MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Claro que nos costó el Cobaez: por eso lo defendemos

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En esta ocasión les contaré episodios destacados de la fundación del Colegio de Bachilleres de Trancoso (Cobaez), de lo cual siento enorme satisfacción, alegría y orgullo, pues fui parte del equipo de profesores que inició este proyecto.

Fue el 17 de agosto del año 2000, después de varias pláticas realizadas por Antonio Alvarado Ornelas, líder estatal del Movimiento Antorchista en Zacatecas, con María Esther de la Torre Herrera, Directora General del subsistema Cobaez, cuando finalmente se logró el aval para instalar la extensión del plantel “Víctor Rosales” de Guadalupe en el municipio de Trancoso.

Tener esta escuela era una necesidad, pues eran muchos los jóvenes que a diario viajaban a Guadalupe con los gastos respectivos para cursar el bachillerato general, por lo que lo que padres de familia y ciudadanos organizados en Antorcha encabezados por Angélica Villa Enciso y José Antonio Tamayo Rodríguez, entre otros destacados dirigentes, fue que se logró la respuesta  de las autoridades para empezar las clases ése mismo año.

El Cobaez inició desde cero, sin terreno ni instalaciones propias; sólo con el sueño de muchos por acercar escuelas dignas para sus hijos. El ciclo escolar de agosto del año 2000 arrancó con 28 alumnos de primer grado, luego de absorber a estudiantes truncos o que viajaban hasta Guadalupe y la capital buscando su certificado de bachiller.

Me tocó participar en todo el proceso acompañando a la Elizabeth Rosales Córdova, quien condujo el proyecto en los primeros años, por lo que puedo constatar todo el esfuerzo de la comunidad por impulsar el plantel naciente que en este 2023 está cumpliendo sus primeros 23 años de iniciar como extensión del “Víctor Rosales” en esta localidad.

Para entonces, ya existía la preparatoria VI de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), y un sector representado por los maestros y directivos de esta veían una seria competencia, en tanto existía la inquietud sobre cuál de las dos instituciones era mejor, dado que Cobaez tenía cerca de 40 planteles en el territorio estatal, superando por mucho a la máxima casa de estudios.

En ese tiempo se consiguió un local en renta ubicado al lado de la carretera, pero no tenía las condiciones favorables al carecer de sanitarios propios; había hacinamiento, y desde luego que se requerían espacios más amplios para la práctica deportiva, cultural y para el trabajo administrativo.

Mientras tanto, avanzaba la gestión con las autoridades ejidales, a quien se le solicitó la donación del terreno, lo que tuvo buena respuesta, y tras llevar a cabo el procedimiento legal, finalmente se hizo la entrega del predio aledaño al salón ejidal; acción muy noble por parte de los ejidatarios.

El Cobaez, hoy con una planta docente, administrativa y de apoyo reconocida, no está aislado de las decenas de obras que el Movimiento Antorchista ha logrado históricamente en Trancoso.

Hecho eso, había que tomar posesión; acción que tenía sus opositores, por lo que el día que sería cercado, se presentó un grupo contrario. Aunque minoritario, alegaba que debía respetarse el lugar para instalar allí un Jardín de Niños y que al final tuvieron que ceder, pues los ejidatarios ya habían tomado una decisión en favor del proyecto y no dieron marcha atrás.

Pasamos entonces a la etapa de conseguir aulas, pues para el año 2003 la matrícula había crecido y ya se tenían alumnos en los tres grados del bachillerato y la forma en que se resolvió provisionalmente fue con carrocerías de camiones.

Los maestros trabajaron sin salario y sin ninguna prestación económica oficial, más que la ayuda económica de la organización y la solidaridad de padres de familia que brindaban un apoyo simbólico.

Pero como producto de la lucha permanente y de la gestión ante el gobierno del estado, se inició con la construcción de las dos primeras aulas, lo que cambió la perspectiva de estudiantes y maestros, mientras los estudios eran avalados por la Dirección General y por autoridades del plantel en Guadalupe.

Con la gestión permanente vino la ampliación y mejoramiento de la planta física. Desde 2007 intervino Osvaldo Ávila Tizcareño, actual dirigente antorchista y quien logró la etiquetación de recursos de la federación para el domo; lo mismo en al menos cinco aulas de las que se cuentan. El plantel no está aislado de las decenas de obras que la organización ha logrado históricamente en Trancoso.

Actualmente, la institución es conducida por la directora Martha Delia González Olivas,  destacada integrante del Comité Estatal de Antorcha en Zacatecas, quien ha sabido guiar con prestigio académico el desarrollo de actividades culturales, deportivas y de esparcimiento como formación integral de la juventud.

El Cobaez cuenta hoy con una planta docente, administrativa y de apoyo reconocida; tienen certeza laboral y perciben un salario que corresponde a su antigüedad y función ante el subsistema.

Mi opinión es motivada como reconocimiento a los dirigentes y activistas de Antorcha, que a lo largo de 23 años hemos impulsado escuelas como esta; unidades deportivas, pavimentación de calles, acciones de mejoramiento a la vivienda.

Es un reconocimiento para todos los que han dejado huella a su paso por Trancoso, y que siguen presentes en la memoria de ciudadanos de corazón noble; no cegados por ambiciones personales, sino valorando el esfuerzo organizativo en el municipio y la región.

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