A pesar del alto número de contagios y muertes por covid 19 en niños, jóvenes y adultos jóvenes, además de la saturación de hospitales en todo el país, escasez de pruebas y vacunas, el gobierno morenista de México determinó el regreso a las aulas para finales de agosto.
Las clases presenciales se llevarán a cabo aunque el semáforo epidemiológico se encuentre en rojo, aseguró el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, durante la reunión con la Conferencia Nacional de Gobernadores. López-Gatell destacó que se realizará un ajuste en el Diario Oficial de la Federación (DOF) para considerar al sector educativo como una actividad esencial.
Por su parte, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero afirmó que la reapertura de las aulas es “impostergable”. De este modo, el regreso a clases presenciales no estará sujeto a restricciones sanitarias.
Como respuesta a las declaraciones hechas por autoridades federales, cientos de estudiantes, padres de familia y maestros de todo el país han manifestado inconformidad. Jóvenes adheridos a la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR) sostienen que el regreso a clases presencial debe llevarse a cabo de manera segura hasta que un 70% de la población cuente con el esquema completo de vacunación para evitar un alto número de contagios y más muertes.
Isaías Chanona, líder de la organización estudiantil, informó que se clausurarán 400 planteles educativos afiliados a la FNERRR en señal de protesta a las autoritarias y precipitadas decisiones de la 4T.
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