MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El gobierno de Morena forma el carrusel de la muerte en Tabasco

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Tras el llamado para ser censados y recibir un apoyo, miles de tabasqueños se aglomeraron en las diversas instalaciones habilitadas por la Secretaría del Bienestar, todos con la esperanza de recibir los 10 mil pesos prometidos por el presidente Andrés Manuel López Obrador y reponer algunas de las pertenencias que perdieron durante la inundación. Pero desde antes se vislumbraba la politiquería ruin detrás de los apoyos, razón por la que esta medida fracasaría.

Los censos de Bienestar llegaron 70 días después de la tragedia. Los tabasqueños llevaban dos meses bajo el agua cuando por fin decidieron a actuar.  Durante ese tiempo fue evidente la ausencia de programas y apoyos de todos los niveles de gobierno, el único paliativo que anunciaron fue darle dinero a la gente para que se olvide de lo mal que han manejado el gobierno de la 4T al estado y al país. El Gobierno del morenista Adán Augusto anunció con bombo y platillo el inicio del censo casa por casa, para ponerles una calcomanía y darles un folio para cobrar diez mil pesos y después, quiz&aacute, otros ocho mil.

Pero ¿¡qué son 10 mil pesos frente a la tragedia!? La gente perdió todo, su casa, sus enseres, sus cosechas, sus trabajos, sus medios de vida; durante 70 días pasaron y siguen pasando hambre, pues no se hizo entrega universal de apoyo alimenticio inmediato y suficiente, solo el pueblo bueno se solidarizó con sus hermanos tabasqueños y envió comida y ropa a los damnificados. Las autoridades estatales cerraron los albergues oficiales cuando miles de tabasqueños siguen sin poder regresas a sus casas y comunidades por encontrarse éstas todavía entre el agua verde, estancada. En esa incertidumbre están los habitantes de Tamulte en Centro, Sarlat y Caparroso en Centla, en Nacajuca, Macuspana, Emiliano Zapata, Balancán y Tenosique, por mencionar algunos.

Ante el abandono de las autoridades, el apoyo prometido no ha calmado la ira y la inconformidad de los tabasqueños, quienes denuncian que el censo levantado por Bienestar se dio en un ambiente de favoritismo, escogido a la gente militante del partido en el poder y no de las zonas en donde el pueblo sigue padeciendo la inundación. Hubo denuncias documentadas por los medios de comunicación y en redes sociales, de las injusticias cometidas por los llamados "servidores de la nación”. Esta primera injusticia dividió familias, se crearon conflictos entre vecinos, hubo cierre de carreteras, represión del gobierno, engaño de las autoridades y, al final, censaron a quien ellos quisieron y dejaron sin apoyo a miles de hogares que hasta el día de hoy piden justicia al Presidente.

La segunda injusticia fue que, para avisar sobre los censos, Bienestar difundió la información de las colonias que iba a censar, pero a las 10 de la noche del día anterior, dando casi nada de tiempo a los afectados para enterarse del proceso y de los requisitos. Miles de tabasqueños que perdieron todo se encontraban refugiados con familiares, con vecinos de otras colonias, por lo que no les dieron tiempo de entrar en los censos. Fue triste e indignante ver a la gente corriendo y arriesgándose al contagio por covid-19 para alcanzar a los "servidores de la nación”. Así mucha gente se quedó fuera del programa, aunque hubiera resultado afectada por la inundación.

La tercera injusticia tiene que ver con la forma en que Bienestar programó los pagos del apoyo. Igual que quien anuncia un espectáculo, el secretario de Bienestar puso a trabajar su estructura mediática para anunciar la entrega de los 10 mil pesos a los damnificados "por instrucciones del presidente&rdquo, aclaró.  Pero advirtió que para ello utilizarían "las listas por colonias y apellidos, y que se harán en sedes oficiales y que todos deben cuidar las medidas de higiene y sana distancia”. A muchos, incluyéndome, nos sorprendió escuchar que iban a mandar a la gente a que salieran de sus casas, a que tomara transporte público, que viera con quién dejar a sus hijos, a sus enfermos y a sus ancianitos, para ir a cobrar la ayuda gubernamental.

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Como muchos preveíamos, la entrega fue un fracaso: las aglomeraciones, las largas filas y las horas de espera expusieron al contagio por covid–19 a miles de tabasqueños que esperaban ser beneficiados, lo cual tampoco pas&oacute, pues ante el universo de gente, la logística de la Secretaría del Bienestar se vio rebasada. En Tabasco, solamente el pasado fin de semana hubo un incremento de 431 casos activos de covid, pasamos de mil 571 casos el viernes a dos mil el domingo, precisamente el primer día de pago a 20 mil damnificados. Los municipios con mayor número de contagios y muertes son precisamente los que siguen inundados: Centro, con 19 mil 950 casos; Nacajuca, con tres mil 357; Cárdenas con dos mil 394 y Macuspana con dos mil 130.

Fueron los habitantes de estos municipios los que precisamente estuvieron esperando largas horas el apoyo prometido por López Obrador, sin logística, sin servicios médicos, sin servicio de limpia, sin sombra ante el abrazador sol. Un grave delito y, sobretodo, una grave afrenta al pueblo, pues lejos de aceptar la mala organización y mezquina forma de dar los apoyos, la Secretaría del Bienestar se defendió acusando a los damnificados de irresponsables por no cuidarse y no seguir las medidas de salubridad ante la pandemia. Pero la culpa no es del pueblo, pues éste, al no tener nada, acude al llamado de quien tiene los recursos y la obligación de apoyar a todos los afectados; la culpa es del gobierno que sabedor del incremento en contagios citó a la gente y no previó este problema. La mala planeación tuvo al pueblo de Tabasco todo el día sábado en suspenso, al darse a conocer la primera lista de beneficiados, todos salieron corriendo a formarse solo para encontrarse que, a más de la mitad de los citados, no se les atendió.

Si los gobiernos estatal y federal siguen con esa política solo arriesgarán a miles a que se enfermen. Lo correcto sería ir casa por casa, en donde censaron, y dar el apoyo a cada familia que lo requiera. También podrían poner muchas más sedes, por ejemplo, una por sector, por colonia, comunidad o calle, para que la gente no tenga que salir a exponerse a la enfermedad. Una ventaja ir casa por casa, es que encontrarán también a los afectados que no censaron y pueden enmendar su error. Pero dudo mucho que esto suceda, pues Morena se ha caracterizado en hacer oídos sordos a las recomendaciones que de buena fe le hace la ciudadanía. Pero de no cambiar su política, el pueblo tiene el derecho a organizarse, a exigir que las cosas se hagan de la forma en que sea benéfica para el pueblo y, sobre todo, tiene derecho a exigir un proyecto hidrológico, serio, radical y que termine para siempre con el problema de las inundaciones en el estado.

En este sentido, organizaciones de la sociedad civil, representantes de colonias y diversas comunidades ya han formado la Coordinadora Ciudadana por Tabasco, a la que también se ha sumado el Movimiento Antorchista de Tabasco. Los miles de integrantes de la Coordinadora coinciden con que Tabasco no se debe volver a inundar; exige también que los apoyos se entreguen a todos los afectados y evitar, as&iacute, las aglomeraciones populares de las que hemos sido testigos en días recientes. El gobierno debe prevenir las largas filas en el carrusel de la muerte y evitar que Tabasco también sea el estado con más contagios y muertes por covid–19. ¡Basta ya!, hago un llamado a la población a unirnos para exigir al gobierno que el apoyo sea para todos los afectados sin distinción y que la entrega se haga casa por casa para no exponer a los tabasqueños al contagio de esta grave enfermedad.

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