A más de un año cuando México conoció del surgimiento de un nuevo coronavirus, lo primero que evidenció la poca preparación del gobierno para enfrentarla fue su reacción tardía, sobre todo al aceptar el flujo de personas de diferentes partes del mundo a nuestro país, y el colmo de la irresponsabilidad fue que el presidente afirmó que la pandemia a su gobierno "le caía como anillo al dedo"; hoy el país tiene poco más de dos millones 256 mil casos confirmados y más de 205 mil muertos conforme a las cifras oficiales.
Y aunque digan que ha habido un descenso en los contagios debido pues se han ido desocupando las camas en los hospitales, los críticos señalan una tercera oleada de contagios. Ante la presencia de las elecciones llega la estrategia populista con expresiones como la del gobernador de Puebla de que "a los pobres no les daría" covid-19; o las declaraciones del presidente al decir que estaría a salvo por "su fuerza moral" y que los ricos han traído la pandemia por tener la capacidad de viajar al extranjero, luego el presidente hizo oídos sordos a los llamados de los gobernadores que aún no se reponían de la desaparición del seguro popular y de la concentración de recursos financieros y humanos en manos del gobierno federal, que ahora con la pandemia se agrava la situación médica; entonces "le aventó la bolita" a los gobiernos estatales para resolver los problemas de la covid-19, todo esto para evadir la realidad que se vivía.
En esta época, la pandemia se ha usado por los demagogos y populistas para acrecentar su poder, tratar de detener la democracia y evitar los contrapesos políticos, pero a la vez se nota su incapacidad técnica, su menosprecio por la ciencia, sino recordemos “el detente” en Palacio Nacional mientras los recursos se usan políticamente en una estrategia clientelar a través de los programas sociales que en este tiempo de crisis económica, por la pandemia, han sido para mucha gente los únicos ingresos.
Ahora ante la presencia de las elecciones el uso de la vacuna si se puede considerar "como anillo al dedo", pues se dice que el Plan Nacional de Vacunación en México continua su marcha y aunque se encuentra en sus primeras etapas para a la población más vulnerable y que arrojan al seis de abril, 308,524 dosis de las diferentes vacunas que han llegado a México, inmunizando desde el inicio de la campaña, a personal sanitario, educativo y personas adultas mayores; sin embargo, ha sido insuficiente porque la primera dosis no garantiza la inmunización ante tal enfermedad; y ahora proponen el regreso a clases sin inmunizar a la población estudiantil, ante las presiones para reactivar la economía.
Volvemos a caer nuevamente en que el Gobierno federal no tiene ningún plan, es llevar a la juventud a jugar con su salud, si bien es cierto que es importante que se regrese a las aulas considerando todos los problemas que acarrea el hecho de que los niños y jóvenes estén en el encierro, debe de haber un programa de inmunización para ellos, y de eso el gobierno no dice nada.
Muchos dirán que hay un costo en vidas por la pandemia, pero la obligación del gobierno en turno es buscar que lo daños colaterales sean mínimos; por lo tanto, debemos analizar las propuestas y resultados de aquellos que hoy se proponen tener un puesto en San Lázaro o un puesto gubernamental o municipal, ya que muchos son viejos conocidos que tienen más de lengua que soluciones efectivas; el pueblo tiene el poder de decidir, de cambiar las cosas, pero si no está educado políticamente, si no está organizado, difícilmente podrá participar para establecer un verdadero cambio nuestro país.
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