En la Antigüedad nadie pensaba en ofrecer protección especial a los niños, se habla por los historiadores que en la Edad Media los niños eran tratados como «pequeños adultos».
Antes del período de la Ilustración los niños eran considerados como meras extensiones de lo doméstico y «propiedad» de sus padres y/o guardianes legales, quienes ejercían control absoluto parental.
La ideología burguesa y la pobreza material en que se mantiene a los individuos en las sociedades capitalistas, ha convertido a las familias en personas que ven a sus hijos como proveedores futuros de mucho dinero para resolver las precarias condiciones de la familia, no como hijos de la sociedad donde el estado tiene un deber honroso de formar a hombres y mujeres libres que después contribuyan con su saber a la sociedad que los vio nacer, los desarrolló y educó.
Aunque las leyes regulan la obligación del Estado Mexicano, este se desentiende de su deber social en cuestión.
En la época de la revolución industrial inglesa que data del año 1741 a 1850, la burguesía naciente de las entrañas de la sociedad feudal, el escritor Inglés Charles John Huffam “Dickens”, publicó: “Oliver Twist” una de las primeras novelas sociales de la historia de la literatura (1837 y 1839), que expone las terribles condiciones de los niños trabajadores. Y es hasta en 1973 que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aprueba el convenio número 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo, que establecen los 18 años como la edad mínima para realizar todo trabajo que pueda ser peligroso para la salud, la seguridad o la moral de un individuo.
Los progresos y los cambios a favor de la vida de los niños y los jóvenes vienen implícitas a las conquistas históricas de las heroicas luchas de los trabajadores, gracias a ello también de 1847 a 1853 Anthony Ashley Cooper, séptimo conde de Shaftesbury junto a otros reformadores sociales, creó las actas de fábrica para mejorar las condiciones laborales de los niños trabajadores ingleses.
Pero pasemos a la actualidad. Según Inegi en 2019, el trabajo infantil en México es de 3.3 millones de niños, con la pandemia estos datos se han elevado de niños que trabajan para ayudar el sostenimiento en el hogar.
Viene a cuento ante la actitud y discurso arrogante del actual Gobierno Federal con la niñez y juventud mexicana, y cae por su propio peso, que para él la vida de los niños ajenos no tiene valor; primero al negar que había franca escasez de medicamentos oncológicos para los infantes enfermos de cáncer y al afirmar que “los menores de edad tienen muy bajo riesgo de enfermar y de morir por Covid-19”, enunciando que hasta el 25 de julio pasado se habían contagiado 57,490 menores de entre 0 y 17 años y habían fallecido 595”, datos que no se sabe con precisión, porque su gobierno no aplica pruebas, cada familia se vale por sí misma.
Sin embargo, especialistas como el doctor en Ciencias (Matemáticas) por la UNAM, Arturo Erdely, con base en los datos abiertos de la Secretaría de Salud de México, hasta el 17 de agosto de 2021, dice: “desde que inició la pandemia, ha habido 138 mil casos positivos de SARS-CoV-2 entre bebés, niños y adolescentes. Se trata de casos confirmados acumulados en menores de edad, de los cuales siete mil han requerido hospitalización en todo México a causa de la enfermedad Covid-19”.“Lamentablemente, en el país ha habido 725 defunciones confirmadas por la Covid-19 en menores de edad", afirma Gaceta UNAM (19 de agosto 2021)
A pesar de ello, el gobierno federal ha decidido que los niños y adolescentes deben volver a las aulas a partir del próximo 30 de agosto, luego de un año y medio de tomar clases a distancia que fue, un total fracaso por la falta de internet en su mayoría sin ningún tipo de apoyo del presidente, ahora dice: “las clases presenciales iniciarán en el mes de agosto “Llueva, truene o relampaguee”, “No vamos a mantener las escuelas cerradas, ya fue suficiente”.
A pesar de que la tercera ola de la pandemia está en su momento de mayor aceleración de contagios y muertes, hoy 19 de agosto de 2021, de acuerdo con cifras oficiales en las últimas 24 horas, México registró 14 mil 814 nuevos contagios de Covid-19, así como 877 decesos, más los que no registran por falta de pruebas. Desde que empezó la pandemia suman 3 millones 123 mil 252 casos positivos.
La preocupación ha llevado al pronunciamiento de exsecretarios de salud (José Narro, Julio Frenk, Mercedes Juan y Salomón Chertorivski) que conocen las debilidades de las condiciones de salud del país y advierten que el regreso a clases este 30 de agosto es ‘precipitado’ y no hay condiciones mínimas necesarias, en medio de la creciente tercera ola de COVID-19.
Como el lector puede deducir, una vez más, el gobierno morenista, demuestra con sus hechos que no le interesa la educación de los hijos del pueblo de México aunque diga lo contrario, su prioridad está en derrochar dinero de nuestros impuestos para comprar votos como ocurrió en las pasadas elecciones, y no aprovechó el tiempo para prever, resguardar la vida de los mexicanos que juró defender a costa de su vida, cuando tomó protesta. Tuvo mayor importancia su ambición de poder en las elecciones pasadas, consultas que no resuelven problemas concretos de los más pobres y no invirtió recursos para crear las condiciones por un regreso seguro a clases de la niñez y la juventud.
Todos los mexicanos y los especialistas coinciden en que es correcto, que ya se deberían iniciar las clases presenciales, que los jóvenes no sólo rezagan su preparación académica y que las familias se quejan de ello. Y la pregunta es, ¿por qué el presidente no pensó antes en eso? Hoy le parece inaudito esperar y ponerse a trabajar para crear las condiciones.
Sin embargo, como trogloditas, los funcionarios morenistas han optado normalizar el regreso a clases sin importarles la vida de los mexicanos. A estas alturas, cuando ya varios países han retornado a su relativa actividad económica, educativa, casi a una vida normal es precisamente porque previeron con responsabilidad las medidas, invirtieron recursos para salvar a su pueblo y han vacunado a sus ciudadanos como China, Rusia, Cuba, entre otros.
Muchos jóvenes han manifestado que quieren regresar a clases pero que el estado mexicano haga lo que le corresponde: vacunas para todos los niños y los jóvenes, que genere las condiciones de salud, higiene y rehabilitación de los planteles, en todas las instituciones educativas es lo más urgente si se quiere normalizar las actividades en tiempo no muy lejano, sin tanto riesgo. Por eso desde este medio me sumo a la voz que alzan los jóvenes estudiantes de la Federación Nacional de Estudiante Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR), a los padres de familia y maestros que exigen vacunas y condiciones para un regreso seguro a clases. Como la historia nos enseña, para que tengamos condiciones de una vida mejor para todos es menester la organización, educación y la lucha de las clases trabajadoras de México, a ello nos invita el Movimiento Antorchista Nacional.
Los mexicanos debemos analizar la realidad cotidiana de manera objetiva, no con el punto de vista oficial del Gobierno morenista que ha envenenado de odio y rencor las almas de muchos ingenuos. Ningún pueblo ha conquistado su verdadera libertad por ese camino.
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