MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El imperialismo también se cierne sobre Nicaragua

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Aunque la prensa internacional ha centrado su atención en las protestas en Cuba, por razones políticas y por el emblemático papel que ha jugado la isla caribeña, hay otros países latinoamericanos que están siendo víctimas de las agresiones del imperialismo. Uno de ellos es Nicaragua, donde gobierna el izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) desde 2007, en la persona de Daniel Ortega Saavedra, quien ahora es acusado de querer eternizarse en el poder, para lo cual no ha dudado, dicen sus críticos, en encarcelar a sus competidores de cara a las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo el próximo 7 de noviembre. 

Para entender el fenómeno es necesario remontarnos cuatro décadas en el tiempo. En 1979, el Frente Sandinista logró hacerse del poder tras derrotar a las fuerzas militares de la dictadura de Anastasio Somoza. Los siguientes 11 años esta formación política gobernó con el objetivo de elevar el nivel de vida de los pobres, pues los regímenes de derecha habían dejado un verdadero desastre social. Sin embargo, la reacción desplazada, respaldada por el gobierno de Estados Unidos, armó a su propio grupo guerrillero llamado Resistencia Nicaragüense, mejor conocidos como Contras. Finalmente, la presión económica, militar y política del imperialismo logró que el gobierno sandinista aceptara llamar a elecciones presidenciales en 1990, donde la candidata de la derecha, Violeta Barrios de Chamorro, derrotó al presidente en funciones Daniel Ortega. A decir del mismo Ortega, el pueblo nicaragüense, cansado de la guerra, votó por la paz, porque sabía que el imperialismo norteamericano no iba a detener sus agresiones hasta que el Frente dejara el poder.

De 1990 a 2007 la derecha gobernó Nicaragua, siempre con el apoyo de Washington. No obstante, el resultado no fue el que señalaron los panegíricos del statu quo mundial. La política neoliberal instrumentada en ese país centroamericano dejó aumento de la desigualdad, la pobreza y más violencia. Ante esos resultados, el pueblo volvió a confiar en el sandinismo, de tal manera que Daniel Ortega, su líder histórico, regresó al poder y se ha reelegido dos veces con amplia mayoría. 

Los resultados de esta segunda etapa del Frente Sandinista en el poder han sido mejores en todos los rubros comparados con los 17 años de la derecha. Es cierto que la pandemia ha dejado efectos negativos en Nicaragua, igual que en la mayoría de los países del mundo, pero indudablemente el nivel de vida ha mejorado. ¿Cuál es el fondo de la disputa, entonces? El imperialismo norteamericano y sus representantes locales quieren detener el ejemplo de Nicaragua; es la disputa histórica entre dos proyectos antagónicos, y no hay duda de que Ortega y el sandinismo, a pesar de todos sus defectos y errores, representan a los pobres, de ahí la virulencia del tribunal mediático mundial. Daniel Ortega ha demostrado tener la mesura y la inteligencia necesaria para repeler los ataques del imperio, y el pueblo la conciencia suficiente para respaldar su revolución. Por el bien de nuestro subcontinente, que sigan resistiendo. 

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