MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿AMLO desconoce lo que pasa en la sierra de Chihuahua?

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El viernes 1 de julio el delegado de los programas del Bienestar en el estado de Chihuahua, Juan Carlos Loera dela Rosa, informó que sigue en pie la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador, y su visita tendrá como fin 4 municipios de la Sierra Tarahumara: Morelos, Batopilas, Bocoyna y Urique. La finalidad de su visita, de acuerdo con la declaración de Juan Carlos Loera, según reza El Diario de Chihuahua del 1 de julio de 2022: “Queremos pues que las cosas más importantes, las necesidades principales, tenga conocimiento el presidente de la República. Y la única forma de conocerlo es venir a territorio, venir a caminar, venir a platicar con las personas que viven en la comunidad, las autoridades también”. Sin embargo, también de acuerdo al comunicado, aún no hay fecha exacta de la visita de López Obrador a la Sierra de Chihuahua.

Con motivo de la posible visita de AMLO a Chihuahua, dos cosas me gustarían abordar esta semana. La primera, es que me resulta inconcebible creer a estas alturas que el presidente López Obrador desconozca los problemas de los mexicanos; pues además de todas las secretarías del Bienestar en cada estado, cuenta con una estructura de miles de “siervos de la nación “, que recorren todos los poblados, colonias y barrios, casa por casa, para encuestar a los mexicanos, para preguntarles qué necesitan, cuáles son sus prioridades, y de paso invitarlos para que sigan votando por MORENA. Es decir, la radiografía de lo que sucede en los hogares de los mexicanos ya la hicieron. Ya saben en dónde hacen falta viviendas dignas, en dónde faltan escuelas, en dónde hospitales, en dónde caminos, en dónde puentes, en dónde fertilizante. Por eso me resulta una patada baja escuchar al delegado del Bienestar en Chihuahua decir que “para que López Obrador conozca las necesidades de los chihuahuenses tiene que recorrer caminando las comunidades.

La segunda cosa a tratar es la actitud que asumirán los chihuahuenses ante su visita. López Obrador ya ha venido en más de una ocasión al estado. Para empezar, su arranque de campaña fue en Cd. Juárez, y ahí habló para todos los chihuahuenses. En su discurso, que se puede consultar en la plataforma de YouTube o en su página lopezobrador.org.mx dijo todo lo siguiente: “No fue casual que el papa Francisco decidiera venir a Ciudad Juárez hace más de dos años (su discurso es del 1 de abril de 2018) para alzar la voz y sostener que uno de los principales flagelos a los que se ven expuestos los jóvenes es la negación de su derecho al estudio y al trabajo sostenible y redituable, y la imposibilidad de realizarse y proyectarse. Esto genera condiciones de pobreza y marginación, y esta pobreza y esta marginación son el mayor caldo de cultivo para que caigan en el círculo del narcotráfico y de la violencia”.

Se manifestó indignado de que un trabajador de la industria automotriz en Cd. Juárez ganará apenas 2 dólares con 47 centavos por hora, mientras el mismo trabajador en Estados Unidos ganaba 29 dólares por hora. Ya son tres años de su gobierno, y ese obrero mexicano sigue ganando lo mismo. Pero le resultó aún más indignarse la pérdida del poder adquisitivo del salario mínimo. Pues en su gobierno, la inflación generalizada fue del 7.5%, es decir, el salario también sufrió una pérdida adquisitiva. Como todo un colmilludo gritó fuerte “vamos a bajar los sueldos de los de arriba, porque vamos a aumentar el sueldo de los de abajo (obreros), van a ganar más los maestros, las enfermeras, los médicos, los policías, los soldados, los marinos, van a aumentar el jornal de los campesinos”. Puras mentiras, viles mentiras para el pueblo mexicano. La gente de abajo sigue esperando el aumento al salario. En Oaxaca se despidió a trabajadores de la salud en plena pandemia. Su reforma educativa es un fiasco, se asemeja más a un plan nacional de adoctrinamiento.

Propuso presupuesto suficiente te a la cultura, al deporte de alto rendimiento. Esto también fue una farsa. La cultura de los mexicanos sigue siendo la impuesta por los medios de comunicación, es decir, las telenovelas, las caricaturas, las narcoseries, etc. etc. El deporte ha resultado una verdadera lástima en manos de Ana Guevara (a quien por cierto se le señala de actos de corrupción). Obrador dijo en su discurso “Vamos a atender de manera especial, lo primero que vamos a hacer es darle la mano a todos los damnificado. El ideal que tenemos, el sueño que tenemos es que se establezca en el país un estado de bienestar, que el mexicano tenga protección desde nace hasta que muere, desde la cuna hasta la tumba”. Pero resulta que acabó de un plumazo con el FONDEN, ahora los damnificados no reciben ni las miradas. Acabó con las guarderías infantiles, acabó con las escuelas de tiempo completo, acabó con los comedores comunitarios. ¿Cómo va asegurar el bienestar social desde que nazcan hasta que mueran, si ya dejó sin programas a niños y a adultos mayores?

Vea usted el grado de cinismo. Dijo: “En todo el país se fijarán precios de garantía para los productores del campo, se le va a pagar bien al productor, no como ahora que el productor tiene que vender barato lo que produce y compra caro todo lo que necesita. Vamos a pagarle bien a los productores para detener la migración y lograr la autosuficiencia alimentaria”. Al campesino le siguen tomando su cosecha, le siguen pagando una miseria. Pero peor aún, el gobierno de López Obrador acabó con los programas que recibían los pequeños productores, ya no se les da fertilizante, ni semilla mejorada, ni maquinaria. Pero resulta, que los números de desplazados hacia Estados Unidos siguen siendo muy elevados. Acaban de morir 27 mexicanos en un trailer repleto de migrantes, que salieron de su tierra en busca de mejores condiciones de vida, y solo hallaron la muerte.

Dijo que se construirían hospitales, escuelas, viviendas, se introducirían los servicios. Y aquí en la Sierra Tarahumara se sigue padeciendo de todo eso que ofreció en su campaña. Aquí sigue habiendo comunidades de más de cien años que siguen viviendo sin servicios, no tienen electricidad, no tienen agua entubada. Los caminos son intransitables y los enfermos no llegan al hospital mar cercano. Zonas como la de San Juanito, en el municipio de Bocoyna, requiere de una hospital de especialidades, pues atiende a miles de ralamuris y mestizos de cientos de localidades de varios municipios.

Estimado lector, estos tiempos son de mucha sensibilidad para los chihuahuenses por lo ocurrido recientemente. Pero valdría la pena ponernos a pensar si nuestra mejor actitud en su visita es la de ser un público que lo avasalle de ovaciones y aplausos, y pedir, en el mejor de los casos, justicia para los jesuitas y el guía de turistas, que de por sí tiene que hacerse, o bien, recordarle que a los habitantes de la Sierra Tarahumara les ha quedado a deber mucho. Que todo lo que prometió lo dejó al olvido. Que no vivimos mejor. Que no hay más seguridad. Que el campesino abandona sus tierras por falta de incentivos. Que los estudiantes dejan de estudiar por falta de escuelas, y porque sus padres no pueden mandarlos a las ciudades. Que estamos peor que antes de que fuera presidente. Nosotros decidimos si le hacemos creer que va bien en su gestión o le abrimos los ojos a la cruda realidad que se vive en la Sierra Tarahumara.

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