A nadie se le escapa que una de las máximas del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, es la de dar los apoyos directamente a quienes los necesitan. De esta manera eliminó recursos a las guarderías, Escuelas de Tiempo Completo y construcción de escuelas para entregarlos, de manera directa, a los padres de familia.
También quitó recursos a dependencias federales, como la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), hoy Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), para entregarles dinero directamente a pobladores de algunas zonas rurales para la construcción de caminos artesanales.
En sus mañaneras y en sus giras por comunidades de los estados de Oaxaca y Guerrero, el presidente afirmó: “Como si fuera gran ciencia hacer un camino”, sin embargo, usuarios de redes sociales han dado cuenta de que sí es una ciencia hacer un camino porque varios de ellos ya se fracturaron, presentan hundimientos en muchos de sus tramos, lo que implica que de nada han servido las presunciones de AMLO ni mucho menos los miles de millones que la 4T destinó para estas obras.
Lo anterior, deja ver que a López Obrador, en realidad, no le interesa la infraestructura carretera y lo único que busca, con la entrega directa de recursos a los necesitados, es la compra de conciencias. Muchos comentaristas serios señalan que, en lo que va de su gobierno, ha destinado apenas el 18 por ciento del presupuesto total a este rubro; mientras en el sexenio anterior la cifra llegó al 24 por ciento, y en el de Calderón, cerca del 30 por ciento.
El desdén presupuestal se refleja en la falta de mantenimiento a carreteras y la lenta, casi nula construcción de caminos nuevos. Comentaristas destacan que, de acuerdo con los mismos datos de sus informes de gobierno, se han construido 127 kilómetros de carreteras por año; lo que representa menos del 10 por ciento de los mil 509 kilómetros que se construyeron durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Lo que ha construido en carreteras el gobierno de López Obrador se vuelve insignificante al compararlo con los tres mil 624 kilómetros construidos por año durante el sexenio de Felipe Calderón, es decir, 28 veces más que lo hecho por la 4T.
Como se ve en el gobierno de Peña Nieto la inversión para obra carretera en relación con el de Calderón cayó drásticamente, no obstante, la diferencia es abismal comparado con el gobierno lopezobradorista. Otra de las diferencias que son notables, es que, en los dos sexenios citados, es decir durante los gobiernos neoliberales que dicen tanto odiar los puros y castos morenistas, las obras no fueron construidas artesanalmente.
Hay pruebas palpables de lo expuesto. En jalisco, en el periodo de Enrique Peña Nieto, se destinaron recursos para la modernización de carreteras alimentadoras en distintos puntos de la entidad, considerados por las mismas estadísticas oficiales en situación de alta marginación y pobreza, en las que, a pesar de que se empleó maquinaria pesada para su construcción, las instancias ejecutoras, SCT y Gobierno estatal, así como, las empresas constructoras, contando con el apoyo de los beneficiados, no provocaron daños medioambientales, pues casi todos los trabajos carreteros se ejecutaron sobre los caminos ya existentes.
Hoy necesitan urgente mantenimiento, los tramos carretera: Chacala-Cedros, Crucero del Chico - Rancho Viejo - Las Marías en el municipio de Cuautitlán de García Barragán; el tramo Talpa-El Desmoronado con una longitud de 34.5 kilómetros en el municipio de Talpa de Allende; Zapotán-Entronque carretera Villa Purificación-Chamela en el municipio de Villa Purificación; Nahuapa-Entronque carretera federal 200 en el municipio de Tomatlán; Zopoma-Las Trojes en el municipio de Tolimán; Zapotitlán-Loma de Guadalupe, Entronque carretera Zapotitlán-Comala en el municipio de Zapotitlán de Vadillo; Entronque Tolimán-Zapotitlán de Vadillo; Alista-Presa de Tierra, Crucero Apulco-San Antonio en el municipio de San Gabriel; Entronque Carretera Guadalajara-Tepic-Villa de Cuerámbaro en el municipio de Amatitán.
También se modernizaron otros tramos carreteros en los municipios de: Gómez Farías los tramos San Andrés-Ixtlán y San Andrés-Unión de Guadalupe; en Tuxpan el tramo carretero Cuatro Caminos Tecalitlán-Santa Juana; en Tonaya el tramo Las Higueras-crucero carretera El Cerrito; en Tamazula los tramos Contla-La Alberca y Contla-El Pitayo; en Pihuamo el tramo carretero Pihuamo-Colima-Los Naranjos; en Zapotlán el Grande el tramo libramiento colonia Antorcha Popular 1-La Cofradía y en Tuxcacuesco los tramos Tuxcacuesco-El Camichín, Zenzontla-San Miguel, entre otros. Todas estas carreteras como dije líneas anteriores se encuentran en municipios situados, por los organismos medidores, en pobreza y pobreza extrema, y que no solo sufren por sus carreteras sino por muchos más derechos como educación, salud, alimentación, empleo.
Basta el sentido común para entender que toda obra, en especial la de infraestructura carretera, año con año necesita trabajos de conservación y mantenimiento. Sin embargo, durante los cuatros años de gobierno cuatroteista, la SICT en Jalisco, la instancia encargada de garantizar vías de comunicación en óptimas condiciones de uso a los jaliscienses y al pueblo de México ha brillado por su ausencia, pese a los reportes de los daños en las carreteras alimentadoras ocasionados por el paso de vehículos y las provocadas por las lluvias que le han hecho llegar los afectados, entre automovilistas y vecinos de los lugares.
Mientras se destruyen las carreteras alimentadoras, AMLO en una de sus mañaneras dijo que la construcción de proyectos esenciales requiere una gestión central en lugar de presupuestos fraccionados.
“Se están llevando a cabo obras estratégicas que requieren de una conducción desde las oficinas centrales. Por ejemplo, la ampliación de carreteras, la construcción de autopistas, de puentes, el mantenimiento de las carreteras. En vez de fraccionar y que cada delegación maneje un presupuesto, unir todo el presupuesto, unir todo el presupuesto de mantenimiento y llegar a acuerdos” afirmó.
Ahora bien, todos sabemos cuáles son las obras estratégicas del mandatario federal: el mantenimiento con miles de millones de pesos del Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA) que no tiene vuelos; la terminación de la refinería de Dos bocas, obra que fue inaugurada por la 4T, pero que hasta el momento no ha producido un solo litro de gasolina; la construcción del Tren Maya, obra multimillonaria de la que solo se sabe sobre la destrucción de la selva del sureste mexicano.
Las declaraciones del mismo presidente López Obrador evidencia que no está entre sus prioridades el mantenimiento y la conservación de caminos y carreteras alimentadoras, por lo que los Antorchistas de Jalisco no pueden quedarse cruzados de brazos, se impone la necesidad de emprender acciones, desde denuncias en redes sociales y en medios de comunicación hasta salir a las calles de la ciudad de Guadalajara e ir a buscar a los encargados de la SICT para hacer que cumplan con su obligación. Estimados compañeros, preparémonos para una lucha larga y difícil, no queda otra alternativa.
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