El pasado 6 de octubre más de 100 mil antorchistas nos dimos cita en el corazón del país, el CDMX, con un solo objetivo: exigir al unísono justicia y solución a nuestras sentidas demandas, que muchas de ellas de no resolverse atentan contra la integridad física, incluso con la vida de muchos de nuestros compañeros de lucha.
Nuestra movilización enteramente pacífica, sorprendió a muchos, por la comparación que se hace con la desatada furia con la que muchos grupos han secuestrado el derecho a la manifestación y han hecho desmanes en los monumentos por ejemplo, cosa con la que estamos en desacuerdo. La marcha caminó por el primer cuadro de la ciudad hasta llegar a la altura del Hemiciclo a Juárez, en donde fue interceptada por un poderoso operativo de seguridad compuesto por cientos de policías armados hasta los dientes, que estaba destinado a impedir el paso a nuestro numeroso contingente que deseaba llegar al zócalo capitalino, para después realizar un mitin y un acto cultural y con esto no afectar tanto la circulación.
Es increíble presenciar este tipo de actos de represión, que vienen de un partido que ostenta el poder en la capital y que se dice de izquierda, representado por Miguel ángel Mancera, ellos se han adueñado de nuestro zócalo y lo han convertido en un tianguis, donde eso sí, los más ricos del mundo pueden utilizarlo a sus anchas exhibiendo todos sus productos al por mayor y a los pobres como siempre se nos hace a un lado y se nos margina, a pesar de que nuestra dirigencia con mucho tiempo de anticipación se presentó en las oficinas del Gobierno de la CDMX para solicitar formal y oficialmente el zócalo, para realizar nuestro acto de protesta, pero no encontramos eco en este gobierno de "izquierda", que en los hechos nos bloquean.
Sin embargo, esto no fue impedimento, más de 100 mil antorchistas nos manifestamos y exigimos justicia para Don Manuel Serrano Vallejo, padre de la exalcaldesa del municipio de Ixtapaluca, Maricela Serrano Hernández, quien fuera secuestrado y asesinado por sus captores, hace dos años, un crimen con tintes políticos que se vaticinaba por la ola de terror que se estaba queriendo sembrar con los continuos recados anónimos que le llegaban a nuestra compañera, en la que amenazaban a su familia, si seguía luchando por un país mejor. El único pecado de Don Manuel, fue haber otorgado a nuestro país hijos sencillos que se entregaron a la lucha de los más pobres y que con sus obras han logrado que miles puedan vivir en mejores condiciones, cosa a la que todo mexicano tiene derecho. El desenlace no se hizo esperar, don Manuel Serrano fue secuestrado en el municipio de Tultitlán, Estado de México, cuando se disponía a abrir su puesto de periódicos, honrado oficio que desempeñaba desde hace décadas y con el cual pudo sacar adelante a sus hijos y hacerlos hombres y mujeres de bien, entre ellos a nuestra compañera Maricela, quien fue la primera que se integró a nuestra organización y debido a su inteligencia, constancia y convencimiento de los ideales tan nobles que persigue Antorcha se convirtió rápidamente en líder de miles de mexicanos que son víctimas de la desigualdad, la pobreza y la marginación a la que son sometidos por sus verdugos.
A pesar de todos los obstáculos de que somos objeto, la dirigencia y los miles de antorchistas en México exigimos y no descansaremos hasta que se haga justicia, hasta que sea entregado el cuerpo de don Manuel Serrano Vallejo, y se castigue al autor intelectual y material de tan horrendo crimen.
No descansaremos, porque nuestra voz, es la voz de más de dos millones de mexicanos que integran nuestras filas y exigen justicia, no descansaremos y nuestra lucha apenas empieza.
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