En la capital de Michoacán, donde hay un total de 94 colonias con falta o insuficiencia de agua potable, las autoridades del Organismo Operador de Alcantarillado y Saneamiento del municipio de Morelia (OOAPAS), han adjudicado la falta de agua a la sequía principalmente, pero también enumera las siguientes causas: el bajo gasto de los pozos, la realización de obras aledañas, ajustes en el horario de servicio, mantenimiento correctivo, equipos dañados, fugas no localizadas y bajo nivel de los tanques, la baja presión en las zonas altas de los asentamientos, posibles eventos de vandalismo y robo de cableado.
Sin embargo, no mencionan que estos litros que salen de la Minzita, la cuenca del Río Chiquito, la presa de Cointizio, el Cerro del Águila y de pozos en el subsuelo que abastecen a Morelia, son en sentido estricto, acaparados por una minoría. Es decir, que hay una desigualdad social desde el mismo suministro de agua.
De acuerdo con la Conagua, el mexicano promedio consume 380 litros de agua al día, cifra pequeña según mi punto de vista, tomando en cuenta la gran cantidad de la población mexicana que vive en cierto grado de deficiencia de abastecimiento y que la misma Semarnat reporta que en promedio se suministran 264 litros diarios por habitantes. Es decir, el promedio suministrado es más de 100 litros menor al promedio consumido.
La desigualdad social se refleja en la distribución del agua en la ciudad de Morelia. Aunado a la falta del vital líquido para el sustento de casi un millón de habitantes. Pero las zonas residenciales, fraccionamientos y campos de golf, así como empresas se llevan la mayor parte del agua mientras que casi un 70 por ciento de la población de la zona urbana debe sobrevivir con tandeos o pagar el servicio de pipas.
Una familia en Morelia (dependiendo la zona) pagará alrededor de 300 pesos bimensuales por 15 mil litros de agua (15?m3). Y, dado el mal suministro hay quienes recurren a la compra de pipas de agua familias que gastan de 300 a 500 pesos a parte del pago de su recibo de agua para poder llevar a cabo las actividades del hogar, dinero que deben recortar muchas veces al gasto de la alimentación u otros gastos que se presentan en los hogares.
Estamos viviendo una crisis hídrica a nivel nacional, estatal y local. Y en este contexto de emergencia por el desabasto vemos según estimaciones reveladas que, solo un campo de golf donde acuden las familias ricas de Morelia, consume hasta 300 mil metros cúbicos de agua por año. Con los cuatro campos de golf con los que cuenta la ciudad en las zonas residenciales, habría un consumo superior a los 1.2 millones de metros cúbicos por año solo para la manutención de los espacios, destinados a una clase socioeconómica. Esto refleja que la cantidad de recursos que se está acaparando, no es poca.
Ante este panorama, la respuesta inmediata que reciben los colonos al visitar las dependencias, por ejemplo, es que no se cuentan con los recursos humanos es decir personal y tampoco económicos para resolver la problemática.
Todo ello producto de los recortes presupuestales del gobierno federal. Y ciertamente es así pues mientras la población sufre la falta de agua potable para mermar las altas temperaturas el gobierno de la 4T, está más preocupado por cuestiones electorales que resolver los verdaderos problemas de los mexicanos. Este periodo de sequía que azota al país según cifras emitidas por la Conagua, afectó en proporción mayor al estado de Michoacán pues, declara que somos el único estado con sequía extrema.
En conclusión , las clases altas de Morelia no sufren ni la sequía ni la falta de agua, pues no se conoce algún grupo de clase alta, manifestándose en las calles por no contar con el vital líquido y no lo hacen porque no tienen la necesidad de ello, pues la distribución del agua de Morelia no es por lo visto para todos los morelianos, al menos no para aquellos que viven en asentamientos irregulares, aquellos que la necesidad los hace habitar la periferia de Morelia y a aquellos que ni aun pagando impuestos, les llega el servicio por repartirlo prioritariamente a un sector minoritario.
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