MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El regreso a clases, ¿es seguro?

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Desde el mes de diciembre de 2019 tuvimos conocimiento de una nueva enfermedad ocasionada por el coronavirus SARS-CoV-2, escuchamos todo lo referente al avance en la población de las grandes ciudades de Asia y Europa y su inminente llegada al país en marzo de 2020. La falta de precaución y medidas serias que debería instrumentar el Gobierno federal y el titular de la secretaría de Salud federal, no se dieron. Con dolor resistimos y sufrimos los decesos reales que no coinciden con los oficiales.

Vino la segunda ola de contagios y vivimos el repunte de infectados y fallecidos, sabemos de primera mano por familiares y conocidos las consecuencias. Y las autoridades que esperábamos escucharan las recomendaciones internacionales que propusieron las ONG para nuestro país, hicieron caso omiso a pesar del incremento de víctimas mortales y en este momento nos enfrentamos a la  tercera ola con la variante Delta  de este virus, que el 27 de agosto tiene un estimado acumulado de 3 millones 311 mil 317 de infectados, 133 mil 804 de casos activos, el acumulado de decesos oficial asciende a 257 mil 150 y que en las últimas veinticuatro horas reconoce 19 mil casos con 863 muertes, nosotros sabemos de personas a quienes como causa de defunción se les dan diagnósticos diversos queriendo con ello ocultar la realidad y nos encontramos con que el primer mandatario ha decretado el regreso a clases presenciales dejando la responsabilidad en padres de familia y alumnos desde el preescolar hasta el nivel superior, se quiere convencerlos de que es necesario correr el riesgo,  abandonándolos a su suerte, como es costumbre desde que inició su mandato.

Ahora, cuál muñeco de ventrílocuo, el titular de la SSA federal recordó que las medidas de contención contra la covid-19 son: “lavado de manos, aplicación de gel antibacterial, uso de cubrebocas, distanciamiento social, confinamiento o cuarentena voluntarios, evitar aglomeraciones y ventilar espacios cerrados” (Uno Tv noticias).

Esto solo confirma que esta pandemia que ha diezmado a la población a nivel mundial a pesar de que el gobierno de México lo niegue y no asuma su responsabilidad, vemos con pesar que la clase social en la que se ha cebado este nuevo flagelo como es lógico es la trabajadora, vulnerable por varias razones: escasos trabajos formales, bajos salarios. “Feix (2020) indica que, entre abril y mayo del año pasado, el empleo informal en el país pasó de 47.7% a 51.8%; a finales de abril de 2021, la tasa de informalidad ya se encontraba en 55.1%, lo que refleja niveles similares a períodos anteriores a la pandemia”, dice nexos.com.mx. Otra de las causas es la falta de apoyo real del Gobierno federal que se ha limitado a entregar dinero a ciertos sectores de la población, insuficientes para solventar los gastos que implican atender los problemas del sustento cotidiano y ni se hable de los problemas de salud, la desaparición de fondos que destina el gobierno y que atenúan las necesidades de este sector de la población que han venido creciendo a pesar de los discursos oficiales.

Pues bien no todos son irresponsables ante esta amenaza que se cierne sobre la cabeza de niños y jóvenes que deben regresar a clases presenciales sin estar realmente preparados para resistir a un virus letal, grupos de alumnos conscientes organizados en la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR) han hecho planteamientos serios para regresar con cierta seguridad a clases, solicitando vacunas contra la covid-19 para todos los estudiantes desde el nivel básico hasta el superior, rehabilitación completa de escuelas oficiales proporcionando el servicio de agua potable suficiente, proporcionar gel antibacterial, arcos de sanitización y sanitizante suficiente, espacios adecuados para los alumnos, proporcionar además banda ancha en escuelas y espacios públicos, así como plataformas gratuitas para impartir y recibir clases, finalmente dotar a los alumnos de ordenadores para recibir clases.

Como el Gobierno no ha estado dispuesto a atender correctamente esta pandemia, será el único culpable de lo que pueda suceder a niños y jóvenes, juega con la vida de quienes deberían estar protegidos para sacar adelante al país de las crisis que los poderosos en turno han ocasionado. Pero cómo es su costumbre, echará la culpa que le corresponde a gobiernos anteriores, cuento que cada vez menos gente le cree. Que conste que padres de familia, niños, jóvenes, maestros y la sociedad en general han advertido sobre el peligro inminente.

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