MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Antorchistas de Sonora alzamos la voz y pedimos justicia

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Cuando los humildes somos ofendidos, agraviados, asesinados, debemos alzar la voz como un solo hombre y exigir justicia en cualquier rincón de nuestra patria. México está herido y chorreando sangre por todas partes, por ello, se vuelve una necesidad obligada denunciar y exigir justicia para los cientos de miles de familias mexicanas que han perdido a más de 140 mil seres queridos en los últimos cuatro años y, hasta el día de hoy, la mayoría de las víctimas siguen esperando justicia.

Para nadie es desconocido lo putrefacto, corrompido, burocrático, del sistema judicial en nuestro país, por ello ante la ola de asesinatos impunes, ante la lentitud del avance de las investigaciones, ante lo vil de suceso cometido, no queda más que hacernos escuchar por todos los medios posibles.

El 12 de abril se cometió un cobarde asesinato en contra de nuestros camaradas, Conrado Hernández Domínguez, Mercedes Martínez Martínez y su hijo de apenas siete años. Eran luchadores sociales a prueba de todo, personas buenas, nobles, desprendidos, solidarios, fraternos y comprometidos de tiempo completo con su pueblo, una prueba irrefutable de ello es que mientras vivieron, entregaron sin mezquindad gota a gota su breve pero intensa vida a luchar a su pueblo humilde del cual ellos provenían.

“Descubrí su vocación y compromiso social. Su lucha era honesta ideológicamente y la defendía cabalmente”, palabras del expresidente municipal de Chilpancingo, Marco Leyva, municipio donde Conrado hizo trabajo político durante los últimos 10 años de su vida. Testimonio inalterable de su honradez y profundo compromiso social con nuestros compañeros asesinados.

Ese 12 de abril se cometió un acto cobarde y vil, los jóvenes líderes antorchistas integrantes del Comité Estatal en Guerrero, fueron asesinados a golpes y su pequeño hijo fue asfixiado, acto cometido por violentos asesinos.

Después fueron llevados los cuerpos de nuestros compañeros, en su propio carro, a una barranca de la carretera México-Acapulco, cerca de Chilpancingo, según la conclusión de la autopsia realizada por el perito del Servicio Médico Forense de Guerrero (Semefo).

Conrado Hernández fue líder de nuestra organización durante 10 años, en Chilpancingo de Bravo, y su esposa Mercedes Martínez era la dirigente del antorchismo de La Cañada, desde hace año y medio, personas buenas siempre luchando a favor de los desposeídos de esa entidad.

Los humildes de todo el país pedimos que las instituciones encargadas de impartir justicia en la entidad continúen de forma rápida y seria con el proceso de investigación, apegada a los hechos, obteniendo un esclarecimiento del delito y castigo para los actores intelectuales y materiales del asesinato de nuestros tres compañeros, exigimos justicia a las instituciones judiciales en Guerrero.

Urge que intervenga la gobernadora de aquel estado, tan lastimado por el clima de inseguridad en que en él se vive, Salgado Pineda, para que el gobierno ofrezca condiciones de seguridad para todos nuestros compañeros, exigimos un alto al hostigamientos y asesinatos contra nuestros hermanos de clase. Por el contrario, si no hubiera un resultado convincente a corto plazo, nos veremos obligados a intensificar la denuncia pública en todos los rincones de nuestra patria, usar todas las formas para hacernos escuchar por medio de manifestaciones, difusiones, sumando la fuerza, coraje y la fraternidad de los antorchistas del país.

Este grave crimen muestra la vulnerabilidad y descomposición social de un país, que parece no tener fin, prueba de ello es el clima de violencia que sufrimos todos los días en varios estados del país. La postura de cada uno de los humildes del país, ante los atropellos de sus garantías, no puede ser la apatía, indiferencia, acostumbrarse a esto y aceptarlo como una normalidad.

No podemos resignarnos, ni callarnos y aceptar en nuestra vida cotidiana los constantes actos de violencia, debemos sumarnos a clamar seguridad y paz desde todos los sectores sociales, hacer que se escuchen nuestras voces, de un pueblo agraviado que clame justicia, en cada acto vil que se cometa. Necesitamos unirnos todos los agraviados por la ola de violencia que sufre Guerrero y el país, exigir a las autoridades de los tres niveles de gobierno que hagan su trabajo. Los antorchistas de Sonora estamos dispuestos a alzar nuestra voz hasta donde sea necesario, para ser escuchados y se les haga justicia a nuestros camaradas guerrerenses.

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