La Ciudad de México, centro político, económico y social de la república y una de las más grandes urbes del planeta, debía ser por mínimo decoro, espejo donde se viesen los demás estados del país, sin embargo, se ha convertido en el peor ejemplo de todos. Si no, reflexionemos sobre lo que pasa con la pandemia tanto en el país como en la CDMX, que lo único que provoca es decepción con respecto a la 4T.
Por un lado, se dice que hay “Sequía de vacunas COVID en México… y ya casi se nos acaban la Pfizer. La vacunación avanza a cuentagotas” (El Financiero del 07 sept. 2021) y continúa. En la Ciudad de México aún no concluye la vacunación de 30 a 39 años y en Iztapalapa, Álvaro Obregón y Coyoacán, los jóvenes de 18 a 29 años no han recibido ni la primera dosis. En el país solo el 31.01 % del total de la población cuenta con el esquema de vacunación completo, el 17.21 % con un esquema a medias y el 51.78 % no han recibido ninguna dosis de la vacuna contra el Covid-19.
Ahora, veamos lo que opina el reconocido infectólogo de Estados Unidos Anthony Fauci: “La mejor defensa contra las variantes emergentes del COVID, es vacunar a la mayor cantidad de personas, lo más rápido, y asegurarse que reciban una segunda dosis a tiempo”.
De acuerdo a lo declarado por Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, México espera acumular 120 millones de dosis a principios de octubre, y en diciembre de este año habrán llegado a nuestro país 150 millones de dosis del biológico, es decir, son todas las vacunas con las que contaremos en el país, y ya no habrá más. Para el presidente ese tope de 150 millones de vacunas alcanza para inmunizar a 75 millones de mexicanos, mayores de 19 años. Es la meta que se ha fijado, y hasta ahí.
Según el censo del INEGI de 2020, la población total del país es de poco más de 126 millones; si le restamos 75 millones de habitantes adultos que serán únicamente los beneficiados con la inmunización, quedan 51 millones de mexicanos, entre ellos, más de 30 millones de jóvenes menores de 18 años y niños, que en opinión de los gobernantes de la 4T no tienen derecho a ser vacunados. Según López Gatell, subsecretario de salud: “vacunar a un menor de edad con amparo (por los padres que recurrieron a los jueces a reclamar el derecho de sus infantes a la vacuna), significa quitar dosis a una persona con mayor riesgo” (El Universal 7 sept 2021), dicho sea de paso, López Gatell se puso “de pechito para ser denunciado penalmente por delitos contra la salud” (López Dóriga/ digital/ 11 septiembre 2021).
Así piensan y actúan los funcionarios federales de este gobierno de Morena frente a la pandemia, y no es diferente en la CDMX, en donde Claudia Sheinbaum respondiendo más a los intereses políticos de su gobierno y no a la preocupación de proteger a los ciudadanos, decretó semáforo naranja y amarillo, con clases presenciales. La jefa de gobierno urge a los comerciantes abrir todas las puertas de sus negocios e incrementar el consumo de las actividades comerciales, aunque la población no esté totalmente vacunada, nada importa, pues, la vida de los capitalinos.
Esto cuando apenas hace dos días la Organización Panamericana de la Salud (OPS) declaró que “México es el país de la región americana que reportó más fallecimientos por COVID en las últimas 24 horas y el segundo que registró más casos confirmados” (La Jornada 9 de sept. 2021). Cuando en el país llevamos hasta el día de hoy 266 mil muertes, y se nos atenemos a estudios científicos el dato real sería de más de 700 mil, y de ellos a la CDMX le corresponde casi el 15%, casi igual al Edo. Méx., los más altos porcentajes de todo el país.
Si tomamos en cuenta la opinión que, sobre el COVID, la vacuna y la economía expresó recientemente en Querétaro Joseph Stiglitz, premio nobel de economía: “Sin vacunas no habrá recuperación económica. Mientras persista la enfermedad del Covid-19 seguirá el deterioro de la situación económica. Ningún país del mundo ha dejado atrás la pandemia… No habrá recuperación global hasta que detengamos la enfermedad. Y el mecanismo para borrarla es vacunar a toda la población”. “Debemos ver esta enfermedad mortal como una guerra. Debemos ganarla sí o sí. Porque mientras persista en la sociedad, veremos más mutaciones del virus, se hará cada vez más resistente a las vacunas y seguirá prolongándose el deterioro de la situación económica”. Con todo esto nos podemos “imaginar” que tan lejos estamos de domar la pandemia y que tan importante para la economía es domarla, lo demás son discursos demagogos, discursos tendenciosos, y nada más.
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