En la coyuntura actual del país, la tarea verdaderamente progresista y revolucionaria consiste en llamar al pueblo una y otra vez, sin descanso, predicando con la palabra y con el ejemplo, a organizarse, a unir fuerzas con sus iguales, para la defensa de su vida y de sus intereses. Bien entendido, además, de que la organización profunda y consciente de las masas, es, ha sido y será siempre, el primer paso en serio para hacer girar, una vuelta más, la rueda de la historia.