Algunos ni siquiera se quisieran imaginar el dolor que debe de sentir una madre al ver que su hijo ya no regresa a casa, que salió a trabajar, pero que del carro de la fábrica ya no bajó, o que salió con sus amigos a pasar la tarde y ya no regresó y que cuando van con las autoridades, la primera respuesta es que “andaba en malos pasos”, sin que esto fuera cierto; así la historia se ha repetido cientos de veces, las autoridades sin soluciones y el dolor de las familias con algún familiar desaparecido en aumento.
Aunque las estadísticas no los tienen bien contados, las cifras de la Secretaría de Gobernación revelan que México cerró el año 2022 con un total de 109 mil 487 personas desaparecidas y no localizadas, aunque esta cifra queda muy por debajo de la realidad; el Registro Nacional de Personas Desaparecidas únicamente lleva contabilizadas 2 mil 367 personas (julio de 2023) en Baja California, no obstante, desde la misma Comisión Nacional de Búsqueda se reconoce que esa cifra no reflejaría los números reales.
A pesar de ello, grupos de familias se han dedicado a buscar a sus parientes, colectivos que han surgido ante el deficiente carácter del gobierno en querer resolver la demanda o de aportar para que las familias tengan las condiciones para encontrarlos; en alguna ocasión Norma Bustamante donó unas palas y carretillas a las madres buscadoras de algún colectivo, una real grosería, pues el ayuntamiento es uno de los municipios que más recursos maneja.
Contrario a lo que pareciera y a lo que muchos creyeran, las familias han tenido resultados palpables, encontrando cadáveres, a lo mejor no el de sus seres queridos, pero sí el de otros que se encontraban en el olvido, es así como vemos en las redes sociales fotos de cinco, siete, nueve cuerpos, hoy una oportunidad para que sean identificados y ser sepultados como debe de ser.
Las desapariciones son parte de un problema social y como problema social deben de ser atendidas por parte de los gobiernos, del nivel que sea, sí, se deben destinar recursos para que se tenga una comisión especializada, económicamente activa y bien diseñada para encontrar a los desaparecidos, pues de lo contrario, solo será un problema más que se irá postergando.
Hoy de lo que se trata es de apoyar, no con palas, no con carretillas, no con la moral, sino involucrándose, trabajando en coordinación para que las familias encuentren a sus desaparecidos, hoy más que ayer hace falta un gobierno solidario, que vea y sienta los dolores del pueblo trabajador, pero que sobre todo, los atienda; Antorcha ha sido vocera de estos síntomas, el movimiento ha gritado que se atiendan estos dolores, que se preste atención a las necesidades, que se voltee a ver al pueblo trabajador y lo seguiremos gritando y exigiendo, hasta que esto se haga realidad.
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