La docencia es una profesión compleja, apasionante, exigente, contando con una compleja particularidad. Actualmente, la sociedad desconoce lo que realmente realiza un docente en el aula, creen que únicamente es ir, presentarse, transmitir conocimientos y que ahí termina la jornada. Desconocen que la jornada aún continúa al terminar el horario escolar, llevando trabajo a casa.
A lo largo de los años el concepto que se tiene acerca de la docencia ha cambiado drásticamente, en cualquier nivel educativo; su papel juega un rol decisivo en el P - E - A (Proceso de Enseñanza-Aprendizaje), que parece estar cargado de más funciones a lo largo del tiempo.
Sin embargo, autores como Gargallo (2008), Izasa et al (2014) Cinta Carrillo, Contreras (2012), coinciden en que más allá de la formación académica con disciplina, en la labor del profesor trascienden otras habilidades y competencias para las que tiene que estar preparado, así como ir desarrollando de manera más efectiva el proceso de enseñanza-aprendizaje de manera paralela.
A primera impresión cualquiera pensaría que la labor docente es bastante aceptada y que conlleva una buena imagen ante la sociedad. ¿Pero es cierto eso? La realidad es otra, existen varias incógnitas frente a esta, por ejemplo:
¿Cómo es que ha desaparecido el prestigio y la autoridad que tenía el docente?
¿Cómo ve realmente la sociedad al maestro hoy en día?
¿Cómo es la perspectiva del docente activo ante esta problemática?
Al final del día la intención que tiene la profesión con la sociedad es completamente positiva, no obstante la sociedad termina pensando que hay incapacidades y defectos dentro de la labor docente, por lo que no se termina articulando una buena relación.
Francamente, ni la sociedad ni el Gobierno están conscientes de todas las funciones que un docente desempeña para llevar a cabo su labor.
Actualmente es constante que los maestros escuchen comentarios desfavorables. Se ha creado una mala imagen hacia la docencia; se piensa que realmente es una carrera que no vale la pena. Sin embargo, ser maestro no es cualquier cosa, ya que requiere de un compromiso enorme, y ese compromiso vale muchísimo para poder cambiar esa expectativa.
La docencia es una profesión de mucho trabajo, donde no existen horarios establecidos, donde el docente se compromete a dar lo mejor de él para formar los mejores estudiantes, que son el futuro del mañana y el futuro de nuestra sociedad.
Francamente ni la sociedad ni el Gobierno están conscientes de todas las funciones que un docente desempeña para llevar a cabo su labor, por lo que es importante que se le dé atención a este problema, ya que se termina desvalorizando una profesión que lo único que busca es el bien de la misma sociedad y formar a nuestros futuros líderes.
Hoy en día las autoridades y la SEP dejan que el docente se ahogue solo, tanto en carga y exceso de trabajo, como en condiciones laborales y, por si fuera poco, en pobreza, con los sueldos que son una burla. Los maestros exigimos un despegue salarial digno de un docente.
Exigimos revalorización docente; es necesario un salario justo para todo el magisterio del país. Definitivamente ser maestro hoy en día no es nada atractivo para ninguna autoridad superior, porque es un sueldo de risa.
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