MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El circo de la dedocracia

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Estratégicamente, los tiempos electorales de 2024 se han adelantado, a nueve meses de la elección ya sabemos quiénes son las candidatas más fuertes de la oficialidad y la oposición (Claudia, Xóchitl), quienes competirán en las urnas del próximo mes de junio. Una de ellas será la próxima presidenta de la República.

Varios políticos mostraron interés para participar en alguna precandidatura que solo se quedó en el intento y hasta ahí llegó, como se esperaba; para ello hicieron la finta de un “transparente proceso” de democracia, reciclando viejas formas solo que revolcadas y maquilladas, para aparentar y hacer creer a la ciudadanía que las próximas elecciones serán un ejemplo de democracia, donde se elegirán presidente de la República, senadores, diputados federales y, a nivel local, nueve gobernadores, diputados locales, presidentes municipales y cabildos, serán “las más democráticas de la historia”.

Para ello tanto la oficialidad como la oposición han echado mano, al más viejo estilo, de encuestas, llamadas telefónicas, concentraciones masivas, entrevistas en los medios, discursos en las redes sociales, etcétera, viendo que no es así, lo único que ha quedado claro es que la austeridad republicana y el respeto a las leyes electorales son cosas del pasado.

Hoy la prioridad es perpetuarse en el poder, cueste lo que cueste, que siga al frente la elegida por el jefe del Poder Ejecutivo desde hace más de un año. Lo que vuelve a quedar en evidencia es que la dedocracia es una vieja forma de elegir candidatos, muy criticada, que a muchos no les gusta, pero única forma efectiva que permite perpetuarse en el poder. Lo demás es circo barato que todos pagamos caro.

Querer aparentar por todos los medios y formas, que hoy el pueblo decide mediante encuestas a sus próximos gobernantes es una falacia, una engañifa y una maniobra; al final el dedazo se impone y quedará la elegida como se está viendo. De lo que sí debemos estar seguros es el alto costo que se está pagando con nuestros impuestos este circo preelectoral, de eso no hay ninguna duda.

Hay que preguntarse ¿quién dijo que ellos eran los más capacitados para dirigir este país? Solo un grupo de partidarios allegados al partido (estructura partidaria), que por interés económico y laboral los han elegido, los que se han acostumbrado a vivir del gobierno y lo que menos quieren es dejar el poder, quieren seguir encaramados en los puestos públicos y viviendo de ahí.

Quiénes de todos los precandidatos han hecho bien las cosas en sus puestos que han ocupado como funcionarios, algunos durante décadas, para sentirse con el derecho de que pueden y deben ser la o el presidente de la República. Cuáles son los grandes logros que puedan presumir los de la 4T, empezando por la Ciudad de México. Estamos viviendo un desastre social y la oposición ya ni se diga cómo están las cosas en los estados y municipios que ellos gobiernan.

No hay a quién irle, todas las cúpulas de los partidos políticos, solos, en coalición o alianza están haciendo el show que entretenga a las mayorías humildes, mientras ellos se reparten y acomodan para el próximo sexenio. Eso es lo que provoca que no se pongan de acuerdo. Incluyendo a la oposición que, aun sabiendo que tienen pocas posibilidades de ganar, andan haciendo berrinches, sintiéndose los importantes y creyendo que son los grandes líderes sociales, pero todos ellos se alinean con un buen hueso político.

 Por ahora, los partidos políticos están haciendo un ridículo papel, al hacer alianzas y coaliciones, sumándose los más chicos con los más grandes y estos al frente de las alianzas. El pueblo solo tendrá de dos sopas, dos alianzas con capacidad de competir cada una de ellas representadas por un partido que se le han sumado la chiquillada partidaria, así de decadente está nuestro sistema político

El putrefacto y corrompido sistema económico, político y gubernamental burgués en nuestro país, no se curará con solo cambiar de partido político en el poder, nombrando nuevos candidatos, cambiando logos electoreros, reciclando viejas formas democráticas, haciendo encuestas, etcétera. Se requiere de un cambio de clase en el poder y que esta construya un nuevo modelo social, tomando como fuerza motriz a las mayorías.

Por ahora, los partidos políticos están haciendo un ridículo papel, al hacer alianzas y coaliciones, sumándose los más chicos con los más grandes y estos al frente de las alianzas. El pueblo solo tendrá de dos sopas, dos alianzas con capacidad de competir cada una de ellas representadas por un partido que se le han sumado la chiquillada partidaria, así de decadente está nuestro sistema político mexicano.

Las campañas preelectorales de las “corcholatas” son una burla y una ofensa al pueblo trabajador, vemos de todo menos austeridad republicana en esos procesos internos, están haciendo exactamente los mismo que tanto criticaron, rayan en el descaro y cinismo en las formas y estrategias al momento de hacer proselitismo político; derrochando recursos públicos en bardas, espectaculares por todas partes, eventos masivos con logísticas de alto costo, viajando por todo el país, etcétera.

Si alguien lo duda que le pregunten a Claudia, la “corcholata” consentida. La oposición, empezando procesos democráticos y no los culmina, dejando mucho qué pensar y concluir, pensando que los presidentes de partido pueden hacer y deshacer los acuerdos, sintiéndose dueños de los partidos, cortar procesos internos a su voluntad y antojo. De eso es testigo Beatriz Paredes.

Los ciudadanos de a pie, que somos la mayoría, hoy más que nunca, sin fanatismos políticos y partidarios, nos conviene observar, analizar, criticar y decidir si el proyecto que hoy está gobernando está haciendo las cosas bien, si el país se está dirigiendo por el camino correcto, los dirigentes de los partidos políticos, los precandidatos, su sequito más cercano a ellos, no esperemos que ellos hablen mal de lo que hacen, no tienen la valentía de ser autocríticos.

Los trabajadores del campo y la ciudad, los que con el sudor de su frente se ganan el sustento de sus familias día a día, ellos son los mejores y más honestos evaluadores y su veredicto es inobjetable, estos ciudadanos deben de razonar a quién le darán su valioso voto el próximo junio del 2024. O continuamos como vamos o cambiamos de proyecto, al final seremos cómplices, víctimas o culpables de los gobernantes que elijamos, de sus exitosas o fracasadas formas de gobernar, después no se vale quejarse.

A pesar del decadente sistema político, nos conviene elegir a gobernantes cuyas políticas públicas contribuyan a reducir la pobreza, distribuyan más equitativamente la riqueza, implementen sistemas de seguridad, salud y educación eficientes y efectivos; podemos pedir más, pero por ahora con eso nos conformamos. La moneda está en el aire, aunque de los dos lados por ahora no hay mucho qué esperar.

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