El empleo informal se refiere a la actividad laboral de los trabajadores independientes, los vendedores ambulantes, las trabajadoras de servicio doméstico, los limpiavidrios, entre otros. Este tipo de empleos, por lo general, son mal remunerados y ofrecen condiciones laborales deficientes.
En el contexto nacional, la informalidad laboral es un fenómeno dominante de la ocupación en México, es decir, en la ocupación de micronegocios no registrados ante la autoridad tributaria y también aquellos empleados en unidades económicas formales no registrados como trabajadores ante la seguridad social, es decir, trabajadores en condiciones de informalidad fuera de los beneficios del sector formal.
No solo son adultos los que se dedican al empleo informal, sino que también se puede ver un incremento de menores de edad vendiendo desde bisutería, pulseras, collares, etc., mismas que resultan ser muy atractivas para las y los turistas que visitan nuestro estado, pero que, irremediablemente no propicia un desarrollo progresivo de sus finanzas. Aunque el desempleo ha venido a la baja, el sector informal muestra una recuperación más acelerada que el del empleo formal.
Baja California Sur cuenta con alrededor de 798 mil 447 habitantes y se estima que más o menos 403 mil se encuentran ocupados, de cada 100 trabajadores, 73 son subordinados y remunerados, 18 trabajan por cuenta propia, siete son empleadores y dos no reciben pago por su trabajo, por si fuera poco, 38 de cada 100 personas ocupadas laboran de manera informal.
Es en este contexto en el que se agravan las condiciones materiales de los más humildes debido, además, a las pésimas decisiones del gobierno morenista que ha quitado programas de apoyo para madres solteras, ha quitado el programa de escuelas de tiempo completo, el Prospera, el programa de estancias infantiles, , con lo que, más que ayudar a los más pobres, los golpea fuertemente.
Pero, nuestro gobierno no cesa de decir que es el gobierno de los pobres y que todo lo que hace no es más que en pro del combate a la corrupción y demás cuentos. Debemos preguntarnos y respondernos nosotros mismos: ¿Es así como nos ayudan a nosotros los pobres de México y de Baja California Sur?
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