MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Chilpancingo, entre violencia incesante y fiestas

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A pesar de que el Gobierno federal reforzó la estrategia de seguridad pública para reducir la incidencia delictiva, con la llegada de al menos 200 infantes de la Marina en las ciudades de Iguala, Acapulco y Chilpancingo, los lugares con mayor incidencia delictiva en Guerrero, específicamente en la capital, Chilpancingo, la delincuencia opera impunemente ante la ineptitud del gobierno morenista que encabeza Norma Otilia Hernández Martínez.

Y para muestra, van sólo algunos ejemplos de los últimos días: Dos personas fueron ejecutadas en la colonia San Rafael Norte, una de ellas al interior de un taxi, la otra a unos metros de ahí; sujetos armados rafaguearon la fachada de un bar en el barrio de Santa Cruz y le prendieron fuego; otro bar fue incendiado frente al Instituto Tecnológico de Chilpancingo; incendian taller mecánico en la colonia Lázaro Cárdenas; matan a mujer de un balazo en la cabeza en su casa, en la colonia Villas Vicente Guerrero; también dentro de su vivienda, en el barrio de San Mateo, matan a balazos a conocido promotor cultural; balean en su  negocio a vendedor de carnitas en la colonia Tomatal, balaceras en distintos puntos de la ciudad y a todas  horas del día, etcétera.

La violencia parece no tener fin en Chilpancingo, pues a la par de los asesinatos, se incrementó también el robo de autos, robos a casa habitación, asaltos a transeúntes en céntricas calles y a plena luz del día, mientras la alcaldesa vocifera que encabeza el “renacimiento” de Chilpancingo y realiza eventos multitudinarios en pleno zócalo, sin importarle que los contagios por Covid-19 continúen disparándose.

El Plan de Apoyo para Guerrero parece no tener resultados favorables hasta el momento y según un grupo de capitalinos, la presencia de elementos de la Guardia Nacional, Marina y Policía del Estado, causa inquietud en lugar de brindar seguridad.

En el primer fin de semana de operación militar Refuerzo Guerrero 2021, con la que se pretende frenar la violencia, en el estado fueron asesinadas nueve personas.

En este contexto coincidió el obispo de la diócesis Chilpancingo- Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, al referirse a que el despliegue de efectivos de la Marina Armada de México en Acapulco, Chilpancingo e Iguala, trae consigo más derramamiento de sangre y por esa razón está en contra de este ejercicio gubernamental.

También considera que al gobierno del estado y al municipal les hace falta experiencia e insistió en la necesidad de dialogar hasta con los peores enemigos, aunque estén fuera de la ley, para pacificar la entidad suriana que vive los embates de la violencia.

Según el prelado católico, “Chilpancingo se nos está echando a perder, sigue habiendo asesinatos, secuestros, levantones, cobros de piso, ojalá se logre pacificar la capital”.

A la violencia que campea en Chilpancingo y en todo el estado, se suma la proliferación de grupos de autodefensas, que reflejan la falta de confianza en las autoridades estatales y en las fuerzas de seguridad. Las consecuencias son evidentes.

Mientras, la presidenta municipal morenista rechaza que el repunte de la violencia esté ligado con el cambio de gobierno y continúa promoviendo eventos multitudinarios desde que asumió la presidencia de Chilpancingo, cuando se montaron grandes templetes en el zócalo y se organizó una fiesta masiva en medio de la pandemia, se contrató un grupo musical y se realizó un espectáculo de juegos pirotécnicos, también encabeza festejos en las comunidades y eventos en parques públicos. La fiesta sigue en Chilpancingo y la violencia, también.

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