MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

De las pasadas elecciones, hablamos, participamos, analizamos y aprendimos

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El pasado día 6 de junio del año en curso, se llevaron a cabo las elecciones intermedias, mismas que se conocieron como “las elecciones más grandes de la historia” en alusión a la gran cantidad de puestos a elección popular que se disputaron. Con 15 gubernaturas, 500 diputaciones federales, 1900 ayuntamientos con sus juntas municipales, más de 20 congresos locales, con cerca de 20 mil 311 cargos en juego y donde debieron participar hasta 94 millones 800 mil ciudadanos, vaya que si fue una gran elección. 

Este evento democrático, y que oficialmente se llamó, “elecciones 20-21” fue tema desde el momento mismo que culminaron los comicios del 2018, mismos que le dieron un triunfo arrollador a Morena y al actual presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quiénes obtuvieron casi el 53 por ciento de los votos emitidos lo que equivalió a obtener más de 30 millones de votos y con ello la presidencia de la República y si, apenas instalada la cámara, ya se barajaban los nombres de los que abanderarían a los diferentes partidos en las recientes elecciones. Los partidos de oposición, desempolvaron a sus viejos cuadros, se limaron asperezas y se formaron alianzas, así, personajes de antaño regresan a ocupar las curules del palacio de San Lázaro. Ahora, los distintos partidos serán representados por la vía plurinominal, por viejos conocedores del debate, del revire, de la ofensa velada y de la descalificación abierta. Pero de las verdaderas necesidades del pueblo trabajador, que es el que vía impuestos de toda índole paga su salario, de ese, desconoce todo. Para los empresarios e inversionistas, toda la atención. Para los ciudadanos, el abandono. 

Aun así, se puede decir que la sociedad, ha logrado grandes e importantes avances en materia de democracia. Hemos logrado consolidar y fortalecer instituciones como el Instituto Nacional Electoral (INE) que garantiza, que el conteo de votos y sus resultados, sean auténticos, ya que es la misma sociedad, representada como funcionarios de casilla, la que le dé certeza jurídica. Escuchar voces estridentes que llaman a destruir al INE y a otras tantas instituciones que la sociedad civil tardó años en construir, para darle un contrapeso al excesivo poder de los gobiernos de antaño, es una verdadera traición a la Patria.

Con una cantidad aún no especificada, pero con un gasto cercano a los 20 mil millones de pesos, el INE, organizó unas elecciones que pueden catalogarse como excelentes. Por primera vez, se pudo votar por internet, así, de esa manera, 21, 585 votos, se contabilizaron por esta vía. También se llevó a cabo la prueba piloto “Voto de Personas en Prisión Preventiva” lo que valió la participación de 766 personas procesadas, 624 hombres y 142 mujeres. Por vez primera, de acuerdo a la nueva ley, los partidos debieron postular a personas de la población LGBT+ con al menos un 0.6 por ciento de representación. Así mismo, fue obligatorio dar candidaturas a representantes de los pueblos indígenas. También se incorporó la reelección a nuestra figura de gobierno. 

Hoy, ya sabemos que volvió a ganar Morena con casi 200 diputados y que necesitará de su alianza Juntos Hacemos Historia con los partidos PVEM y PT y que juntos alcanzaron 297 curules, para hacer mayoría simple y poder presentar y defender las leyes y propuestas de AMLO. Mientras que la alianza Va por México del PAN, PRI y el PRD, alcanzaron una cifra superior a las 200 diputaciones y con ello arrebatarle la mayoría calificada a Morena y así evitar cambios a la Constitución, así como intentonas de desaparecer a las Instituciones como el INE, o violentar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y así, tratarán de enderezar a México y sacarlo del banco de arena en que encalló a las pocas horas de zarpar la actual administración. PES, RSP y Fuerza por México, no ganaron ningún distrito y seguramente perderán su registro al no alcanzar el 3 por ciento que se requiere como mínimo para poder seguir recibiendo recursos de la Federación.

En total, fueron 19, 410 observadores electorales nacionales, más de 500 observadores extranjeros y 1 millón cien mil representantes de partido, le dieron fe y constancia a la elección, así como 1 millón 500 mil ciudadanos capacitados como funcionarios de casilla, que fungieron como autoridad electoral y que, preparados y entusiastas, les dieron cauce y orden a los comicios. Por primera vez, la capacitación se dio con dos opciones, virtual o presencial a causa de la pandemia, así como la elaboración de un protocolo muy estricto para evitar y disminuir los contagios de covid-19. Otra particularidad más, que tuvieron estas pasadas elecciones, es que los 101 millones 600 mil boletas electorales que se ocuparon, fueron impresas en papel seguridad, con marca de agua, fibras ópticas visibles sólo con luz ultravioleta. Además, se ocuparon por primera vez, plantillas braille.

Más de 160 mil casillas fueron instaladas en todo el territorio nacional y a pesar de toda una preparación, una planeación y una muy elaborada y asertiva puesta en marcha de la jornada electoral, -que, dicho sea de paso, nadie ha tachado de mala, o acusado alguna irregularidad- el porcentaje de participación, fue demasiado bajo, con cerca del 50 por ciento de participación ciudadana en promedio, podemos decir que el ausentismo, fue el claro ganador, la pandemia y además el desinterés de la ciudadanía para elegir a sus representantes, fueron los cómplices perfectos de aquellos marrulleros que utilizando el cargo, hicieron circo y maroma del poder para perpetuarse. 

Sería un error, no valorar la responsabilidad del presidente AMLO, ya que después de más de 20 años de constante campaña, -18 como candidato y casi tres como presidente en funciones- ha creado un grupo de fieles seguidores, que acuden a darle su voto, en cualquiera de los partidos por los que se postule, a la fecha ya militó en 3 y, que en sus monótonas “mañaneras” ataca un día sí y otro también a todo aquel que no porte una camiseta guinda, tampoco debemos de dejar de mencionar el pésimo resultado de los que en pasados años nos gobernaron y que hoy son oposición.

La alternancia es buena, sin duda, pero el que no se realicen proyectos transexenales, hacen que avanzar, resulte casi imposible. Si el que llega con tal de romper con el pasado gobierno, destruye todo lo hecho, denota que no es de avanzada ni es progresista, eso es ser cortoplacista y es una actitud torpe. Por desgracia, estas han sido las elecciones más violentas, 90 asesinatos y 693 agresiones directas a los candidatos y su equipo, así lo confirman. Revisemos muy de cerca la labor de quiénes tienen el honor de ser y serán nuestros gobernantes y, separemos e identifiquemos a los pillos, zafios, cándidos y perversos, de los óptimos. Todos nos querrán gobernar, todos, pero nosotros elegiremos quién. Ahora sí, aprendamos y no nos volvamos a equivocar.

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