El pasado 28 de febrero del año en curso, en la empresa norteamericana productora de autopartes para automóviles Tridonex, ubicada en Matamoros, Tamaulipas, se realizó el recuento de trabajadores para decidir qué sindicato debería ser el administrador y titular del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT). Contendieron el Sindicato de Trabajadores Industriales de Plantas Maquiladoras y Ensambladoras (STIME), afiliado a la CTM, y el Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de Industrias y Servicios (SNITIS). Los resultados fueron contundentes; de un total de mil 313 sufragios emitidos, el SNITIS obtuvo mil 125 votos a favor, lo que representa el 80 por ciento. Sin duda un triunfo irreversible.
Visto en la superficie, los trabajadores agrupados en el SNITIS lograron sacudirse al viejo charrismo sindical de la CTM, representado por el STIME y, por tanto, pareciera que, tras el abrumador resultado del recuento por la titularidad del CCT, los triunfadores no pueden ser otros que los trabajadores de Tridonex.
Sin embargo, si nos detenemos a investigar quiénes son los promotores de este cambio sindical, encontraremos que se esconden aviesos intereses económicos, políticos y sindicales que los trabajadores de Tridonex y de México debemos conocer para no ser engañados.
Lo que ocurre en Tridonex no es el resultado espontaneo de los obreros que, por fin, conscientes de la explotación y el abuso a que son sometidos por la empresa y su sindicato, han decidido sacudirse al charrismo de la CTM. Las cosas no son tan simples como parecen. En Tridonex se está aplicando la política laboral que el Gobierno norteamericano le impuso a nuestro país a través del T-MEC y la reforma laboral de 2019. Las dificultades que enfrenta el capital norteamericano obligan a su Gobierno a establecer nuevas normas comerciales que favorezcan su mercado.
En la lucrativa industria automotriz, los dueños de las empresas estadounidenses argumentan que existe una competencia desleal porque en México nuestra mano de obra es más barata, hecho que, además de ser cierto, ha provocado un desplazamiento de miles de capitales y puestos de trabajo de Estados Unidos hacia nuestro país.
Por tanto, los promotores del cambio sindical en Tridonex lo que en el fondo buscan es establecer nuevos estándares salariales en el mercado de la industria automotriz a favor de la competitividad y el capital norteamericano. Para ellos la regulación de los mercados y el incremento de sus ganancias es lo principal, mientras que el mejoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores mexicanos será lo de menos.
Es precisamente en el marco del T-MEC y la reforma laboral de 2019 que, en mayo de 2021, la Federación Americana del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO), la central sindical más importante en Estados Unidos, solicitó al Gobierno norteamericano presentar una queja al Gobierno mexicano porque en Tridonex se obstaculiza la elección de una representación sindical independiente en su planta de Matamoros, Tamaulipas.
En respuesta y utilizando el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida, contenido en el capítulo 23 del T-MEC, el Gobierno norteamericano, a través de su representante comercial, Katherine Tai, promovió la queja por violación a los derechos de los trabajadores de Tridonex propuesta por la AFL-CIO.
"Los trabajadores en el país y en el extranjero merecen el derecho a negociar colectivamente un salario justo y condiciones de trabajo decentes sin temor a represalias", dijo Tai,
Esta grosera intromisión del Gobierno y los sindicatos norteamericanos en la vida laboral de nuestro país, utilizando un lenguaje manipulador sobre la justicia, la democracia y la libertad sindical es a todas luces una trampa del capital para primero penetrar al seno de la clase obrera mexicana y luego asumir el control en la aplicación de las normas laborales en nuestro país.
De esta forma y con el apoyo del Gobierno de Estados Unidos y la aceptación del Gobierno de México, en julio de 2021, el SNITIS promovió ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) una demanda de titularidad por el CCT en Tridonex.
El representante de la FAL-CIO, Eric Gottwald, aplaudió los resultados de su gestión y dijo: “apreciamos los esfuerzos de los gobiernos de Estados Unidos y de México para resolver el caso en una manera que garantice el derecho de las y los trabajadores de Tridonex a elegir democráticamente su sindicato sin temor a represalias […] la interposición de una demanda por la titularidad del contrato colectivo de Tridonex en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, SNITIS está ejerciendo sus derechos en el contexto de la reforma laboral del primero de Mayo de 2019 y del T-MEC. Hacemos un llamado a las autoridades mexicanas y estadounidenses para asegurar que las y los trabajadores de Tridonex tengan un pronto, libre y justo recuento sindical”.
A estos intereses norteamericanos debemos sumar los intereses del gobierno morenista que buscan desplazar a la CTM del férreo control que por décadas ha tenido sobre la clase obrera mexicana. Un viejo y anacrónico sindicalismo oficial que el Gobierno mexicano construyó y moldeó en favor de los patrones, desde el nacimiento del sindicalismo en México, los trabajadores quedaron sometidos por el Estado, un sindicalismo domesticado que nace con el vergonzoso pacto suscrito entre la Casa del Obrero Mundial y el Gobierno de Venustiano Carranza para combatir con los “batallones rojos” a las fuerzas revolucionarias de Villa y Zapata. Desde entonces hasta nuestros días el Estado mexicano ha tenido necesidad de cuidar y favorecer al capital a costa del sometimiento y control de los obreros de México. Esa fue la tarea encomendada a la CTM.
Este hartazgo de los trabajadores asalariados en contra de la CTM es el mismo hartazgo contenido que, en el terreno de la política, el pueblo de México sentía por el PRI. El pueblo castigo al PRI para colocar en su lugar a Morena pensando que habría y cambio favorable que habría de repercutir en su bienestar. De igual forma hoy los trabajadores castigan a la CTM esperando que las centrales y sindicatos independientes promovidos por el morenismo favorecerán a sus intereses laborales. Espejismo puro.
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