del bachillerato Nicolás Romero, recordemos que nuestra Constitución manda que la educación media superior es un derecho y que es obligación del Estado garantizarlo, en particular, del servicio eléctrico es la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo la obligada por la ley a proporcionar el servicio. Tal parece que los funcionarios del gobierno se han convertido en otro grupo más, acostumbrados a violar y pisotear todas las leyes que favorecen a la gente humilde. Por este motivo, ante la proximidad del quinto informe, trataremos de estar informando a todos los que quieran enterarse de todo lo que no ha hecho el gobernador.
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