Un portal suizo publicó esta semana una nota con datos alarmantes respecto al crecimiento de la criminalidad en nuestro país. Cito sólo un fragmento que pone los pelos de punta: “México registró en los primeros cuatro meses del año al menos 2,195 crímenes de "extrema violencia", con un promedio de 18 "atrocidades" diarias, aseguró este miércoles un informe de la organización mexicana Causa en Común.
El primer estudio del año de “Galería del horror: atrocidades y eventos de alto impacto registrados en medios periodísticos" muestra un alza interanual de 13 % respecto de 2022, cuando se reportaron 1,940 de este tipo de sucesos. Los estados con mayor número de crímenes atroces son Chihuahua, Baja California, Guanajuato, Guerrero y Morelos.
El reporte destaca que el asesinato de mujeres con crueldad extrema es la segunda atrocidad más presente en el territorio mexicano, después de la tortura. En el periodo enero-abril se encontraron al menos 324 casos, equivalente a un promedio de 19 casos cada semana. En tanto, la muestra indicó un acumulado de 94 asesinatos de niñas, niños y adolescentes, es decir, un promedio de 24 niños al mes” (swissinfo.ch, 17 de mayo).
Causa en Común, responsable del informe, definió “atrocidad” como “el uso intencional de la fuerza física para causar muerte, laceración o maltrato extremo; para causar la muerte de un alto número de personas; para causar la muerte de personas vulnerables o de interés político, y/o para provocar terror”, elaboró el informe con base en notas periodísticas que dieron cuenta de esas atrocidades que trascendieron en los medios, por lo que el número de muertes violentas y atroces es mayor que el que pudo documentarse en esta Galería del horror.
Los homicidios violentos, incluidos los calificados como “atroces” (con base en el criterio descrito líneas arriba y cuyo número recoge el informe arriba citado), han ido notablemente a la alza en el presente sexenio, donde Morena controla el Poder Ejecutivo Federal, la mayoría del Congreso de la Unión y de las gubernaturas. En vez de disminuir el número de homicidios, como lo prometieron todos los políticos morenistas, éste tomó una tendencia ascendente, alentada por las declaraciones y la puesta en práctica de la política presidencial de dar abrazos a los delincuentes. Se calcula que al terminar el sexenio habrán sido asesinadas dolosamente 209 mil 494 personas, el mayor número de crímenes ocurridos en el sexenio de un presidente en la historia de México… y sin estar nuestro país involucrado en una guerra con algún ejército extranjero.
Pero no sólo aumentó el número de crímenes, sino que aumentaron los casos en que los criminales no son aprehendidos y por lo tanto jamás pisan la cárcel; la impunidad campea a sus anchas en todo México: “A pesar de la militarización que vive el país y el incremento del poder de fuego y económico del Ejército mexicano en la administración de Andrés Manuel López Obrador, la impunidad persiste en los tres niveles de gobierno. Y es que en los últimos seis años únicamente siete de cada 100 casos de homicidios dolosos registrados a nivel nacional han sido esclarecidos por las autoridades estatales y federales, es decir, lograron una sentencia condenatoria; el resto siguen en la Impunidad por diferentes razones. La organización civil Impunidad Cero, reveló —en su quinta edición de “Impunidad en Homicidio Doloso y Feminicidio 2022″,—, que la mayoría de este tipo de delitos se quedan sin resolver por falta de calidad en los datos que se proporcionan por las fiscalías de los estados, sobrecarga de trabajo en las policías de investigación, así como irregularidades que se cometen en los Ministerios Públicos de todo el país y que complican los procesos judiciales”. (Publimetro, 1 de diciembre de 2022).
En Guerrero, uno de esos estado que destaca en crímenes atroces, el 12 de abril del presente año se cometió un triple homicidio. Fueron asesinados a golpes los líderes sociales antorchistas Conrado Hernández y Mercedes Martínez; el hijo de ambos, un niño que aún no cumplía seis años de vida, fue asfixiado por los sicarios, según concluye la autopsia. Por la manera extremadamente cruel con que se cometieron, y por haber hecho víctimas a una mujer y un niño, estamos hablando de tres homicidios atroces.
Pero también, por la exasperante lentitud de las investigaciones y por indiferencia mostrada por el gobierno del estado para intervenir al más alto nivel para que se agilice la busqueda y consignación de los homicidas o por lo menos para pronunciarse públicamente en solidaridad con los familiares y amigos de los asesinados, estamos ante un ejemplo claro de la falta de efectividad y ante el desinterés del aparato de Estado en la persecución de los delincuentes. Cuando uno ve que no hay nadie detenido y no se sabe para cuando habrá alguno, comprende por qué se acumulan por miles los expedientes sin resolver, por qué los delincuentes dominan y se pasean a sus anchas en amplios territorios de México y por qué hay madres y padres que deciden salir a investigar por su cuenta el paradero de sus hijos desaparecidos.
Por estas razones, que podemos exponer ante quien sea, y porque no queremos que nuestros compañeros muertos sean una cifra más que se sume a la montaña de asesinatos impunes, los antorchistas vamos a realizar una manifestación y nos presentaremos a la conferencia “mañanera” el próximo jueves 25 de mayo, en exigencia de que la Presidencia de la República intervenga para que se castigue a quienes asesinaron a los dos líderes sociales y a su criatura. Será una jornada para clamar por justicia en la que esperamos contar con la solidaridad de miles de mexicanos que entienden que no podemos permanecer indiferentes ante la muerte de inocentes y ante la impunidad de la que gozan los delincuentes. El tipo de respuesta que el Gobierno de la República dé a nuestra presencia y exigencia de justicia permitirá comprobar si efectivamente estamos ante un gobierno humanista y justiciero o ante promotores oficiales de la injusticia y la impunidad. No tendremos que esperar mucho para saber la respuesta.
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