Estamos a siete meses del proceso electoral de 2024, donde se elegirá al presidente de la república, 128 senadores y 500 diputados federales. En el ámbito local, ocho estados de la república y el gobierno de la Ciudad de México, 31 congresos locales; sólo en el estado de Coahuila no se renovará el congreso local y mil 803 presidentes municipales, con sus respectivos cabildos; sólo en Durango y Veracruz no habrá elecciones de ayuntamientos.
Estas elecciones son consideradas las más grandes que se hayan registrado en el país, con un padrón electoral de aproximadamente 98 millones de electores según datos del INE al 29 de septiembre de 2023.
El contexto político en nuestro país de los últimos días nos pinta un panorama preocupante y que debería de ser materia de análisis y preocupación para todos los mexicanos. En el sistema de partidos que vive nuestro país, sólo a través de un partido puede una persona aspirar a un cargo de elección popular y a través de las candidaturas independientes. Para el caso de la elección de presidente de la república, quien quiera aparecer en la boleta, debió registrarse a más tardar el 4 de septiembre de 2023, es decir, antes de que los partidos políticos decidieran quién abanderaría su candidatura. ¿Plan con maña?
A pesar de los conflictos de los que todos los mexicanos hemos sido testigos entre el poder Ejecutivo y el INE junto con el PJF, estos últimos han dejado las manos libres al partido en el poder y a sus aliados para hacer un gran circo a nivel nacional, tapiando con pintas, lonas y grandes y costosos espectaculares a lo largo y ancho del país, para dar a conocer a sus aspirantes despilfarrando recursos económicos, siendo los principales beneficiarios de estas campañas publicitarias las grandes empresas publicitarias de medios electrónicos, redes sociales, prensa escrita, espectaculares, pintas, encuestadoras etcétera, a pesar de la difícil situación económica de nuestro país, sin que los supuestos reguladores de los procesos electorales les hagan cumplir las normas y los tiempos establecidos para tal efecto, que tiene como resultado lógico un arranque del proceso electoral disparejo para los partidos que van a participar.
Por otra parte, uno de los posibles candidatos, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, se registró como aspirante a la candidatura presidencial del partido Movimiento Ciudadano (MC) para las elecciones de 2024. Seguramente, algunos electores esperaban un tercero en discordia por estar hartos de la política de los partidos participantes en la llamada oposición (PRI, PAN y PRD), incluido el partido en el poder, que ha traído de los peores resultados a nuestro país en todos los rubros.
Morena busca que todos los inconformes se vuelquen a votar por ellos y al final en momentos decisivos traicionen al electorado que los eligió de una o de otra manera.
Para mi sorpresa y la de muchos, en todo su discurso pronunciado el pasado 12 de noviembre, Samuel García, se lanzó en contra de la alianza PAN-PRI-PRD, pero al actual gobierno no lo tocó ni con el pétalo de una rosa, ¿será solo mi imaginación? ¿Que sólo quiere servir a los intereses del partido en el Gobierno?
Esta situación ya había sido anunciada por López Obrador en una mañanera en meses anteriores. Morena busca que todos los inconformes se vuelquen a votar por las y los candidatos de ese partido por ser según ellos una alternativa y al final en momentos decisivos traicionen al electorado que los eligió de una o de otra manera.
Por otra parte, AMLO con sus enroques: primero con el incómodo para él INE y en los últimos días en el Poder Judicial de la Federación va poco a poco ganando terreno. En reunión celebrada el día 25 de octubre de este mismo año 2023, con motivo de la inauguración de la “12 Conferencia Internacional de Educación postsecundaria, Educación Superior e investigación” con los dirigentes del SNTE, López mencionó que hay que revertir la privatización de la pensiones del gremio (del magisterio), pero que a él ya no le va a dar tiempo, pues sólo le queda un año.
No debemos olvidar que una de las grandes promesas que hizo López Obrador con el magisterio nacional fue la de echar abajo la reforma educativa aprobada por los gobiernos conservadores una vez que llegara al poder, compromiso que se le olvidó y lo vino a recordar cinco años después. Esto tiene sentido porque este sector de trabajadores, a quien ha afectado seriamente el problema de la pérdida del poder adquisitivo del salario que se está viviendo en este sexenio, tiene uno de los números de votos corporativos más grandes del país; por eso es tan importante venir a prometer nuevamente lo mismo, pero no sin antes advertir que para lograr esto es necesario abonar a su proyecto, es decir que el magisterio tiene que votar por su candidata.
Si a esto le agregamos que la supuesta oposición a estas alturas del proceso electoral no cuenta con la definición de sus candidatos a excepción de la Presidencia de la república, pues según el INE, el proceso electoral inicia legalmente el 24 de noviembre de este año 2023 y la selección de candidaturas a la Presidencia de la República, senadurías y diputaciones por el Principio de Mayoría Relativa deberá realizarse a más tardar el 24 de enero del 2024, mientras que por el Principio de Representación Proporcional será el 31 de enero del próximo año, esto nos debe de dar como resultado que todas las cosas se están acomodando de manera lógica para que se den los resultados esperados y mencionados por el presidente López Obrador.
¿Para la clase trabajadora a la que día a día trabajamos para construir un mejor país cuál es la opción en este proceso electoral que está por iniciar? ¿Quién representa nuestros verdaderos intereses como personas y como país? ¿Cuántos de los 98 millones de mexicanos que tenemos que acudir a votar en las próximas elecciones están representados en los partidos que existen actualmente? No tendremos otra opción que votar por Chana o por Juana, el resultado será el mismo.
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