MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Demagogia, mientras en Hidalgo comunidades indígenas en abandono y pobreza

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El Catálogo de Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Hidalgo fue creado hace nueve años. En estas fechas, los diputados locales de la LXV legislatura actualizaron el documento, con lo que se incrementó el número de pueblos originarios que lo integran, quedando con mil 27 localidades en 44 municipios de la entidad.

Ateniéndonos a la realidad que viven miles de familias indígenas que se concentran en la sierra Otomí-Tepehua, la Sierra Gorda, la Huasteca y el Valle del Mezquital y con datos aportados por el Plan Estatal de Desarrollo (2022-2028) podemos ver esta denominación de poco les ha servido, es simple demagogia con la que se reconoce a la población indígena, pero no se realizan acciones que lleven a mejorar las condiciones de pobreza que históricamente abundan en estas zonas. Veamos.

En la región Huejutla, se concentra el mayor porcentaje de población indígena en el estado con el 27.3 por ciento con una alta concentración de comunidades indígenas de origen Nahua en donde habitan 22 mil 303 personas. Y la pobreza es alarmante, el 75.81 por ciento de la población se encuentra en condiciones de pobreza equivalente a 254,220 habitantes y en Pobreza Extrema el valor asciende a 23.32 por ciento, valor que oscila en 78,201 personas, concentrándose en Huejutla y Tlanchinol. Con estos datos vemos que más de siete de cada 10 habitantes vive en pobreza, lo que implica que tiene carencias alimentarias, de servicios básicos, de salud, de educación.

La segunda región donde hay más indígenas en el estado, es Ixmiquilpan, los pueblos históricos y comunidades indígenas mayormente presentes en la región son los otomíes donde habitan 168 mil 596 personas representando el 15.6 por ciento del total estatal. Y la situación de pobreza no es muy diferente, el 51.50 por ciento de la población se encuentra en condiciones de pobreza es decir 113,181 habitantes y en cuanto a Pobreza Extrema el valor asciende a 6.7 por ciento, es decir 14,709 personas, concentrándose en Ixmiquilpan y Cardonal.

Nuestro tercer ejemplo es la región Tulancingo donde encontramos pueblos de origen Otomí-Tepehua donde habitan 132 mil 161 personas que se consideran indígenas, 4.5 por ciento del total estatal. En estas localidades el 54.32 por ciento de la población vive en condiciones de pobreza: 235,368 personas y el nivel de pobreza extrema alcanza el 9.54 por ciento (41,322 personas) ubicados en Acaxochitlán, Tulancingo de Bravo, Huehuetla y Cuautepec de Hinojosa.

Las familias indígenas, más que ser reconocidas por las instancias federales, necesitan con urgencia obras y servicios que eleven su calidad de vida, necesitan y reclaman menos demagogia y más acciones que combatan en serio la pobreza que las lacera. Necesitan respuestas concretas a sus demandas de rehabilitación y pavimentación de caminos para facilitar el acceso a las comunidades; de servicios de agua y drenaje para las decenas de comunidades que carecen de ellos; empleos bien remunerados y dignos; la mejora de los servicios de educación y salud y por último, medidas que garanticen la alimentación de las familias indígenas ante la inflación que azota al país y que ha significado para la gran mayoría de las familias comprar ahora menos maíz y en general menos productos de la canasta básica que antes.

Es esto lo que la ciudadanía quiere escuchar. El reconocer a la población indígena podrá ser necesario y hasta conveniente, pero no acabará con la pobreza que es el problema fundamental del estado de Hidalgo y del país.

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